CAPITULO 15-Eren

298 25 9
                                    


El moño del traje incomodaba en gran medida a Eren, por lo que no dejaba de intentar aflojarlo.

-Si sigues haciendo eso vas a soltarlo- le señaló Armin, para él era fácil decirlo, caminaba erguido con la mirada hacia delante, de manera tan natural que a Eren le causo un poco de envidia.

Estaban en el castillo de Eldia, lugar en el cual se estaban quedando y en el que se iban a llevar a cabo los acuerdos, ambos iban caminando hacia el salón principal, ya que se iba a dar la bienvenida a todas las figuras políticas que iban a ser parte de los acuerdos.

Y aún más importante para un Eren que no había comido nada desde el día anterior, se iba a dar el almuerzo.

-No hables mucho con nadie, lo más probable es que no se acerquen a ti, pero hay que estar seguro, no digas nada que pueda comprometerte, las interrogaciones serán mañana, no hoy, así que limítate a saludar y estar al lado de alguno de nosotros-Le advirtió Armin.

-Muy bien señor Armin- refunfuño Eren mientras se quitaba el pelo de la cara con ambas manos, Armin le había aconsejado dejarse el pelo suelto, por lo que lo hizo y ahora se arrepentía.

-Llegamos- Anunció Armin.

Habían llegado a las puertas del salón, en donde estaban Mikasa y Historia esperándolos.

Según Armin, debían entrar los cuatro juntos para demostrar fuerza y presencia, pero para Eren era diferente.

Sin poder hacer mucho para impedirlo sus ojos se fijaron en ella, traía un largo vestido blanco perla de cuello alto, la parte inferior del vestido contaba con delicados rubíes, que iban a juego con los guantes, tambien blancos, que le llegaban hasta por encima de los codos, llevaba la medalla que recibió al recuperar el muro maría en su cuello, que a pesar de ser un reconocimiento militar le quedaba muy bien con el vestido, su cabello iba recogido en un tocado delicado, su rostro tenía un maquillaje suave, sus mejillas y sus labios tenían un sutil tono rosado, si había algo en el mundo que se veía como la paz y la tranquilidad era ella.

Verla no se hacía más fácil por más días que pasarán, siempre que la veía se sentía como si todo el universo se mostrara ante él, abrumándolo y maravillándolo con todos sus colores y secretos.

Ella era el universo sin lugar a duda alguna, y aun si nunca hubiera sabido que había algo más allá de las murallas, ella hubiera sido todo.

Ojalá lo hubiera apreciado antes Pensó para sus adentros mientras se acercaban a ellas.

- ¿Ya todo está listo? - Preguntó Mikasa mirando a Armin.

-Si, ¿preparaste el discurso?

Mikasa dijo que si, y asintió al guardia encargado de la puerta, este la abrió revelando un gran salón lleno de personas que se giraron para verlos.

-La delegación de Paradis-Anunció el guardia.

Eren había escuchado a través de la puerta como habían animadas conversaciones, pero al entrar estas se tornaron en un silencio sepulcral, todos tenían la mirada puesta en ellos.

En él.

Lentamente el silencio se convirtió en murmullos, unas personas se veían aterradas, otras se veían impactadas, otras lo veían con una especie de morbo, se decía a si mismo que tal vez lo estaba imaginando, después de todo era la primera vez que aparecía oficialmente en público como Eren Yeager, el criminal de guerra más conocido de los últimos tiempos.

Sus intentos de subirse la moral no ayudaron demasiado.

Sentía como el sudor frio empezaba a bajar por su espalda, cada vez menos aire entraba a sus pulmones, su vista empezó a fallar ¿acaso esta era una pesadilla?, no, esta era una de las consecuencias a las cosas que había hecho en la realidad, ¿acaso que había esperado? ¿Qué todo el mundo lo recibiera como a sus amigos?

ALAS DE LIBERTAD (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora