"¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐋𝐎 𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐄𝐑 𝐁𝐄𝐒𝐀𝐑𝐓𝐄?"
Milagros era una de las tantas pibas que vivían en fuerte apache, se la pasaba en la suya sin prestarle atención al resto. Sus únicas preocupaciones eran el fútbol y sus únicos amigos...
Después de haber festejado la victoria de mi club, tuve que irme a pedirle perdón a la María está. Hablábamos un toque y me contó de que le había re costado empezar a jugar y no sé que, la verdad que me chupa un juego si le costó o no le costó, no tiene porqué decirle lindo a mi novio. Se suponía que ahora estaba todo bien con la mina, pero igual me chupaba un huevo. Ya iba a ser hora del partido contra Boca y Liniers, estaba re nerviosa por qué sabía lo importante que era este partido para Danilo al igual que también era muy importante para Carlos.
Estaba sentada en las gradas, mis papás estaban hablando con los papás de Carlos, yo estaba atenta mirando la cancha esperando a ver si entraba Danilo. Después de un rato los chicos de Liniers entraron a la cancha, todos aplaudieron. Yo miré a Danilo, él se notaba concentrado y bastante nervioso, era obvio que el iba a tener que hacer la mayoría de cosas en el partido para ganar, todos los demás de Liniers eran re blandos. Él me miró y me sonrió, yo lo saludé con la mano y el miro al entrenador para fijarse que este distraído, cuando vio que si, se acercó a dónde estaba yo.
—"Hola, mi amor"—Me dijo en voz baja para que no lo escuchen mis papás, yo sonreí y le acaricie un poco el pelo.
—"Hola, Uru"—Le dije sonriendo—"Se que estás nervioso aunque me lo vas a negar, pero tranquilo que yo sé que vas a hacer todos los goles y vas a ganar"—Le dije acariciandole el pelo, él sonrió seguro de si mismo.
—"Más vale que voy a hacer todos los goles, y te los voy a dedicar todos a vos"—Me dijo con una sonrisa, a este le voy a dar un beso tan fuerte que le voy a zafar todos los dientes.
—"Que lindo que te queda el conjunto"—Le dije con una sonrisa, él me sonrió y sus ojos brillaron ligeramente.
—"Sabe' el beso que te daría si no estuvieran tus papás"—Me dijo cerca de mi oído con la voz ligeramente ronca.
—"¡A la cancha Danilo!"—Le grito el técnico.
—"Anda, suerte"—Le dije palmeandole el hombro, el me sonrió y corrió para la cancha.
Los nervios se apoderaron de mi apenas ví como todos estaban en sus lugares listos, el silbato sonó y Danilo que tenía el número 10 en la remera saco la pelota haciendo un pase. Los gritos de los técnicos se escuchaban en cada movimiento que hacían los jugadores. Se podía escuchar los nervios del técnico de Boca, era evidente que Danilo se los estaba bailando a todos los de su club.
—"¡Bien, Danilo, bien!"—Lo felicitaba el técnico al ver las jugadas que hacía.
La facilidad que tenía Danilo de mantener y sacar la pelota era evidente, el técnico de boca no daba más de los nervios viendo cómo Danilo les pegaba un baile. El partido estaba muy jugado, ninguno de los equipos habían hecho gol y ya estaba por terminar. El único que se destacaba de Liniers era Danilo, que hacía los pases y marcaba a los del otro equipo, si chicas, ese es mi hombre.
