Londres – Inglaterra
Rydeen, era un hombre alto de tez blanca y cabellos celestes que llevaba horas sumergido en una reunión. Estaba a punto de un colapso nervioso, la nueva portada de la revista Aphrodite aún era un bosquejo y él no entendía en qué momento había contratado a semejante grupo de inútiles que no lograban ponerse de acuerdo con la elección para la próxima edición. Adicional a eso, su querida hermana lo había llamado muy entusiasmada a contarle sobre su viaje a Inglaterra y su participación en la boda y él no estaba seguro que en ese punto pudiera soportar la exorbitante energía de Laila o fingir descaradamente que le simpatizaba Camus.
A decir verdad no era que Camus le cayera mal, sin embargo, Laila había sufrido las malas consecuencias del amor y era algo que parecía caracterizar a la familia, porque él no era la excepción en ese ámbito, pues Rydeen estaba enamorado de una hermosa chica de cabellera castaña bastante dulce, quien tenía como hermano al hombre más insoportable y sobreprotector del planeta entero, Seiya era su nombre, un joven japonés que había nacido única y exclusivamente para soliviantar a la gente.
Rydeen llevaba poco saliendo con Seika, pero moría por ella, su dulzura y entusiasmo lo había embelesado completamente, tan así, que él mismo le había conseguido a Seiya un trabajo justo en la revista Aphrodite, una de las más prestigiosas en el mundo de la moda, por lo que no sólo debía soportar a su cuñado fuera del trabajo sino también dentro de este.
La reunión parecía no terminar y él no lograba sacar tanta cosa de su cabeza, Laila, Camus, Seika, Seiya, todo era un enredo completo, a eso se sumaba la dichosa boda por la cual todo estaba hecho un caos. Marín la beatífica afortunada, era como una madre para Seiya, siempre pendiente de él, por lo que el dichoso Seiya y su hermana estaban invitados a la boda y él por salir con Seika, tenía que asistir también, porque era el tipo de compromisos que había que cumplir cuando sé es pareja de alguien. Lo bueno de todo aquello era que su amigo Ángelo iría también, esto debido a que Marín y Aioria lo contrataron para tomar las fotos del matrimonio, y Ángelo era uno de los mejores fotógrafos de la ciudad.
Para su fortuna la reunión finalizó, no satisfactoriamente, pero había acabado, ahora él podía salir de allí y buscar una aspirina ya que sentía el aura de una migraña segura, pero el estrés era tan insoportable que prefirió dirigirse a la sala de fotografía donde un hombre de cabellos azules se encontraba concentrado en su trabajo con una de las modelos de la revista. Rydeen no pudo evitar sonreír al mirar la escena, la mujer era extraordinariamente hermosa con su cabello caoba y su impresionante cuerpo bien esculpido, por lo que no era fácil ignorar el porqué Ángelo amaba su trabajo con tanta pasión.
—Belisima —dijo Ángelo a la chica quien le regaló una simpática sonrisa—. Estupendo, excelente trabajo. Ikki ayúdame con la siguiente escenografía. Y tú, linda. ¿Vas hacer algo ahora?
—¿Sabes que eso podría ser considerado acoso laboral? —le interrumpió Rydeen, Ángelo se encogió de hombros y fingió inocencia.
—Fue una sesión bastante larga —se defendió—. Únicamente quiero que nos distraigamos un rato después de tan largo trabajo.
—Qué cínico eres.
—Oye, ya que estás acá, te comento que llevaré a Ikki conmigo a la boda.
—¿Cambiaste tus gustos? —preguntó con malicia—. Conny ya no te soporta y ahora decidiste caerle a tu colega.
—¡No, idiota! —contestó molesto, pero no era por el comentario su incomodidad—. Pero la loca de Marín quiere todo perfecto y fotos de todos los invitados. Yo solo no daré abasto con todo. Le propuse a Ikki ir con nosotros, su trabajo es tan bueno como el mío. Y pienso que podría tener a Seiya distraído para que pases una bella velada con tu linda novia. ¿Ves? Yo pienso en todo.
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Sin Escape V.2
FanfictionTras la batalla contra Artemisa y Apolo, Saori sella los recuerdos de sus guerreros para su protección. Después de diecisiete años, una nueva amenaza surge. Aunque los santos han construido una vida, Athena se ve forzada a hacerlos regresar al campo...