Con solemnidad una multitud se acercaba a ellos, era aquellos hombres desde principios de año se había oído hablar, con un gran grupo de personas detrás de ellos, guerreros de todas las civilizaciones que podría haber estaban entre la muchedumbre. Había alguien que destacaba entre la audiencia, un hombre de gran barba, con en mano algo que parecía ser un estandarte, montado en una bestia de color negro y grandes patas, de armadura brillante.
Unos cuantos minutos bastaron para que ambos bandos se cruzarán frente a frente, el hombre blanco frente al poderoso tlatoani Moctezuma de Tenochtitlan.
C
uando la distancia se redujo a unos metros, Cortés descendió de su caballo, imitando el gesto de respeto de Moctezuma al bajar de su silla de andas, tocando el suelo, cosa rara. El tlatoani, líder supremo de la ciudad, avanzaba pausadamente hacia Cortés, mientras un mexica dejaba caer un tapete especial en el suelo, reservado solo para los pies de su líder. Cortés, notando este ritual, se aproximó con brazos abiertos en un gesto de amistad, intentando abrazar a Moctezuma. Sin embargo, Cuitlahuac intervino rápidamente, impidiendo que se consumara el abrazo.
Cortés miró expectante aquel acto, incluso unos españoles se adelantaron a defenderlo, ante esto, solo pudo dirigirles la mirada a sus hombres y a los extraños que acompañaban a Moctezuma. Quiso hacerlo igual con aquellas representaciones que estaban escoltadas y al lado del tlatoani, pero supuso que intentarían hacer lo mismo.
México se hayaba entre el bullicio, teniendo una mano de la mujer que la cuidaba sobre uno de sus hombros, y otra en su otro hombro por parte de su hermano, al lado de ella se encontraba Itzá, que se aferraba al brazo de la menor con todas sus fuerzas.
—¿Qué está pasando? —pregunto México con gran curiosidad al ver cómo el hombre extraño se acercaba a ellos con pasos lentos.
Ambos mayores que se sostenían a ella con gran fuerza le respondieron, pero al escuchar la voz del otro se callaron y voltearon a verse con desdén.
—Pase lo que pase, no se aparten de nosotros —dijo Aztec acariciando su hombro.
México asintió y dirigió su mirada al frente, prestaba atención a cada movimiento que se hacía o cosa que se decía.
Se encontraba al frente de todo, permitiendole apreciar el escenario que yacia frente sus ojos, al otro lado de ella estaba su madre, que ante sus ojos, parecía que estaba molesta; sus brazos cruzados y su ceño fruncido daban a entender que estaba igual de concentrada que ella.
—Venimos desde las tierras más lejanas para venir a verlos —dijo una voz femenina—. Señor Moctezuma y representaciones, se me hace el gran honor de tenerlos frente mío y presentarles a mi comandante, Hernán Cortés.
La mujer de piel morena señalo con su mano al hombre que estaba al lado suyo, este al notar la accion de la muchacha, solo hizo un movimiento con su cabeza bajandola hacia abajo
—[Saludos —inició Cortés la primera comunicación, sacando de su bolsillo un crucifijo— de parte de mi Rey, Don Carlos]. —dijo mostrándolo e inclinando un poco la cabeza y empujando a su pecho el colgante.
La joven repitió lo mismo que el hombre mayor, pero esta vez en otra lengua: el nahuatl. Si bien, la forma en la que hablaba el blanco era desconocida e inentendible para los mexicas.
Moctezuma extendió la palma de su mano al escuchar las palabras de la mujer que
compartía su lengua, Hernán Cortés colocó con reverencia un collar sobre ella. Moctezuma, en un acto de confianza, entregó el collar a uno de sus sirvientes.
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Stolen Stay (Nueva España)
FanficEl egoísmo es poder, clara es la prueba en la historia de esta nación. Después de la conquista, las flores ibéricas se tejieron en su piel, la cruz incrustada en su cara el reflejo del liderazgo , y la libertad la voz de miles silenciados. El ser co...