19. El concierto (2ªparte)

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Malú

Acabamos de bajar del escenario. Estamos con la adrenalina a tope. Lo primero que hacemos cuando estamos todo el equipo ya entre bambalinas es hacer un corro y damos un grito fuerte para descargar. Luego nos abrazamos. El subidón de adrenalina que siente uno en esos momentos de verdad que no se puede explicar si no lo vives. Nosotros además somos como una familia y la alegría es el doble. El concierto ha sido todo un éxito. Mi gente no paraba de cantar y aplaudir. De echo les sigo oyendo desde aquí corear aún mi nombre. Son increíbles. Ha sido una noche inolvidable. No puedo estar más agradecida.

Mi hermano me agarra y me sube en sus brazos y pega varias vueltas sobre si mismo. Me baja y me besa. Y yo le doy otro beso bien fuerte. Por atrás me coge ahora Julián, que me gira hacia él para poder abrazarme bien. Yaiza y Katia están bailando juntas, enseguida me uno a ellas y acabamos las tres en un fuerte abrazo.  

Luego Rubén y paco llegan por atrás y me agarran entre los dos subiéndome en sillita, mientras corean mi nombre y me elevan por el aire para luego volverme a coger, me veo en el suelo.   Por suerte salgo viva, me bajan y me plantan cada uno un beso en la mejilla.  Carlos no ha perdido el tiempo y ya trae una botella de sidra para brindar.

Tras unos 10 minutos la adrenalina baja un poquito. Lo justo para que podamos hablar entre nosotros y darnos la enhorabuena. Los chicos están hablando de ir a cenar algo. Cuando no tenemos concierto al día siguiente algunos se van a bailar y a tomar una copa después de cenar, como es el caso de hoy. Además hoy estamos cerquita de Madrid. 

Durante toda mi vida he sido muy dura conmigo, demasiado exigente y cuando terminaba un concierto me iba al hotel o a casa a descansar. No me he permitido ni el mínimo capricho, tenía que estar perfecta para el siguiente show. 

Este año no es que me vaya de fiesta después de todos los conciertos, pero de vez en cuando me voy a bailar un rato con ellos, me rio, me libero y me lo paso genial.

Pero lo que sigue siendo una constante siempre, es mi momento a solas. Después de la celebración con los compañeros, me despido y necesito meterme en mi camerino y simplemente estar en silencio. Cerrar los ojos, respirar y dar las gracias a la vida por permitirme poder vivir y disfrutar de esta profesión durante una noche más. Siempre suelo ser la última en abandonar las instalaciones dónde actuamos y me gusta que sea así.

Los chicos empiezan a irse para recoger y yo aprovecho para despedirme, hoy quiero irme directa para Madrid. Me voy con mi hermano que me ha dicho que mañana tiene que madrugar. Le doy un abraza y quedo con él para vernos fuera en una media hora.


Pablo

Llevo aquí en el baño escondido por lo menos  20 minutos cuando por fin escucho abrirse la puerta.  He dejado entreabierto para poder asomarme y verla y salir en el momento apropiado, no quiero darle un susto de muerte.

Cierra la puerta tras ella y apoya la espalda en la pared. Ha cerrado los ojos y la veo respirar profundamente en silencio.  Me fijo bien ahora en ella de arriba abajo, no pude ver su última actuación completa y me perdí la parte en la que se quita la faldita. Pero ahora la tengo delante de mi y no puede estar más sexi. Solo lleva un  bodi de encaje negro bien escotado y pegado al cuerpo y las botas altas por encima de la rodilla. Está espectacular, mis pantalones empiezan a molestar un poquito. 

Dejo que tenga unos minutos para ella, se que lo necesita, es como una meditación. Luego camina hasta el tocador y se sienta delante del espejo y empieza a desmaquillarse. Ella está bonita de todas las formas pero yo la prefiero con la cara lavada. Cuando ha terminado creo que ya es el momento de hacer acto de presencia. No quiero asustarla así que hablo bajito.

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