El egoísmo es poder, clara es la prueba en la historia de esta nación.
Después de la conquista, las flores ibéricas se tejieron en su piel, la cruz incrustada en su cara el reflejo del liderazgo , y la libertad la voz de miles silenciados.
El ser co...
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Finales de enero, 1536 Cádiz, Andalucía
Extraños conocidos...
—Nueva España, deja de mover esa cortina por el amor de Dios —advirtió España, exhausto de verla hacerlo tres veces seguidas en lo que llevaban ahí dentro.
Ella lo miro por un segundo inconforme, apartó su brazo de la ventana y se reincorporó en el asiento. Se cruzó de brazos, tamborileando los dedos sobre su regazo y dirigió la vista a su padre, fulminándolo con la mirada.
—¿A dónde vamos? —preguntó, inclinando un poco la cabeza.
—Ya lo verás.
Elevó la cabeza con desdén, sin esperar más respuestas por parte de Castellano. Reconocía que España se había vuelto un hombre de pocas palabras, sobre todo cuando le convenía a él quedarse callado.
Trato de ver de reojo por el otro lado, vigilando que del frente no la viera, pero su intento fue en vano, no logró divisar algo más de lo que ya había visto. Y eso la dejó muy disgustada, porque no alcanzó a notar nada de esas nuevas tierras cuando bajo del barco.
—España.
—Padre —dijo él, como si pareciera que no respondería por otro sobrenombre que no fuera ese.
Giró los ojos. Trago saliva. Preparándose para llamarlo de esa forma que desafiaba más de los límites que habían establecido, aunque aceptaba que si no lo lograba no le sacaría la información Deseada.
—Padre... —se corrigió, sonándole la voz atorada, como si sintiera asco de llamarlo así— ¿a dónde vamos?
—Ya te he dicho.
Frunció el ceño, ¿por qué era tan amplía la necesidad de ocultarle algo tan simple? Bastaba con solo decir el nombre del lugar, ¡pero claro! España no se animaba a conversar sin palabras cortas.
—Si decir "ya lo verás" le suena a algo propio a nuestro destino, déjeme aclararle que para mi no lo es.
—Qué buscas que te diga?
—A dónde vamos, llevo preguntándoselo todo el camino.
—¿Solo eso? —preguntó, con los ojos entrecerrados y una sonrisa burlona.
—Sólo eso.
Tenía en claro que él se mantenía vigilante a las posibilidades de cambios inesperados en sus planes, que no rebasarán las reglas cuando se trata con su persona. Y España se aseguraría que ella no se atreva a buscar diferentes formas de sacarle un aumento de indagación en lo que él se permitía darle.
España estaría al tanto de sus próximos movimientos, eso no evitaba el riesgo de que él ya tenga en mente lo que ella pensaba: desviarse de su plan inicial y obtener más información para mantenerse al tanto de acontecimientos futuros. Sin embargo, él captaría su intención, ya que le prometió una única pregunta, pero ella se las ingeniaría en impedir que él se negara a responderle.
