Denise
Suspiro con pesadez cuando abro mi casillero mientras el sueño me gobierna. Llevo todo el fin de semana sin poder conciliar el sueño desde que regresé a casa, no es que quisiera mucho, pero no tengo adonde ir. Además, mi hermano no me va a dejar ir así con mucha facilidad. Por suerte me preparé la cena para mí las dos noches y me encerré en el cuarto hasta el día siguiente, sin cruzarme con ella durante la mañana.
Hago una mueca cuando la herida me da un tirón. Por suerte, para mí, tenemos un uniforme para invierno, que cuenta con una camisa de manga larga. En esta ocasión, sirve a la perfección subiendo las mangas hasta mi codo.
El profesor hizo un buen trabajo curando la herida. No era demasiado profunda a pesar de lo bastante que sangraba, sin hablar del dolor. Pero con su intervención, fue suficiente para que esta no se abriera incluso cuando estuve bañándome.
—Señorita Hyucket—hablando del Diablo.
Si recuerdo la imagen de hace solo dos días, un hombre cansado y vestido de forma descuidada, durmiendo sobre su sillón, al que tengo frente a mí, es como asegurar que son dos personas completamente distintas. Su camisa celeste la mantiene de la misma forma que yo, con las mangas envueltas hacia arriba, metido por dentro de un pantalón negro.
Intento no concentrarme en el hecho de que esa camisa le quede genial y muy ajustada. Cabe destacar, junto con ese botón abierto, dejando ver su cuello y el inicio de su pecho.
Cierro mi casillero sin bajar la mirada esperando sus palabras—Tengo que hablar con usted—intento no mostrar ninguna mueca burlona porque recuerdo lo último que pasó cuando él quiso "hablar conmigo". Pero para mi sorpresa él sigue—Se hizo una reunión con los profesores de la escuela y quieren expulsarla.
Ladeo mi cabeza soltando una risa amarga, pienso que, después de todo, lo que ella había dicho no fue mentira.— ¿Usted lo sabía? —No sé por qué esa pregunta sale de mis labios cuando en verdad es otra cosa en lo que pienso.
—No—echa su pelo hacia atrás cuando unos mechones caen frente a sus ojos—me avisaron luego de ella—de alguna forma lo puedo notar frustrado—mencionaron que no llevo mucho tiempo trabajando, por lo que no iba a tener argumentos para la reunión, solo me avisaron para informarte.
Lo lanzaron al hoyo, son unos cobardes. En el mismo instante en que se me va una risa irónica, noto el ceño fruncido de él y algo en mi busca la razón.
—No parece muy contento.
Su mirada está en el piso y cuando me escucha hablar, sus ojos negros me buscan—¿Por qué debería estar contento?
Me encojo de hombros y odio cuando él se vuelve a erguir porque me hace más pequeña—Debo de serle muy sincera—mi sonrisa burlona aumenta mientras acomodo mis cosas para darme la vuelta e irme—Se quitaría un buen peso de encima conmigo fuera de la escuela.
—¿No serás tú quien quiere alejarse de mí? —me quedo congelada dándole la espalda—¿Por qué haces tanto énfasis en que es mejor que no te dé clases?
Hago una mueca con los labios de forma inconsciente y me volteo a verlo con una ceja arqueada—¿De qué está hablando?
—Siempre hablas de alejarte de los profesores, pero a pesar de todo—de alguna forma molesta, me encuentro tan perdida que no caigo en cuenta cuando él se acerca con solo un paso—Siempre mantienes un perfil bajo.
—¿Acaso se olvidó de cómo me conoció? —interrogo con una sonrisa burlona, intentando borrar esa sensación incómoda de mí, pero no me espero que él me responda con el mismo gesto.
![](https://img.wattpad.com/cover/361710751-288-k9630.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de mi profesor
Roman d'amour¿Quién dijo que romper las reglas no sería divertido? Las mejores decisiones son las malas... más si vienen acompañada de la dulce tentación de lo prohibido. ¿Qué ocurre cuando un recto profesor se cruza con una alumna descarriada y debe disciplinar...