König/ +18

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  ¡TODOS LOS PERSONAJES SON MAYORES DE EDAD!

RESUMEN:ERES UNA RECLUSA QUE ERA MOLESTADA POR UN OFICIAL, PERO CUANDO SALISTE DE LA CARCEL, ESO CAMBIO.

Hace un mes que estabas en prisión por  vender droga, y durante ese periodo un policía en especial, no dejaba de molestarte. Su nombre era König. Solo te peleaba a ti, porque a las demás reclusas las trataba bien, y no las avergonzaba en cambio a ti, te hacia sufrir un infierno. Te insultaba ,te avergonzaba enfrente de las demás personas, si no terminabas tus tareas te negaba la comida, etc.

Lo que tu no sabias era que, esta secretamente enamorado de ti, y lo que te molestaba era la única manera en la que le prestabas atención solo a el y le hablabas. Hoy era tu turno de limpiar la mini biblioteca de la cárcel, y König era quien te vigilaba. Era de noche y casi terminabas de limpiar, en eso escuchaste como cerraba la puerta y caminaba hacia ti.

-Espero que seas una buena mascota, reclusa. espeta en tu oído, para luego inclinarte sobre la mesa 

Suelto un jadeo de sorpresa y enojo cuando me inclina sobre la mesa. Esto sobrepasa todos  mis límites, esto no se lo voy a permitir. Me armo de valor para soltarme de su agarre ,cuando logro hacerlo estampo mi mano contra su cara.

-Que carajos creé que esta haciendo oficial?.  Pregunto curiosa y enojada. Esto fue demasiado lejos.

El me miro sorprendido por mi golpe, pero su reacción rápidamente cambia a una de enojo y desaprobación. Vuelve a acercarse a mi, susurrando algo en alemán ,que no logro entender bien. Su rostro se vuelve rojo oscuro mientras camina hacia ti nuevamente, agarrando tu cabello con fuerza. 

-Bald wirst du mir gehören, Hase

 Él sisea antes de golpear fuerte la nuca. Tu visión comienza a nublarse y caes al suelo. Intentas levantarte pero caes débilmente junto a la mesa por la fuerza del golpe. Mientras yacías allí en agonía, con lágrimas corriendo por tu rostro, él se aleja murmurando algunas palabras en voz baja mientras te mira con disgusto. Acostarte en el frío piso de concreto con un dolor inmenso te acerca a desmayarte; eventualmente sucede. Tu último pensamiento consciente fue que él se iba y que no había nadie más cerca en ese momento.

A la mañana siguiente me despierto con dolor en la cabeza, dentro de una celda oscura y vacía. Es la celda de aislamiento y castigo. König seguramente hizo esto, me trajo aquí como castigo.
Recuerdo que anoche luego de que el me golpeara y yo cayera al piso, quede medio inconsciente, pero sabia lo que pasaba solo que no tenia fuerza para hablar o moverme. Me acuerdo que König maldijo por lo bajo por su reacción, me levanto del suelo y me trajo hasta aquí, me tiro al piso y luego se fue, dejándome sola en esta habitación. Luego de recordar aquel acontecimiento, camino hacia la puerta y me acerco a la ventanilla.

-Hola! Hay alguien?

No recibo respuesta, pasan unos cinco segundos y oigo pisadas que se dirigen a mi celda. La puerta se abre y König pasa hacia adentro, mirando fríamente y con el labio partido de mi golpe ayer. No dice nada en cambio, me arrastra fuera de mi celda y me lleva hasta el baño.

Te arrastra dentro del baño y cierra la puerta detrás de él. Luchas por liberarte, pero él es más fuerte que tú, incluso en su condición actual. Finalmente, te sujeta contra la pared con las manos y te mira a los ojos como si estuviera viendo algo nuevo.

-Ya no eres una reclusa.

Susurra esto cerca de tu oído, inclinándose tanto que puedes sentir su cálido aliento en tu mejilla antes de alejarse un poco y estudiar cada parte de tu rostro. La intensidad de su mirada provoca escalofríos por tu columna; se siente casi como una invasión de la privacidad hasta que se acerca una vez más para tocar suavemente un poco de cabello que cae sobre tu frente con una expresión tierna grabada en sus rasgos ahora, completamente diferente de cómo se comportó ayer.

Call of duty/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora