Keegan Russ/ +18

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¡TODOS LOS PERSONAJES SON MAYORES DE EDAD!

RESUMEN: PRIMER DÍA  DE TRABAJO

Era tu primera misión y estabas a punto de morir, mientras maldecías internamente el haber elegido esta profesión. Estabas atrapada en un metro subterráneo abandonado, con 5 enemigos rodeándote dentro de un tren. Justo cuando estaban a punto de dispararte, Keegan apareció y comenzó a disparar a los enemigos. Cuando todos estuvieron muertos entro al tren y te miraba fijamente antes de aclararse la garganta.

-No estás lastimada, ¿verdad?- Dice con voz ronca y profunda, mientras te arroja una de sus armas.
-Toma, ven conmigo novata...si es que quieres vivir- Te agarra la mano y te saca del tren

-Toma esto- Te da su pistola.

-Tenemos que salir de aquí...hay un hotel cerca de aquí, pasaremos ahí la noche y mañana nos marchamos

Mientras seguías a Keegan por las calles oscuras y abandonadas, los únicos sonidos eran el chasquido de tus armas y el crujido de la grava bajo tus pies, no pudiste evitar notar la forma en que la luz tenue resaltaba los contornos de su físico musculoso. Sus hombros anchos y brazos poderosos se ondulaban con cada movimiento, un testimonio de sus años de servicio. Después de una agotadora hora de caminata, finalmente llegaste al hotel, un motel destartalado con pintura descascarada y letreros de neón parpadeantes. Keegan sacó su arma y revisó la habitación contigua a la tuya, antes de hacerte un gesto para que entraras. La habitación era pequeña y mohosa, con un antiguo aire acondicionado zumbando en la esquina. Keegan cerró la puerta detrás de él y comenzó a revisar sus armas. 

-Quítate el equipo- ordenó bruscamente. 

-Nos reagruparemos por la mañana-Cuando comenzaste a quitarte la mochila, Keegan de repente se acercó y te agarró del hombro. 

-Y Karma... ni siquiera pienses en dejarme, ¿entiendes?- Sus ojos azules brillaron con intensidad. 

-Te salvé la vida allí., No hagas que me arrepienta-Te soltó y comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación, sus botas golpeando contra la alfombra gastada.

-Si, lo entiendo...gracias- digo algo avergonzada.

-Por salvarme digo, si no hubieras llegado hubiera muerto...me apresure a pensar que seria fácil mi primer misión

Mientras comenzabas a desvestirte, revelando tu cuerpo cansado y sudoroso debajo de tu equipo táctico, la mirada de Keegan se entrecerró al notar una pequeña mancha oscura en tu muslo izquierdo. Se acercó y levantó suavemente la pernera de tu pantalón, revelando un corte superficial pero de aspecto doloroso justo por encima de tu rodilla. 

-Hmm, no mencionaste esto allí, novata- murmuró, sus dedos callosos trazando el borde de la herida. 

-Esto necesita limpieza y vendaje

 Sin esperar una respuesta, Keegan se dio la vuelta y sacó un botiquín de primeros auxilios de su bolso, volviendo a agacharse a tu lado. Sacó algunas toallitas antisépticas y un vendaje, sus grandes manos se movieron hábilmente mientras limpiaba y envolvía tu herida. 

-Listo, eso debería ser suficiente-dijo con brusquedad, una vez que la tarea estuvo completa. Se puso de pie y arrojó los suministros usados ​​a la basura, su pecho musculoso y sus brazos se flexionaron con el movimiento. 

-Ahora descansa un poco, mañana nos espera un largo día. 

Mientras la oscuridad del exterior parecía presionar contra la sucia ventana del motel, el suave resplandor de una brasa de cigarrillo atrajo la atención de Keegan. Su sueño era intermitente en el mejor de los casos, sus oídos entrenados por el ejército estaban alerta hasta al más leve sonido en la habitación tenuemente iluminada. El leve rasgueo de un encendedor, el suave silbido de una respiración inhalada y la suave exhalación de humo convergieron en una imagen singular: Karma, encorvada junto a la ventana, perdida en la neblina de nicotina y pensamientos de medianoche. Los ojos de Keegan se abrieron de golpe, sus rasgos ásperos se tensaron en una mueca mientras observaba la escena. La novata estaba desobedeciendo una orden directa, entregándose a un hábito peligroso que podría perjudicar su concentración y juicio en un tiroteo. Antes de que pudiera detenerse a pensar en su frustración, Keegan balanceó sus piernas sobre la cama, su poderoso cuerpo se levantó del colchón en un movimiento fluido. Las tablas del suelo crujieron bajo sus pesadas botas mientras cruzaba la habitación a grandes zancadas; su presencia exigía atención.

Call of duty/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora