"You got that long hair, slicked back, white t-shirt
And I got that good girl faith and a tight little skirt
And when we go crashing down, we come back every time
'Cause we never go out of style
We never go out of style"
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Ya es nueve de febrero de este año tan loco, aunque pasaron dos meses recién. Enzo me invitó a Madrid, a los premios Goya. Estoy demasiado nerviosa y emocionada, su película está nominada a casi todas las categorías y me llena de orgullo. Nos encontrábamos con Blas, Santi y Matias en el avión, ya faltaba una hora para aterrizar en tierras españolas.
Jamás había salido del continente, con suerte salí de Chile así que esto es bastante nuevo para mi. Enzo y yo, ya nos hemos mostrado en redes, pero por lo que somos, amigos. La gente se lo ha tomado bastante bien pero hay algunas que no tanto, literalmente me llega odio.
De igual manera según mi acompañante, este viaje iba ser uno inolvidable, dudé en aceptar en un principio, me sentía una invasora, este viaje era para él, pero después de varias insistencias, acepté y aquí andamos. Conocí a Santi y Blas, unos chicos bastante amables y chistosos, no paré de reír en todo el viaje siendo sincera, salían con cada cosa.
Incluyendo a Matías, nos hicieron un interrogatorio de lo que pasaba entre nosotros, si éramos pareja, casi algo o amigos que se gustan. Enzo quiso evadir las preguntas pero yo opté por ser sincera, total sabía que de ellos no iba salir absolutamente nada.
— Somos amigos — Dije y ellos asintieron, esperando a que diga algo más. — Que se gustan —
Sus sonrisas no tardaron en asomarse y sus manos no tardaron en palmear el brazo de Enzo, nuestras mejillas permanecieron rojas por un largo rato, nos dábamos miradas cómplices cada tanto.
Después de unas horas de viaje, comencé hablar con las novias de los demás chicos, Malena y Guillermina, unas tipas super amables con las que compartí muchos gustos similares, además de que todas estábamos viviendo esta experiencia por primera vez.
Cuando finalmente aterrizamos, en España ya eran las diez de la mañana, nos llevaron a un hotel, en el cuál las chicas y yo entramos rápidamente para darnos una ducha y dormir una siesta debido al largo viaje que pasamos, mientras que los chicos estaban abajo saludando a sus nuevos fans.
Cuando entré a la habitación que nos tocó a Enzo y a mi, observé como una cama matrimonial adornaba el ambiente, reí, debido a que él lo hizo a propósito. Verdaderamente no me molestaba compartir una cama con él, pero después de nuestras confesiones, ambos hemos estado alejados en contacto físico, con suerte nos damos abrazos. No nos hemos besado ni nada.
Dejé mi maleta en la cama, para así poder sacar mis cosas de aseo personal y una ropa cómoda para poder dormir la larga siesta que espero poder tener, sin que nadie me interrumpa.
Me di una corta ducha de agua caliente y me puse un buzo con una polera corta, bastante básico.
Me acosté en la cama y revisé el teléfono unos minutos para ver los mensajes que me habían mandado mis amigos y mis padres, después de contestarles, mis ojos comenzaron a cerrarse y aunque me resistí para poder enviarle un mensaje a Enzo, de que iba dormir, por si no le contestaba, finalmente no pude y caí rendida ante las cómodas almohadas del hotel.
