Henry
Suspiro al ver la foto, pensando en cómo los años pasaron y yo intenté ignorarlo. Las dos personas que sonríen en esta foto, ahora son completamente distintas, casi no puedo reconocerlas y no sé porque eso ocurrió. Admiro su cabello castaño, su sonrisa y disfruto al ver su felicidad, luciendo hermosa en ese vestido de novia, al ver el parecido que nuestra hija tiene con ella. Pero ya nada es lo mismo para esa pareja recién casada de hace veinte años.
No sabría que responder, si me preguntaran cuando fue que todo comenzó a desmoronarse. Todo parecía tan perfecto...
Como siempre yo deseé que fuera mi hogar.
Tal vez el culpable soy yo, al no notar como mi familia no es la que yo creí que existía. Lo peor de todo, es que veía los cambios desde hace años, pero los ignoré. Porque quería seguir manteniendo mi familia perfecta.
Cuando supe que Denise se fue de casa y David no pudo darme una explicación concreta de la razón, sabía que había algo más. Ella tampoco quiso hablar, tal vez ahí la realidad fue un poco más clara. Hasta que no pude seguir sosteniendo lo que tanto intentaba ocultar, hacía mucho tiempo atrás que todo se estaba desmoronando.
No sé por qué, no conozco desde cuando... pero el punto principal de todo, es mi esposa. Esa mujer que amé desde el primer día que vi su sonrisa, desde que hablé con ella. Desde el primer momento, estaba perdido por ella.
Aun con el paso de los años, no puedo creer que estos hayan sido tan crueles.
Ya no veo a mi esposa, ya no veo a esa chica alegre y despreocupada de la cual me enamoré. No veo su corazón amable. ¿Cuándo fue que cambió todo? ¿Por qué? ¿Cuál fue la razón de su cambio?
Me inclino sobre mis rodillas aun sosteniendo esa foto, sosteniendo lo último que quedó de nosotros.
Duele...
Duele saber que todo ha quedado destruido y que no pude hacer nada para evitarlo.
Es cruel admitirlo, pero lo único que queda entre los dos es el recuerdo de lo que una vez fue un amor. Sigo amando su recuerdo, mi corazón sigue latiendo por esa chica que fue, ahora... me costó darme cuenta de que la persona que tenía a mi lado no me hacía sentir nada.
Lloro, lloro porque, aunque lo admito, sigue doliendo, porque no es justo, no es justo que algo tan bello se haya destruido de la noche a la mañana.
Tal vez cometa el mayor de los errores, pero una mariposa no puede volar sin alas.
Intento calmar mi respiración al momento de sentir la puerta ser abierta, sabiendo a la perfección de quien se trata. Me pongo en pie, siendo sostenido por un poco de fuerza en mi interior para enfrentar esta noche.
La veo avanzar por nuestra habitación y con una última esperanza, remuevo entre mis sentimientos, buscando aquello que tanto protegía en una burbuja. De tanto protegerlo este se ahogó, eso encuentro cuando busco... nada. Ni siquiera el recuerdo me ayuda a recoger las cenizas, todo se desvaneció... y la culpa es de los dos.
—Necesitamos hablar—le digo cuando mi voz se atreve a salir de mi garganta.
—Estaba esperando que lo hicieras—su voz suena dura y juro escuchar tras ella el eco de cuando me llamaba juguetona—Cometiste un error y hay tiempo de corregirlo.
Algo me dice que no tiene nada que ver con lo que yo supongo, por lo que mi confusión es demasiado notable—¿De qué hablas Celine?
—Aún podemos revocar la matrícula de David de la escuela de Medicina y matricularlo en Ingeniería.
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Me enamoré de mi profesor
Storie d'amore¿Quién dijo que romper las reglas no sería divertido? Las mejores decisiones son las malas... más si vienen acompañada de la dulce tentación de lo prohibido. ¿Qué ocurre cuando un recto profesor se cruza con una alumna descarriada y debe disciplinar...