Capítulo 9

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Un eco eterno en el corazón de un hijo

La lluvia golpeteaba rítmicamente contra el parabrisas del automóvil de Jeon Jungkook mientras se abría paso por las calles iluminadas por las luces de la ciudad. En medio de la penumbra de la noche, un recuerdo de adolescencia se colaba en su mente, trayendo consigo un torbellino de emociones y nostalgia.

Los faros de los autos que pasaban destellaban en la lluvia, pintando el mundo exterior con destellos intermitentes. Jungkook se sumergió en el murmullo constante de la lluvia, permitiendo que el recuerdo emergiera lentamente desde lo más profundo de su memoria.

Era una noche similar, una de esas noches de primavera donde la lluvia caía como una melodía suave sobre el mundo. Jungkook, con quince años, se aventuraba en un mundo de descubrimientos y emociones junto a Jaehyun, su compañero de travesuras y confidente más cercano.

El recuerdo de esa época dorada resonaba en la mente de Jungkook con una intensidad sorprendente. Recordaba las risas compartidas, las confidencias susurradas en la oscuridad de la noche y los sueños tejidos entre susurros y promesas.

La lluvia seguía su danza hipnótica sobre el parabrisas, acompañando los susurros del pasado que inundaban la mente de Jungkook. Cada gota de lluvia parecía traer consigo un recuerdo, un destello de luz en la oscuridad de la noche.

Jungkook se sumergió en la nostalgia de aquellos tiempos, dejándose llevar por las emociones que lo envolvían. Recordaba los paseos bajo la lluvia, las risas compartidas mientras corrían para refugiarse bajo algún toldo improvisado y los susurros de amor que se perdían en el murmullo de la noche.

El pasado se desplegaba ante sus ojos como una película en blanco y negro, trayendo consigo una mezcla de alegría y melancolía. Aquellos momentos parecían tan lejanos y a la vez tan vívidos en su mente, como si el tiempo se hubiera detenido para preservarlos por siempre.

La lluvia seguía cayendo, llevando consigo los susurros del pasado mientras Jungkook continuaba su viaje por las calles mojadas de la ciudad. Y en medio de la oscuridad y la lluvia, encontró un atisbo de consuelo en los recuerdos que lo acompañaban, una chispa de luz en la noche lluviosa.

Era una tarde de primavera cuando Jungkook, con quince años, y Jaehyun se aventuraron en un mundo secreto de romance y complicidad. Decidieron pasar la tarde en la casa de Jungkook, un refugio aparentemente seguro para sus momentos de trabajos escolares y diversión.

El recuerdo de esa tarde resonaba con una dulzura inocente en la mente de Jungkook. Él y Jaehyun se dedicaron a estudiar y a ver la televisión, compartiendo un beso tierno que sonrojó a Jungkook en la comodidad del hogar. Pero su refugio se desmoronó cuando la puerta se abrió de golpe y el padre de Jungkook irrumpió en la habitación.

El padre de Jungkook, un hombre de semblante serio y mirada penetrante, observó a su hijo con una mezcla de sorpresa y decepción. Los ojos de Jungkook se abrieron desmesuradamente, su corazón latía con fuerza, y sintió cómo el calor de la vergüenza le subía por el cuello.

—¿Qué está pasando aquí?— preguntó el padre de Jungkook, su tono era firme y exigía una respuesta.

Jungkook y Jaehyun intercambiaron miradas nerviosas, incapaces de articular palabra alguna. La habitación, una vez llena de la calidez de su amor adolescente, se llenó ahora de un silencio incómodo y pesado.

El padre de Jungkook dio un paso adelante, sus ojos escrutaban cada rincón de la habitación en busca de respuestas que ninguno de los dos muchachos podía dar. La tensión en el aire era palpable, como una espesa niebla que envolvía sus corazones.

𝐆𝐔𝐈𝐀𝐌𝐄 𝐀 𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍 [ʝӄ+ʝʍ] (ᴇɴ ᴘʀᴏᴄᴇꜱᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora