"¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐋𝐎 𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐄𝐑 𝐁𝐄𝐒𝐀𝐑𝐓𝐄?"
Milagros era una de las tantas pibas que vivían en fuerte apache, se la pasaba en la suya sin prestarle atención al resto. Sus únicas preocupaciones eran el fútbol y sus únicos amigos...
Estaba yendo a buscar a Danilo a su casa, nos íbamos a ir al club de Boca para que se pruebe. Se suponía que me iba a ir a buscar él pero estoy re ansiosa por ir y ver si queda, aunque seguro si, si él es el mejor. Llegué a su casa y entre sin tocar porque yo soy la novia y entro sin avisar, corte que tengo que golpear ¿Que pasa? ¿Me ocultas algo? ¿Por que no puedo pasar así nomás sin tocar si no? Re tóxica y cuál fue. Apenas entre ví al Sebas todo falopeado acostado en el sillón, él me vio y sonrió haciendome pulgar con la mano.
—"Eh, cuñada"—Me saludó re ido, yo lo saludé con la mano de lejos.
—"Hola, Seba"—Le dije y pase a lo que vendría siendo la habitación de Danilo que solo tenía un colchón en el piso y el ropero.
Me acerque a dónde estaba Danilo, el estaba concentrado peinandose el pelo mientras se miraba en un espejito que tenía ahí. Se estaba peinando, entienden eso chicas.
—"Que lindo, eh"—Le dije mirándolo con una sonrisa, él se dió vuelta y me sonrió.
—"Ah, viste', estoy re lindo hoy"—Me dijo acercándose a mi con una sonrisa.
—"Siempre estás lindo"—Le dije con una sonrisa, el se mordió el labio inferior y me agarró de la cintura acercándome a él.
—"¿Ah, si?"—Me pregunto con voz ronca apretando más el agarré de mi cintura.
—"Ajam"—Le dije mirando hacía arriba para poder mirarlo a los ojos por la diferencia de altura.
Él se acercó y me dió un beso agresivo mientras me pegaba a la pared, les juro que yo solo intentaba ser la novia tierna que halaga a su chico para darle autoestima. Obviamente se lo seguí, él pasaba sus manos por mi cuerpo tocandome TODO literalmente, seguro para sacar los nervios de la prueba ahr. Yo puse mis manos en su nuca para que no se alejé, él se pego más a mi. Después de un rato nos separamos por falta de aire, él se alejó un poco agitado.
—"Me despeinaste todo el pelo"—Me dijo quejándose como un nene caprichoso.
—"Bue, dale, nos vamos"—Le dije caminado adelante de él hacía la puerta, ja, para que. Mientras caminaba Danilo me pegó terrible cachetazo en el orto, ni mi mamá me había pegado tan fuerte nunca—"¡Para! Peruano con moquillo"—Le dije dándole un empujón, el se rio un poco. Me metió el orto para dentro después del cachetazo ese.