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Tzuyu

El atardecer es una de las cosas más hermosas que te puede regalar la vida y el mundo. En ocasiones, como esta, puede servirte de calmante.

¿Qué tan cruel puede ser la vida cuando un bello momento te hace llorar?

...

Solo cuando te das cuenta de que tu vida está tan vacía, que no conoces la diferencia de estar respirando o colgando del hilo de la muerte. Mi cuerpo se siente pesado mientras camino por mi habitación monocromática. Aunque quisiera disfrutar durante más tiempo del paisaje que me regala la naturaleza, el dolor me obliga a tomar un descanso.

A pesar del picor que encadena a mi espalda, no puedo evitar reírme de la ironía de los sucesos y del lugar en donde me encuentro.

La Casa de Dios en donde te graban en sangre su palabra...

En donde las cadenas de hierro se clavan en tu cuello sin dejarte respirar, te obliga a caminar aún sin aire. Hasta que te acostumbres a vivir sin este... a ser una simple marioneta. Solo porque así lo "manda" Él...

¿Cuál es el límite al que uno llega?

¿Cuándo se cruza esa línea del nunca retorno?

¿Yo voy por ese camino? Creo que sí...

Las estrellas danzan por mi ventana y se cuelan por el techo negro de mi habitación. Tengo frío y estoy aterrada de que el monstruo con la capucha negra se cuele para llevarme con él.

Recuerdo correr por el jardín de bambú... recuerdo su deliciosa y atrayente melodía, esa que logra relajar al alma más atormentada. Eso es lo que ahora mismo me está haciendo perder la consciencia.

Tengo miedo...

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David

—¡David, estoy libre! —siento el grito de mi compañero y volteo con rapidez en su dirección.

Tomo la pelota entre mis manos, finjo que la lanzo hasta que doy la vuelta sobre mi eje, dándole la espalda a mi contrincante, para sin perder tiempo encestar. Escucho los gritos de mi equipo, mientras choco manos con ellos.

—Bien hecho, David —me dice uno de ellos y yo asiento en su dirección con una sonrisa.

Mientras tomo una botella de agua, miro a mi alrededor. El campamento que se hace todos los años llegó de sorpresa aun cuando sabíamos que venía. Este reúne a muchos alumnos de todas las escuelas de Londres, específicamente los dos primeros en la lista. Yo y una chica de tercer año nos tocó en este caso. Es un campamento didáctico en donde se participa también en diversos deportes.

Realmente el lugar es hermoso. Está en un claro entre las montañas, con varias subidas y bajadas, con caminos de piedras grises que serpentean entre las cabañas. Las viviendas son de tablas casi amarillentas con tejas coloradas, como las de un cuento infantil. Una habitación en donde hay tres literas de dos camas y un baño.

En cada cabaña duermen seis estudiantes, todos divididos en chicos y chicas. La comida se hace entre todos y comemos en mesas de pícnic para mantenernos en contacto con la naturaleza. De alguna forma son tan estrictos, que el internet está completamente prohibido en un lugar como este, pero siendo sincero, creo que mirar el teléfono es una pérdida de tiempo por completo estando rodeado de tanta belleza.

Además, nos mantienen lo suficientemente entretenidos como evitar la tecnología.

Apuesto lo que sea que a mi hermana le encantaría este lugar por completo, y si fuera por ella, nunca se fuera de aquí. Pero este sitio y ella son completamente parecidos, tan distintos, tan únicos, tan llenos de belleza oculta que aún nadie se toma el tiempo de observar.

Me enamoré de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora