Capítulo 28

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Jennie ciertamente se veía apurada en todo, pero le gustaba estar de ese modo, su rutina prácticamente se basaba en ir a visitar a Lisa a su departamento para ayudarla con lo que pudiera para después realizar tareas y trabajos de la universidad, a...

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Jennie ciertamente se veía apurada en todo, pero le gustaba estar de ese modo, su rutina prácticamente se basaba en ir a visitar a Lisa a su departamento para ayudarla con lo que pudiera para después realizar tareas y trabajos de la universidad, agradecía que las clases no fueran tan tardadas como antes y que al menos ya casi se acercaban los últimos exámenes para las calificaciones.

En cuanto a Lisa, la omega se la pasaba casi todo el tiempo pensando en prácticamente dos personas, el bebé en camino y en Jennie, pero más en la alfa, sabe que Jennie se esmera en el cortejo y la verdad era que Lisa no esperaba que se esforzara de ese modo, pensaba inclusive que la abandonaría después de un tiempo que viera que no le hacía mucho caso.

Los omegas a veces suelen aceptar al alfa después de pocos meses de cortejo, siempre había sido así, y prácticamente Lisa había logrado mantener a la alfa con ella durante el cortejo por más meses, algunos dirían que es más de lo necesario, pero para Lisa estaba bien, después de todo a veces sin querer sus pensamientos circulaban a pensar en aquella alfa que le había abandonado hace un tiempo.

Pero era algo que no se podía evitar, después de todo había sido su primer amor y su primer decepción amorosa, y claramente no se iría de la noche a la mañana todo pensamiento de ella o siquiera un recuerdo, además de que ahora venía un cachorro que seguramente tendría alguna característica que le recordará a aquella alfa.

La diferencia ahora era que Lisa no se sentía del todo triste, dejaría que aquella alfa se fuera convirtiendo en un recuerdo pasajero y se fuera desvaneciendo con el tiempo, sería difícil en un principio, pero lograría su cometido y viviría al día a día con su nuevo cachorro y si era posible con Jennie.

—Esto es horrible —habló Jennie mirando algunas hojas—. ¿De verdad escribí esto?

Lisa no pudo evitar reír al escuchar aquellas palabras.

—No puede ser tan malo —dijo la menor rodando los ojos.

—¡Claro que lo es! —mostró una de las hojas a Lisa, quien la tomó para poder leerla, no tardó en reírse al ver algunos errores demasiado graves en aquel escrito—. Es un desastre, ahora entiendo porque la profesora mencionó que esto no era digno de mi persona.

Jennie observó la mano de Lisa, no pudo evitar sonreír levemente al ver aquel obsequio que le había entregado en uno de sus dedos, se le veía precioso, las manos de Lisa hace que pueda resaltar cualquier objeto, inclusive si solo se trate de una pulsera de tela, podía apreciarse muy bien.

—¿Te sientes nerviosa? —la omega dejó de leer para pasar a mirar a Jennie, en un principio se había quedado un poco desconcertada, pero sabía a lo que Jennie se refería, su embarazo no está en un carácter de complicado, pero la realidad era que si se encontraba ansiosa por ver a su bebé y además de entrar a la sala de partos, de cierto modo daba algo de miedo.

—Un poco —dijo en voz baja—. Solo espero que todo salga bien.

—Y así será, estaré allí contigo en todo momento, omega, no te abandonaré.

Lisa asintió, se sentía sumamente agradecida por las acciones de Jennie, definitivamente es una grandiosa alfa.

Llevó sus manos a su vientre para acariciarlo, pero en ese momento sintió como su pequeño le daba unas pequeñas patadas, a lo que miró con una sonrisa a la alfa y le pidió que se acercara.

—Está pateando...

—¿Puedo? —Lisa asintió y Jennie acercó su mano hacia el vientre abultado de la omega, sintió como su mano era pateada suavemente y no pudo evitar sonreír al momento de sentir aquello—. Bebé, eres un travieso... Pronto te tendremos por aquí, tu querida madre omega está ansiosa al igual que yo, no la lastimes con esas patadas.

Lisa no se resistió al darle un beso a la alfa en la mejilla, era demasiado dulce con ella para ser verdad, de algún modo se sentía agradecida con lo que le pasó, si eso no hubiera ocurrido, jamás hubiera conocido a Jennie, jamás hubiera encontrado a un amor real.

Lisa no se resistió al darle un beso a la alfa en la mejilla, era demasiado dulce con ella para ser verdad, de algún modo se sentía agradecida con lo que le pasó, si eso no hubiera ocurrido, jamás hubiera conocido a Jennie, jamás hubiera encontrad...

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Lazo roto | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora