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enzo's pov

fue tarde cuando sus mensajes fueron enviados, uno detrás del otro intentando explicar la situación y queriendo omitir detalles pero las respuestas que esperaba con ansias nunca llegaron. no lo iba a perdonar, lo sabía.

—— no me toqués. —— escuchar aquellas palabras lo habían dejado sin aire por un momento, aire que recuperó y fue robado al segundo después de seguir escuchándola.
ver sus ojos aguados y como su voz se quebraba, sabía el malestar que sentía y ser el culpable lo estaba matando.

verla y no tocarla, no poder consolarla por haber sido él el causante. no poder cambiarlo. había sido cruel y ni siquiera se había dado cuenta.

parado en el medio del pasillo y sin ella a la vista no supo qué hacer, recordó su edad y se sintió avergonzado, el malestar en el pecho se instaló ocupando su lugar como las últimas semanas y su cabeza no ayudaba.
saber que esta vez no existía forma de que la pelirroja afloje era desesperante, no poder decirle lo mucho que se arrepentía y cuánto la quería también.

pasemos a otro tema no quiero hablar de eso.

agustin pardella estaba sentado en el mismo sofá, en el lugar de rocio, todavía tenía algunas prendas guardadas en el placart, extremadamente pequeñas y con aquel perfume característico, alguna que otra cosa rosada rondando su baño y parte del departamento. no tenía la fuerza suficiente para comenzar a guardarlas.

—— mientras más viejo más boludo. —— era casi la primera vez que agustin aceptaba a hablar con él después de lo sucedido, se podría decir que tuvieron una discusión y por días el contrario evitaba verlo y comunicarse al igual que ella, contando a matias también.

—— no quiero hablar de eso, agus. —— tomó asiento a su lado y miró hacia el frente, el desgano salía de lo más profundo de su pecho y aquello era raro, se sentía raro.

—— no pretendas que no te lo saque en cara, tiene veinticuatro enzo. —— captó la molestia en su voz. sin decir nada apoyo uno de sus codos sobre su rodilla y luego su frente busco su mano.

—— ya sé, me equivoque, la pifie. —— había tenido aquella conversación con él mismo interminablemente. —— crees que no intente hablar con ella, la llame, fui a buscarla en la reunión del otro día. me odia agustin y esta en su derecho, me la tengo que bancar.

odiaba pensar en su comportamiento, lo atormentaba.

—— ¿no pensaste en ella en ningún momento? —— la voz del rubio salió despacio, aquella pregunta parecía ser la misma rocio hablando a través de él.

—— no. ——

el silencio se hizo más pesado y tragó saliva.

—— apenas cerré la puerta el peso de todo me cayó encima, no sabía qué hacer, qué decir. nunca me pasó, nunca lo hice.

la vergüenza de admitir que la primera vez que cometía una traición de aquel índole había sido contra una de las personas más inocentes que conocía le hizo darse cuenta que quizás era una pésima persona. un hombre que parecía ser inquebrantable escondía un ser de los que todos huían parecer.

el suspiro de su invitado hizo que pasara las manos por su cabello intentando alejar la frustración, miró hacia su dirección y vió los azules clavándose en él.

—— sos un hijo de puta. —— la frase que solía estar cargada de gracia y tonos entre felicidad y reconocimiento por el otro ahora se encontraba vacía. era seca y directa.

y su silencio fue la respuesta. el que calla, otorga.

𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒎𝒆. - 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙫𝙤𝙜𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora