Ithilin no lograba concebir cómo el destino había escogido un hombre así para ella. ¿Matar un dragón? Debía de carecer de juicio, no tenía más explicación. Observó la torre en la distancia, el fuego ya se alzaba sobre los hogares, las llamas lo envolvían todo.
Saltó sobre el tejado contiguo, y sobre el siguiente sin vacilación alguna. Bardo se petrificó con un breve instante al verla, lo mínimo como para recordar ante quién se encontraba. Era una elfa, saltar sobre los tejados lo hacía ver tan fácil como caminar en tierra firme.
La bestia cayó en picado sobre sus cabezas, rozando con su lomo las edificaciones, reventando con sus escamas todo cuando cruzaba su paso. Ithilin aferró a Bardo por los pliegues del abrigo, estabilizándolo antes de que resbalara, al igual que habían hecho las tejas bajo sus pies. No alcanzó a agradecer el gesto cuando ella ya había cruzado al siguiente edificio, tan ágil que le escapaba a la vista.
Ithilin escuchaba los gritos de horror en la distancia, el llanto desgarrando gargantas y, sobre todas las cosas, el olor a quemado. Ese espantoso aroma se le atascó en la nariz. Tuvo ganas de vomitar ante lo que sabía que ocurría a sus pies, donde la gente luchaba por huir, mas era calcinada bajo las llamas del dragón. Se detuvo repentinamente al reparar en que ya no oía con claridad los jadeos de Bardo, su respiración agitada era tan lejana como su figura. El dragón cayó nuevamente sobre la Ciudad del Lago, abrasando con crueldad. Entonces, los ambarinos ojos de la bestia, se posaron en aquel diminuto humano que recorría los tejados.
— ¡Bardo! —exclamó con el pecho encogido.
Él alcanzó a oírla y, al volverse, se encontró cara a cara con una llamarada al rojo vivo proveniente de las fauces de la bestia. Se impulsó cuanto pudo saltando al tejado contiguo, y las llamas cruzaron sobre su cabeza, sin embargo, su cuerpo cayó rodando por el tejado. No alcanzó a sostenerse a ninguna parte y, cuando su cuerpo ya caía por completo en el aire, una mano se aferró a la suya.
Los ojos de Ithilin le recorrieron el rostro con horror, con la respiración contenida al haber estado a punto de verlo caer en el fuego. Bardo subió a duras penas con su ayuda, e impulsándose logró subir al tejado con ella. Quedaron tan próximos sus rostros, que alcanzó a ver el miedo palpable en sus orbes celestes, en el mirar agónico que le dirigía. No lo miraba como un extraño, en cambio, lo hacía como si hiciera eones desde su primer encuentro.
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MEDUI MELETH ⎯⎯ ʙᴀʀᴅᴏ/ꜰɪʟɪ
Fanfiction𝗵𝗼𝗯𝗯𝗶𝘁 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 Una princesa, cuyos sueños habían sido invadidos por un hombre. Unas facciones desconocidas poseían su corazón, una premonición, él la aguardaba al otro lado del río, con el escaso tiempo que le restaba a su mortal...