12

1.2K 78 17
                                    

2024 | Daniela

Estaba devastada, mi almohada literalmente estaba llena de mocos y mi mejor amiga estaba conmigo sobándome la espalda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba devastada, mi almohada literalmente estaba llena de mocos y mi mejor amiga estaba conmigo sobándome la espalda. La relación más sana y linda que he tenido, según yo, se terminó. Porque nunca fue así, me hizo creer que si, pero mientras yo me preocupaba por su bien estar, por estar pendiente a él aunque estuviera de viaje, él estaba con otra en su ciudad natal. Quizás desde cuando, no lo sabía y tampoco era algo que me interesara.

Cuando estábamos yéndonos del cine con mis dos mejores amigos, los vi nerviosos y preocupados, estábamos caminando hacía mi hogar hasta que los paré.

— ¿Que les pasa? ¿Los dejó mal la peli? — Pregunté.

Se miraron entre ellos preocupados hasta que el rubio habló.

— Te lo íbamos a decir en tu casa, porque es una noticia que te puedes desvanecer o algo así — Dijo y yo lo quedé mirando raro. ¿Que tan grave era como para que yo me pudiera desmayar?

— Ya suéltalo — Dije con una sonrisa, en verdad yo pensaba que estaban bromeando o siendo exagerados.

— Santiago subió una foto con una chica — Dijo serio y rápido pero alcancé perfectamente a escuchar.

Reí nerviosa ante la confesión. — ¿Que clase de broma es esta? — Miré a Marti esperando a que se ría o algo.

— No es broma Dani, Santiago te está engañando — Dijo la morena.

— No, cállate — Dije mordiéndome el labio de la ansiedad. Alguien que me pellizque para despertar de esta pesadilla.

— Dale Daniela, te estamos hablando en serio — Ahora habló Julián.

— ¿Y por que a mi no me aparece esa supuesta historia? — Dije ya con un tono de voz más enojado. No me podía estar pasando esto, no quería que me pasara.

— A nosotros tampoco nos salía, Enzo pensó que no ibas a venir porque estabas en Mendoza y me mostró el perfil de él — Dijo sacando su celular y le escribió al recién nombrado para que le mandara las capturas.

— Mirá — Dijo y le arrebaté el teléfono de las manos.
Si era él, nos había ocultado las historias a todos.

Sentí como mis ojos se empezaban a nublar por las lagrimas y desde ahí todos caminamos en silencio.

Llegamos a mi casa pero Julián se tuvo que ir, Martina se quiso quedar conmigo, aunque le insistí que no era necesario. Y ahora aquí estoy, casi inundando la habitación de todo lo que he llorado.

S T Y L E | Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora