CAPÍTULO 20

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IVANNA

Veo a mi alrededor y no reconozco a muchas de las personas aquí presentes, pero si a mi hermana junto a mi. Acomodo mi traje y arreglo mi cabello, los nervios me consumen, se que en cualquier momento la veré.

Las puertas del salón de se abren dejándome ver a la mujer más hermosa que mis ojos han visto, mi lugar favorito en el mundo, mi calma en la tempestad, mi adorada Yuna.

Katerina toma mi mano para tranquilizarme mientras ella avanza paso a poso por el pasillo, el sonido del violín llega a mis oídos con una dulce melodía que me hace querer correr hacia ella. Sus ojos, ese cielo nocturno lleno de estrellas brillantes se encuentran con los míos y sonrío al igual que ella lo hace.

Como desearía estar parada en el altar y no siendo parte de los invitados. Sus ojos se desvían al frente, donde ese hombre la espera con una sonrisa triunfal, porque ganó, se lleva a la mujer de mis sueños para convertirla en su esposa.

Cuando pensé en volver a verla, no me imaginé que sería de esta manera. Esperaba verla y recibirla en mis brazos, no verla ir al altar con alguien más.

—No puedo Kate —le susurro a mi hermana.

—Puedes, ella quiere que estes aquí —presiona mi mano —demuéstrale que eres una Kozlova.

—Imagina que Roxanne estuviera en su lugar.

—Mi solecito le hubiera sacado antes de acceder a casarse con un hombre.

—Roxanne le sacaría los ojos a cualquiera que la vea —Kate sonríe y asiente.

—Ahora pon atención, demuestra que todo está bien, que no te afecta —dice entrelazando su brazo con mío.

Alice, Olivia, Roxanne y Arianna, están en el altar como sus damas de honor, aunque todas parecen muy felices, Alice no puede ocultar su desagrado al ver a Yuna ahí de pie, tomando la mano de ese hombre.

Alice me mira y puedo ver que sus intenciones son igual que las mías, pero Olivia llama su atención para que siga con su postura inicial.

—Lo voy a matar Kate —ella me mira de soslayo y medio sonríe —lo despellejaré vivo, haré que se asfixie y cuando esté a punto de morir, lo dejaré vivir, repetiré la misma acción hasta que suplique por mi perdón, por haber tomado a mi mujer o al menos haberlo intentado.

—Quiero ver eso Nana, será de las últimas cosas que vea antes de retirarme por completo.

UNA SEMANA ANTES

Veo a Yuna con esa mirada que jamás había visto en sus ojos, pero que muy en el fondo sabía que estaba ahí, su manera de actuar, él no temerle al peligro me indicaba que ella era más de lo que aparentaba, pero solamente se retraía de su verdadero ser.

—Toma —dice pasándome el cable.

—Guárdalo, sabes utilizarlo muy bien —sujeto su mentón y acerco mis labios a los suyos —¿Que harás ahora, cariño? —susurro  sobre sus labios —tú ordena y los demás cumplen lo que les digas, incluyéndome, me tienes a tus pies abogada.

—Haré una negociación y para eso, debes prometer que te mantendrás al margen, no actúes sin que llegue el momento.

—¿Que harás hermosa? —pregunto tomando su mentón. —No hagas una locura.

—Es necesario cariño, debes confiar en mí.

—Lo hago, pero no quiero que salgas herida.

—Roxanne lo tiene —dice Katerina —hay que irnos ahora.

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora