𝟐𝟒

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enzo's pov

los días en españa eran magníficos, se había vuelto uno de sus lugares favoritos, no se cansaba de recorrer la ciudad a veces solo y otras veces acompañado de agustin y matias.

después de un largo día en uno de los sets de neflix para seguir con el contenido y promover la película caía casi las ocho de la noche; el invierno parecía ahuyentar a la gente de las calles y con muy pocos transeúntes caminó unos pasos para esperar a que agustin saliera de aquel edificio.
su vista bajó al celular en sus manos y espero encontrar la respuesta de rocio en sus notificaciones pero no había nada.

no dudo si quiera en pensar que lo estaba evitando, de nuevo, de la misma forma que lo había hecho hace un par de días en su propio departamento.
el suspiro pesado salió de sus labios, la calidez de su aliento choco con el frío aire y el vaho se formó.

—— che, vamos a cenar que j me recomendó un lugar acá a cinco cuadras. —— agustin se iba acercando y no pudo hacer más que asentir.

la charla durante el camino fue amena pero no podía concentrarse únicamente en eso, en buenos aires era temprano, apenas la tarde y sin poder evitarlo relojeaba cada tanto la pantalla del aparato.

—— estas un poco desesperado, enzito. —— sentados frente a frente, alzó su cabeza para encontrarse con el ojiclaro.

—— ¿mhm? —— preguntó.

—— estas insoportable con el teléfono, che. —— agustin siempre tenia una sonrisa cuando hablaba. —— ¿minita nueva?

el menú llegó.

—— no. —— su respuesta salió tajante y dio vuelta el teléfono dejandolo en la mesa. —— estoy esperando el mensaje de mi hermana. —— mintió.

—— uno no se pone así por la hermana. —— el tono burlón de agustin le hizo sonreír y la cena pasó, desconectando apenas del celular.

en la habitación de hotel pasó lo mismo, ciertamente le irritaba no hablar, no se considera un hombre directo al ataque más bien un hombre sensato. quizás era la edad pensó queriendo encontrar al culpable, seis años al final del día eran seis que los alejaba y diferenciaba.

conocer a la pelirroja en otro ámbito era algo nuevo y así como en la escena artística, enzo era curioso, quería saber más, necesitaba, pero si está no se lo permitía entraba en una especie de determinación la cual parecía que rocio no estaba abierta a negociar ni mencionar.
las horas pasaron y con ellos los días también, concluyendo el viaje y volviendo directo a buenos aires, montevideo había quedado fuera de su ruta.

trato de mantener las ansias bajo su control, después de salir a correr por la capital y de milagro no ser reconocido casi cerca del mediodía tocó la puerta del departamento ajeno.

—— pensabas que no iba a venir. —— su mirada bajo automáticamente cuando se encontró con la muchacha, esta tenía los ojos desorbitados y los labios apenas separados gracias a la sorpresa.

intentó mantener su vista en los azules pero por segundos se desconcentraba y bajaba a los labios para nublar su cabeza con aquellos recuerdos, todavía frescos.
y sin poder evitarlo el olor floral, casi a frutillas y miel le llegó a la punta de la nariz y casi en un arrebato de impulsividad sus manos fueron al rostro ajeno, rodeando sus mejillas y juntando sus labios.

y ser correspondido es lo que le empujó a pensar que quizás no podía volver atrás, no quería tampoco.

𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒎𝒆. - 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙫𝙤𝙜𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora