Stolen Stay (Nueva España)

(X) "Capullos De Un Sufrimiento"

-Joder... -dijo mientras veía como la bala caía en el agua del lago, no alcanzó el objetivo.

Su arma; el arcabuz, no alcanzaba ni los 10 metros de distancia, era casi, casi un arma de cuerpo a cuerpo. Evidentemente era bastante difícil disparar mientras esperabas a que el arma soltara la bala aún sabiendo que en cualquier momento podías ser apuñalado por la espalda, más si estabas en medio de un lago.

Dejo que el arcabuz se cayera en el bergantín, agarro la empuñadura de la espada y la sacó. Se paró e instantáneamente los demás españoles que estaban junto con él en la proa lo sujetaron por sus tobillos. Le preguntaron que qué hacía, pues era blanco fácil para los mexicas si estaba de pie, España les respondió que se lanzaría a la canoa a enfrentarlo, pues su arma le resultaba inútil.
Ambos hombres negaron y le sugirieron que no lo hiciera, sin embargo, España logró zafarse de su agarre y teniendo las posibilidades de caer en el lago se lanzó.

El hombre de sangre mexica le estaba apuntando para darle con su lanza, pero el español cayó sobre él, ambos aterrizaron sobre la madera de la canoa. Tambaleaba el navío, el peso de los dos era bastante para lograr que esta cayera en la posibilidad de que se volteara y dejara a simultáneamente en el lago, más si los uno estaba encima del otro.

Aztec recuperó la compostura fácilmente y aún teniendo a España encima de él, teniendo en cuenta las posibilidades de ser de ser apuñalado con su afilada arma, en un movimiento ágil con su mano derecha sostuvo en la que el ibérico tenía la espada, mientras que con la otra sostuvo la mano libre del contrario para evitar que lo golpeara o hiciera algo.

Ambos batallaban para ver quién lograba obtener primero el arma, España se mantenía firme con ella, mientras que el contrario intentaba robársela con una mano separando los blancos dedos del español de la empuñadura y lograrsela quitar.

Sin otra opción dejo de sostener la extremidad libre del castellano, él más joven lo mantenía arriba y al soltar su brazo ocasionó que España se cayera de frente. Aprovecho esta oportunidad, y con la mitad del cuerpo del invasor casi besando la madera mojada de la canoa, logró arrebatarle la espada y aventarla a la otra punta de la piroga.

Estando totalmente de pie, en un movimiento ágil dio media vuelta y logró treparse encima de él, mantuvo a España debajo suyo, dispuesto a acabar de una maldita vez con la vida de ese hombre agarró su macuahuitl y la posó sobre la nuca del de abajo.

España buscaba desesperadamente algo con que defenderse, con una mano recorría en todo su alrededor cierta cosa con que defenderse, pues sabía que era lo que le esperaba: acabar decapitado.
No quería eso, aún tenía muchos años por vivir y conquistar infinidad de territorios en el nuevo mundo.

Al estar tan desesperado levantó su mirada, y movió su mano hacia atrás, tenteo el cuerpo del joven y en medio de su cintura sintió algo en su cinturón; una flecha. Sin pensarlo dos veces la sacó y casi, casi doblándose el brazo la encajó en la espalda del de sangre mexica.

Sintió un dolor agudo que se extendió desde el punto de impacto hacia afuera, encorvó su espalda a tal punto que el ibérico aprovechó esto y con ayuda de sus brazos se deslizó hacia adelante quitándoselo de encima. Gateo en el intrincado espacio que había en la canoa y Aztec con el cuerpo adormilado por la punzada no pudo deterlo.

Se puso detrás de él y fuertemente logró y sacó la flecha de golpe, ocasionando que el joven soltara un grito desgarrador, pues la había enterrado profundamente.
Mirando qué detrás suyo estaba su espada se arrojó hacia la esquina y extendió su brazo la agarró de nuevo.