5. Algeciras mare (2ª parte)

355 19 16
                                    

Malú

Tras la ducha desenredo y seco mi cabello y me visto con un vestido ancho y cómodo. Salgo del aseo y voy hacia la habitación de Lucia, aún está dormida, son solo las 8.30 de la mañana. Duerme como un angelito, me siento a su lado despacio y acaricio ligeramente su cabello, es tan bonita mi niña. Mañana se va con su padre a pasar una semana a Málaga donde vive su otra abuela, es muy duro tener que separarme de mi pequeña tantos días, pero sé que estará bien. Albert está dedicándole más tiempo que nunca y su abuela la quiere con locura y como la ve menos, los días que la tiene le consiente de todo, como hacen las abuelas. Siempre he tenido una buena relación con mi exsuegra y se ha portado muy bien conmigo, no puedo decir otra cosa. Además Albert viene con Daniela su otra hija, será bonito que puedan compartir unos días juntas como hermanas que son.

 Como nos pilla de paso he quedado con Albert que llevaré a Lucia directamente a casa de su madre mañana. Allí dejaremos el coche de alquiler y nos volveremos mi madre y yo en avión hasta Madrid y así Lucia no tendrá que hacer tantos quilómetros.

Por fin Lucia se despierta y abre sus ojos, cuando me ve se lanza a mis brazos y yo la abrazo y la lleno de besitos. Mi madre también se ha levantado, se asoma por la puerta y se acerca a saludarnos. Hoy le dijimos a Lucia que iremos a desayunar churros con chocolate. Luego pasaríamos la mañana en la playa, no se cansa de estar allí, le gusta tanto como a mi. Y luego comeremos con mis tíos y mis primos para despedirnos.

Málaga (ese mismo día)

Pablo

Son las 13h cuando llego al restaurante donde he quedado con Alborán. Tuve un concierto Ayer en Marbella y como sabía que Pablo estaba pasando unos días en Málaga le di un toque para que nos viéramos.  Hacia por lo menos un par de meses que no coincidíamos. Como hasta final de mes no tenia compromisos de trabajo, he decidido tomarme al menos una semana para desconectar y recargar pilas y que mejor lugar que en mi querida Málaga. 

Entro al restaurante y enseguida me encuentro con Juan, el dueño, un tipo majísimo,  conoce a Alborán de toda la vida así que siempre nos reunimos aquí, tenemos un reservado para estar tranquilos y poder hablar con discreción y encima con vistas al mar. Es uno de los mejores restaurantes de Málaga, se come de lujo.

P: - Hola Juan! como va todo? ha llegado ya nuestro amigo?-

J: - Hola López! me alegro de verte! por aquí todo muy bien, mucho trabajo como siempre. Si, Alborán está dentro esperándote. Ahora voy a tomaros nota. -

P: - Gracias! Tu tranquilo, cuando puedas!-

Subo las escaleras hasta la segunda planta y al final del pasillo abro la puerta y entro. Es una habitación amplia con un enorme ventanal. Estamos a primera línea de la playa y hay unas vistas espectaculares .  Esta sala la tienen reservada para eventos privados de al menos 20 personas, pero cuando está libre y Alborán se la pide se la presta encantado.  Nada más entrar me encuentro a Alborán mirando en dirección a la playa, se dá la vuelta en cuanto me oye y se acerca a saludarme.

AL: - López hermano! Que ganas tenía de verte! Que tal el concierto de ayer?

P: - Muy bien tío! triunfamos!! jejeje-  le chuleo mientras nos damos un abrazo.

Nos sentamos y nos ponemos al día de nuestras cosas. A los 20 min entra Paco con un par de cañas y un plato de ibéricos cortesía de la casa y tras un rato hablando con nosotros y contándonos unos chistes nos toma nota de lo que vamos a querer para comer y se marcha. 

Quiero preguntarle a  Alborán sobre Malú, sé que ha estado hace poco con ella por que vi las fotos juntos por instagram, sé que le ha escrito una canción. También sé que por fin ha tirado de su casa a ese cretino de Albert que lo único que hacia era despreciarla y aprovecharse de ella.  Yo no podía entender como estando ya la relación rota seguía viviendo con él y encima en su casa. Perdí los nervios un día cuando me la encontré llorando en su camerino de la voz. Habíamos venido para firmar y concretar las fechas del programa. Durante la reunión su teléfono sonó varias veces, ella rehusó la llamada pero tras la insistencia de la persona que la estaba llamando, se disculpó y salió para contestar. Me extrañó que tardara tanto en volver así que dije que iba un momento al baño pero en realidad fui a buscarla.  La puerta de su camerino estaba entreabierta y ella hablaba desde dentro, afiné mi oído para escuchar por que el tono de su voz me preocupó, estaba casi llorando. Me esperé a que colgara y entré cerrando la puerta, al verme intentó disimular dándose la vuelta y limpiando sus lágrimas. Me acerqué hasta ella, la abracé por atrás y acabó llorando en mis brazos. Le pregunté qué le pasaba, pero no dijo nada, le insistí si era por Albert, seguía sin contestarme pero por la expresión de su cara al pronunciar ese nombre supe que ese cabrón era el culpable de sus lágrimas.  Apreté mis puños para controlar la rabia que sentí pero no pude contenerme, elevando mi tono de voz y claramente enfadado le solté que cómo podía seguir viviendo con alguien que la estaba haciendo sufrir tanto. Le dije un montón más de cosas feas, como que no la entendía, que en qué estaba pensando.... Le hablé furioso y de forma posesiva, lo reconozco, me arrepentí en el mismo momento que dejé de hablar, se apartó de mi y vi sus ojos conteniendo las lágrimas de nuevo, me pidió que la dejara sola. Le pedí disculpas enseguida y trate de abrazarla de nuevo pero se alejo más y elevando la voz me volvió a repetir que quería estar sola.  Pero qué había hecho? le había hablado fatal, reprochado, juzgado.... cuando lo que ella necesitaba era mi consuelo más que nunca. Me quedé parado mirándola sin saber que hacer, ella ya no podía contener más sus lagrimas y empezó a llorar desconsoladamente gritándome por última vez que me fuera. Salí de un portazo y le di una patada a la pared tan fuerte que fue un milagro que no me rompiera un dedo.  Le escribí muchas veces después de ese día, pero no recibí respuesta. Dos semanas después Alborán me dijo que finalmente Malú había echado a Albert de su casa. Yo seguía destrozado, necesitaba decirle que fui un capullo, que me perdieron las formas,  que mi única intención era abrirle los ojos. No quería que se distanciara de mi otra vez, no podría soportarlo de nuevo... el único consuelo que me quedaba era que al menos había servido para que mandara bien lejos por fin a Albert.

Te espero siempre aquí💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora