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Un pecado divino

Park Jimin estaba en el confesionario, esperando a que llegara algún feligrés a confesar sus pecados. Era un sábado por la tarde, y la iglesia estaba casi vacía. Jimin se sentía aburrido y cansado, y deseaba que llegara la hora de cerrar.

Pero entonces, escuchó unos pasos que se acercaban al confesionario. Jimin se enderezó y se preparó para escuchar. Abrió la ventanilla y vio a Jeon Jungkook, el médico rebelde que lo tenía obsesionado.

- Buenas tardes, padre. Vengo a confesarme -dijo Jungkook, con una voz suave y sensual.

- Buenas tardes, hijo. ¿Cuánto tiempo hace que no te confiesas? -preguntó Jimin, con una voz temblorosa y nerviosa.

- Hace una semana, padre. Desde la última vez que hablamos -dijo Jungkook, con una sonrisa maliciosa.

Jimin recordó la última vez que Jungkook se había confesado con él. Le había contado con lujo de detalles cómo se había acostado con una mujer casada y con su marido, al mismo tiempo. Jimin se había sentido escandalizado y horrorizado, pero también excitado y curioso. Jungkook le había hecho preguntas íntimas y provocadoras, y Jimin había tratado de responder con prudencia y seriedad. Pero no había podido evitar sentir una atracción irresistible por el médico, y una culpa insoportable por su fe.

- ¿Y qué pecados quieres confesar hoy, hijo? -preguntó Jimin, tratando de mantener la compostura.

- Pues, padre, he pecado contra el sexto mandamiento. He cometido actos impuros con varias personas, de ambos sexos. He usado anticonceptivos y he practicado sexo oral y anal. He disfrutado del placer carnal sin amor ni compromiso.

𝐆𝐔𝐈𝐀𝐌𝐄 𝐀 𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍 [ʝӄ+ʝʍ] (ᴇɴ ᴘʀᴏᴄᴇꜱᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora