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Denise

Alzo la vista de la pantalla del televisor por décima vez en la noche... o eso creo que he contado. La película me parece interesante, pero más lo hace quien descansa a mi lado, con sus ojos clavados hacia el frente. No entiendo por qué me inquieta tanto, si yo fui quien tuvo la idea de la película.

Desde que llegamos de la cafetería en la tarde, Kevin se limitó a solo decir monosílabos; yo no comprendía la razón de su enfado. Durante lo que duró la tarde, el apartamento estuvo todo el tiempo en silencio y me estaba volviendo loca con eso. ¿Lo peor de todo? Que ni yo misma puedo comprender por qué me molesta tanto.

Por eso, luego de comer, tuve la idea de ver una película... y aquí estamos, sin yo poder entender la mitad del filme por estar concentrada en él.

—¿Pasa algo?

Me sobresalto, avergonzada por haber sido descubierta, más conocida como acto infraganti. Muevo la vista al frente, como si no lo hubiera estado acosando con la mirada, pero los dos sabemos que mi "intento" es en vano porque ya me ha descubierto.

—N-no

—Podemos quitar la película si así lo quieres.

—¿Tienes sueño?

No sé por qué, algo en mi espera que me diga que no para poder seguir estando aquí los dos, poner otra película tal vez. De la cual tampoco voy a entender la mitad, pero él va a estar aquí.

—Debes de estar aburrida de pasar tiempo con alguien como yo —me quedo mirándolo con extrañeza, porque no comprendo nada de lo que me quiere decir. —Un chico universitario como William seguro te divertiría más.

¿Qué tiene que ver eso ahora?

Voy a abrir la boca para preguntarle a qué vienen esas palabras ahora, pero antes de que pueda hacerlo, su teléfono suena y, con una última mirada, se levanta hacia su cuarto que es en donde se encuentra su móvil. Me quedo mirando hacia donde hacía solo un segundo estaba sentado, mi mente sigue a la vez buscando una razón coherente para lo que dijo.

¿Por qué salió William ahora en la conversación si lo conocimos hoy?

También está el tema de su molestia tan... repentina.

Exclamo un quejido lleno de frustración y me lanzo hacia delante, precisamente al cojín en donde la espalda de Kevin estaba hace pocos minutos, se había caído cuando él se levantó. Cierro mis ojos cuando una comodidad repentina se apodera de mi cuerpo. Esa frustración, de no saber qué hacer y no saber cómo sentirme... todo se evapora con olor que reconozco desde hace tiempo.

Su colonia, no había notado que el aroma de Kevin era tan fuerte y penetrante. Pero no demasiado para ser agobiante. Me gusta, no puedo hacer otra cosa ahora que guardarme en mi memoria el olor de su presencia.

—¿Denise?

Me levanto como un resorte, cuando siento mi nombre. Al hacerlo tan rápido, me quedo con todo mi pelo en la cara. Avergonzada de lo tonta que de seguro me veo, me acomodo el cabello viendo de reojo su sonrisa divertida, pero sin llegar a ser muy grande.

—Acabo de hablar con mi hermana.

—¿Todo está bien?

Miro cómo se acerca al sofá y cruza un pie por encima del mueble para sentarse en donde mismo estaba, en donde hacía segundos yo olía su colonia. Trago grueso para que la vergüenza no me consuma y actuar más tonta de lo normal frente a él.

—Me comentó acerca de las vacaciones.

—¿Vacaciones?

—Todos los años vamos al pueblo en donde nacieron nuestros padres a pasar las vacaciones.

Me enamoré de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora