𝗣𝗥𝗢𝗟𝗢𝗚𝗨𝗘

2.7K 199 17
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❪ Delfina Carrera ❫𝙿𝚛𝚘𝚕𝚘𝚐𝚞𝚎:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Delfina Carrera
𝙿𝚛𝚘𝚕𝚘𝚐𝚞𝚎:

1991;

Había salido de mi casa, mis padres estaban discutiendo. Anaís aún no llegaba de la escuela, así que decidí escaparme. Por lo menos cinco minutos, hasta que ellos se dieran cuenta que mi presencia no rondaba por mi hogar.

── ¡Carlitos tenes que tener más cuidado! ── Exclamó un niño a mi lado. Voltee rápidamente, quería saber de quién se trataba, soy algo curiosa.

── ¡Si no me sujetas bien no puedo tener cuidado! ── Explicó él chico moreno.

Estaba sobré los hombros de su amigo, pude observar que un balón estaba en el árbol. Podía pensar que trataban de bajarla.

── ¿Son boludos? ── Pregunté.

── ¿Qué? ── Preguntó él castaño. Cuándo trato de dar medía vuelta dejo caer a su amigo.

── ¡Danilo! ── Lo regaño, acariciando su espalda por el dolor. No pude evitar reír. ──, ¿De qué te reís vos?, me pudo haber matado. ── Me regaño ahora a mi.

── Lo siento, lo siento. Es que es muy gracioso. ── Traté de no reírme, pero fue imposible.

El castaño se contagió de mi risa, ahora los dos nos reíamos del moreno, mientras el nos miraba mal.

── Bue, ya paren. ¿No? ── Se levantó del suelo, me limpie algunas lágrimas que habían caído. Por causa de que me reí tanto. ── Tampoco fue tan gracioso.

── Si Carlitos, lo fue. ── Habló el castaño.

── Ya, fue. Yo se las sacó. ── Apunté el balón. Me acerqué al árbol gustosa y lo trepe ágilmente. Son unos re boludos, era tan fácil como hacer esto.

Cuándo llegué a la cima, tome el balón y miré a los dos chicos.

── ¿Cómo está la vista? ── Pregunto, el castaño, tapándose la cara, por causa del fuerte sol de verano.

── Re linda. ¡Toma! ── Le lancé el balón. El lo tomó en sus brazos y me sonrió. Bajé lentamente y miré a los dos chicos.

── Muchas gracias. ── Habló el moreno.

── No sabríamos agradecerte. ── Habló ahora el castaño.

── Me pueden agradecer, invitandome a jugar con ustedes. ── Sonríe. ── Obviamente si quieren.

── Claro que queremos. ¿Cierto Carlito'? ── Una sonrisa se formó en la cara del chico. Una sonrisa sincera, nunca había visto algo tan lindo.

── Si, si. Obvió. ── Él no se veía tan conforme, pero aún así jugamos.

Y así, pasé toda la tarde en la placita jugando con mis dos nuevos amigos. Carlitos y Danilo.

୧⋆。🐬. -ʚɞ

Tres meses después

Comíamos helado en la plaza con mis dos mejores amigos, y bueno algunos amigos de ellos. Danilo hablaba de lo lindo que había sido su finde semana.

── Y así fue como se transformó en bueno. ── Sonrió Danilo. ── Cuándo sea mayor y sea futbolista. Adoptare a todos los perros del barrio.

── No te va a alcanzar para todos. ── Hernán lo desánimo, lo mire molesta.

── Tranquilo Dani, yo te apoyó. ── Apreté su hombro, y el me devolvió una sonrisa.

── A ti también te adoptare. ── Me reí, y mordí mi helado.

Vi como mi hermanita pequeña corría a lo lejos, nunca vi a una nena de solo cinco años correr tan rápido.

Me levanté rápidamente de mi asiento y la mire.

── ¿Qué pasa? ── Pregunté asustada.

── Delfina... Papá. ── Apuntó a la dirección de mi casa. Tiré mi helado al suelo por el miedo.

── ¡Anaís!, ¿¡Qué pasa!? ── Pregunté más desesperada, ella trataba de regular su respiración.

── Papá, golpeó a mamá. Y tiene... ── Respiró agitada. Esta nena me va a matar.

── ¿¡Qué tiene!? ── Sentí como Danilo y Carlitos se levantaban de su asiento.

── Un fierro, Lenn, tiene un arma. ── Soltó por fin, apenas escuche eso, me largué a correr a mi casa. Tomada de la mano de mi hermanita.

Cuándo abrí la puerta miré a mi mamá en el suelo.

── ¡Mamá! ── Grité desesperada.

── Tranquila Leni, estoy bien. ── Trató de tranquilizarme. ── Haz tus cosas. Nos vamos, ayuda a tu hermana. ── Habló agitada. Caminé a nuestra habitación y comencé a guardar mis cosas.

Anaís a mi lado hacía lo mismo, guardamos ropa, algunas boludeces de nuestra pieza, y sobre todo guarde las fotos con Carlitos y Danilo. Eran tan importantes, que me daba pesar dejarlos acá.

── ¡Niñas!, ¡Rápido! ── Cerré mi bolso y ayudé a Anaís a guardar unas cosas.

── Vamos. ── La tomé de la mano y salimos de la habitación.

Cuándo salimos mi mamá estaba forcejeando con mi viejo. Cuándo yo me acerco y lo golpeó con una lámpara. Mi madre me miró asustada, pero no espero más, tomó las llaves del carro y nos tomó de las manos.

── ¡Suban!, ¡Vamos! ── Nos subimos al auto y salimos del lugar.

Cuándo pasamos por la placita vi a Danilo y a Carlitos, Danilo golpeaba a Hernán y a unos cuantos de su grupo, mientras Carlitos trataba de frenarlo.

── Por favor, ese Danilo. ── Hablo mi madre. Negué y me froté los ojos.

Desde ese día no lo he vuelto a ver, extraño todo de él. Su manera de hacerme reír, de sus chistes sin gracia, de sus anécdotas. Pero sobre todo, de su manera de sonreirme. Era tan sincero, que me dolía dejarlo atrás.

 Era tan sincero, que me dolía dejarlo atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗜 𝗖𝗔𝗡 𝗦𝗘𝗘 𝗬𝗢𝗨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora