"¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐋𝐎 𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐄𝐑 𝐁𝐄𝐒𝐀𝐑𝐓𝐄?"
Milagros era una de las tantas pibas que vivían en fuerte apache, se la pasaba en la suya sin prestarle atención al resto. Sus únicas preocupaciones eran el fútbol y sus únicos amigos...
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"𝗧𝗨𝗦 𝗢𝗝𝗢𝗦 𝗦𝗢𝗕𝗥𝗘 𝗠𝗜 𝗕𝗢𝗖𝗔, 𝗠𝗜𝗦 𝗢𝗝𝗢𝗦 𝗘𝗡 𝗢𝗧𝗥𝗔 𝗖𝗢𝗦𝗔"
༒︎
Me desperté un poco tarde, baje hacia la cocina en dónde estaba mi mamá sirviendome un té. Estaba solo mi mamá porque mi papá ya se había ido a trabajar.
—"Buen día"—Dije sentandome en la mesa mientras empezaba a tomar el té.
—"Buen día, hija"—Me saludo mi mamá sentandose al lado mío mientras se hacía un mate—"Me enteré que ayer mataron al Picha, ayer a la noche no estaba acá porque me había ido a ver qué paso"
—"Ah si, ya sabía, me contó Danilo"—Dije y mi mamá me miró con una sonrisa, yo la ignore—"Ah, hablando del Uru, hoy juega en All boys y lo voy a ir a ver"
—"Que lindos que son, pero no, no vas a ir"—Me dijo mi mamá y yo la mire frunciendo el ceño.
—"¿Por qué no? Nunca faltó a los partidos suyos o a los de Carlos"—Le dije haciéndole ojitos para que me deje ir.
—"Bueno, hoy va a ser la primera vez que vas a faltar a un partido de ellos"—Me dijo mi mamá y yo la mire haciéndole ojitos suplicantes—"Y no me mires así, Milagros, ya te dije que no"—Yo suspire y me fui para mí habitación, no quise ni preguntar por qué no me dejaba, seguro era por la muerte del Picha.
Un rato después, alguien golpeó la puerta de casa, seguramente era Danilo. Yo me quedé en la escalera escuchando todo.
—"Hola, Uruguayo"—Lo saludo mi mamá y lo invito a pasar.
—"Hola doña María, permiso"—Dijo pasando mientras miraba al rededor buscándome.
—"Si estás buscando a tú amiga te aviso que hoy no va a ir, pero ojalá tengas suerte en el partido"—Le dijo mi mamá, Danilo hizo una mueca triste.
—"¿Eh, por qué no va ir la Mili? ¿Se portó mal?"—Pregunto Danilo riéndose un poco, mi mamá sonrió y le despeinó el pelo en forma cariñosa.
—"No, es que viste con todo lo que anda pasando no quiero que salga mucho"—Le dijo mi mamá, Danilo asintió con la cabeza.
—"Pero mire que yo se la cuido a la Mili, yo se la traigo a la hora que usted quiera. Además ya me acostumbré a que alguien me vea jugar"—Dijo Danilo y mi mamá lo miro y hizo una mueca.
—"Ay Dios, que voy hacer con ustedes... ¡Milagros!"—Me llamo mi mamá, yo baje las escaleras y le hice una seña de que quería.
