𝗵𝗼𝗯𝗯𝗶𝘁 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
Una princesa, cuyos sueños habían sido invadidos por un hombre. Unas facciones desconocidas poseían su corazón, una premonición, él la aguardaba al otro lado del río, con el escaso tiempo que le restaba a su mortal...
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Ithilin cabalgó en sincronía con Bardo, atravesando el puente que unía las ruinas de la antigua cuidad con Erebor. Ninguno había roto el silencio durante el escueto viaje y era, para ambos, insoportable.
El autocontrol de Ithilin era escaso en aquellos momentos, su vista deambulaba constantemente hacia él, atraída por su expresión indescifrable. No podía saber qué pasaba por su mente, ni que habitaba en su corazón. La duda y el miedo se le clavaron en el pecho como dagas ponzoñosas. A cada segundo, sentía más lejana la noche compartida, más desconocidos sus besos y el roce de su piel.
Bardo hizo una mueca a su costado, notando la presión de su mirada y la gravedad de los sentimientos que Ithilin le profesaba sin palabras. El secreto ocultado no era ínfimo, era tan gigantesco como la montaña que observaban e imposible de obviar. Una elfa y un humano ya era por sí descabellado, añadirle además el linaje de una princesa lo convertía en imposible.
Ithilin fue la primera en detener su yegua ante la Montaña Solitaria. Su vestido se movió grácil cuando descendió, y su cabello dorado siguió el vaivén de su cuerpo en un movimiento atrapante. Bardo la miró de soslayo. ¿Cómo había podido estar tan ciego? Una elfa con tal belleza y elegancia únicamente podía surgir de la nobleza. Se sintió un ignorante, y bajó de su corcel con los puños apretados a sus costados.
— Yo, Ithilin, princesa del Reino de los Bosques, hija de su majestad Thranduil, exijo una audiencia con Thorin Escudo de Roble, rey bajo la montaña. —bramó con determinación, elevando la mirada a la muralla de la entrada, donde los enanos se habían reunido ante su aparición inesperada.
— ¿Exigís? —Thorin sobresalió de entre sus hombres, su aspecto distaba mucho de como Ithilin lo encontró días atrás. Su mirada era oscura y, su alma, estaba enturbiada por la codicia— Aquí no tenéis ningún poder, elfa de los bosques.
La mirada dura de Ithilin se desvió por un instante a unos ojos cálidos y ambarinos, Fili se hallaba allí también, expectante a sus palabras. Su corazón se ablandó al encontrarlo, mas no se reflejó en su postura. Su aura era imponente y gélida, exacta a la de su padre, el rey.
