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15. La despedida

Pablo

Regresamos al puerto de Tarifa a las 14.35h de la tarde. Aunque nos costó convencer a Carlos insistimos en invitarle a comer. Nos llevo a un chiringuito que solían frecuentar principalmente turistas y por suerte pasamos desapercibidos, la verdad que comimos muy bien y además lo pasamos muy bien juntos, le contamos a Malú un montón de anécdotas inolvidables de cuando Carlos y yo éramos pequeños. Teníamos fama de ser unos trastos y siempre la estábamos liando. Malú se rio muchísimo y yo no podía ser mas feliz.

Tras despedirnos de Carlos volvemos  a nuestro yate.  Nuestro avión sale a las 21h de la tarde.  Así que tenemos todavía unas horas.  Navegamos desde Tarifa hasta Algeciras pegados a la costa. Quiero  hacer una parada allí, en su rinconcillo. Sé que le hará ilusión.  

Malú

Anclamos el yate un poco antes de las boyas y bajamos nuestra pequeña barca que no la habíamos vuelto a usar desde  Estepona.  Le digo a Pablo que vallamos hacia la segunda zona, que se encuentra totalmente sin urbanizar, es la más cercana a la desembocadura del río Palmones. Está completamente rodeada por las dunas del antiguo cordón litoral, es más estrecha y sus aguas son algo más profundas y peligrosas, por las corrientes.  Lo bueno de esto es que es una zona tranquila y muy poco frecuentada.

Sacamos la barca del agua y la dejamos bien frenada en la arena. Caminamos hasta las dunas hasta encontrar un buen sitio para sentarnos cómodos.  Encontramos una zona en la que la duna desciende bastante  y forma una pequeña pared a los lados y atrás, es un sitio perfecto para escondernos. Pablo extiende la manta y dejamos sobre ella nuestras cosas. Lo primero que hago es quitarme los zapatos y acercarme a la orilla para meter los pies, me subo un poco el vestido para no mojarlo. Pablo se me une enseguida, abrazándome por la cintura. Cierro los ojos y respiro el olor a sal y arena. Me trae tantos buenos recuerdos. 

M:- En el verano que cumplí 15 años conocí a un chico. Yo era la jefa de la playa, conocía a casi toda la gente que veraneaba aquí y era muy popular también por mi familia. Pero este chico era nuevo, era su primer verano. Me acuerdo que nada más verlo me gustó. Tenía 18 años, era alto, moreno, de ojos azules, muy guapo y tenía un cuerpazo. Me pasé dos semanas persiguiéndole por toda la playa para que me hiciera caso. El iba siempre con varios amigos y se pasaban las horas en la playa al atardecer, fumando y bebiendo cerveza. Habían alquilado un apartamento muy cerquita. Un día yo estaba sola en la playa y me lo encontré. Él también estaba solo. Me sonrió y empezamos a hablar mientras caminamos hasta este lugar, donde estamos ahora nosotros. Me dijo que se había dado cuenta que le seguía, yo me sonrojé y bajé la cabeza muerta de vergüenza. El sonrió, me cogió la barbilla y me pidió que le mirara a los ojos. Me dijo que era muy bonita pero que todavía era muy pequeña. Yo me sonrojé más todavía y entonces me cogió de la cintura, me atrajo hasta estar totalmente pegada a él y me beso.  Recuerdo que me empezaron a temblar las piernas y sentía unas mariposas en la barriga super intensas.Fue mi primer beso con lengua, nos besamos durante mucho rato y luego nos quedamos a ver el atardecer juntos, sentados justo aquí. A la mañana siguiente temprano él se marchaba de Algeciras. Me dijo que volvería el Agosto siguiente y que me buscaría.  Pero yo ya no regresé, en Marzo del año siguiente grabé aprendiz y ya nada volvió a ser como antes.

P:- Me hubiera gustado ser aquel chico que te beso por primera vez, yo no te hubiera dejado escapar ese tarde....-

M:- Me da vergüenza contarte una cosa que me pasó aquella tarde.....-

P: - Ahora me la tienes que contar, Lula.... vamos......-

M: - Aquella tarde, después de besarnos, llegué a casa y fui al baño. Tenía las braguitas super mojadas, nunca me había pasado. Tiempo después supe porqué...... -