CAPÍTULO 7

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El apartamento de madame Dorothea parecía tener más o menos la misma distribución que el de Erick, aunque la mujer había hecho un uso distinto del espacio. El vestíbulo, que apestaba a
incienso, estaba adornado con cortinas de cuentas y pósters astrológicos. Uno mostraba las constelaciones del zodíaco; otro, una guía de los símbolos mágicos chinos, y otro más, una mano con los dedos desplegados, cada línea de la palma cuidadosamente etiquetada. Por
encima de la mano aparecían, escritas en latín, las palabras In Manibus Fortuna. Estantes estrechos, que contenían libros apilados, cubrían la pared situada junto a la puerta.
Una de las cortinas de cuentas repiqueteó, y madame Dorothea asomó la cabeza a través de ella.
-¿Interesado en la quiromancia? -Dijo, reparando en la mirada de Erick-. ¿O simplemente fisgon?
-Nada de eso. -Respondió el muchacho-. ¿Realmente puede decir la buenaventura?
-Mi madre poseía un gran talento. Podía ver el futuro de un hombre en su mano o en las hojas del fondo de su taza de té. Me enseñó algunos de sus trucos. -Transfirió la mirada a Joel-. Hablando de té, jovencito, ¿quieres un poco?
-¿Qué? preguntó él, con aspecto turbado.
-Té. Encuentro que sirve a la vez para asentar el estómago y para que la mente se concentre. Una bebida maravillosa, el té.
-Yo tomaré té. -Dijo Erick, reparando en lo mucho que hacía que no había comido o bebido algo.

Sentía como si hubiera estado funcionando a base de pura adrenalina desde que despertó.
Joel sucumbió.
-De acuerdo. Siempre y cuando no sea Earl Grey. -Añadió, arrugando la fina nariz-. Odio la bergamota.
Madame Dorothea rió socarronamente en voz alta y volvió a desaparecer detrás de la cortina de cuentas, dejándola balanceándose suavemente tras ella.
Erick miró a Joel enarcando las cejas.
-¿Odias la bergamota? preguntó.
Joel se había acercado a la estrecha estantería y examinaba su contenido.
-¿Hay algún problema?
-Puede que seas el único chico de mi edad que he conocido que sabe qué es la bergamota, y aún más que se encuentra en el té Earl Grey.
-Sí, bueno. -Dijo él, con una expresión altanera-. No soy como otros chicos. En el Instituto tenemos que tomar clases en usos medicinales básicos de las plantas. Es un requisito.
-Imaginaba que vuestras clases eran cosas como Carnicería 101 y Decapitación para principiantes.
Joel pasó una página.
-Muy divertido, Fray.

Erick, que había estado estudiando el póster de quiromancia, se volvió en redondo hacia él.
-No me llames así.
Él alzó la mirada, sorprendido.
-¿Por qué no? Es tu apellido, ¿verdad?
La imagen de Simon se alzó ante los ojos de el muchacho. Simon, la última vez que lo había visto, siguiéndole atónito con la mirada mientras el salía corriendo de Java Jones. Volvió a mirar el póster, pestañeando.
-No hay ningún motivo.
-Entiendo. -Dijo Joel, y Erick supo por su voz que sí entendía, más de lo que él quería que entendiese; le oyó dejar el libro de vuelta en el estante-. Esto debe de ser la basura que mantiene como fachada para impresionar a mundanos crédulos. -Dijo, y su voz sonó asqueada-. No hay un solo texto serio aquí.
-Sólo porque no sea la clase de magia que tu haces -empezó Erick enojado.
Joel le miró con cara de pocos amigos, silenciándole.
-Yo no hago magia dijo-. Métetelo en la cabeza: los seres humanos no usan la magia. Es parte de lo que los hace humanos. Las brujas y los brujos sólo pueden usar magia porque tienen
sangre de demonios.

Erick se tomó unos instantes para procesar aquello.
-Pero yo te he visto usar magia. Usas armas hechizadas
-Uso instrumentos que son mágicos. Y justo para poder hacer eso, tengo que recibir un riguroso adiestramiento. Los tatuajes de runas en la piel también me protegen. Si tú intentaras usar uno de los cuchillos serafín, por ejemplo, probablemente te abrasaría la carne, quizá te mataría.
-¿Y si tuviera los tatuajes? preguntó Erick-. ¿Podría usarlos?
-No respondió Joel enojado-, las Marcas son sólo parte de ello. Existen pruebas, ordalías, niveles de adiestramiento Oye, simplemente olvídalo, ¿de acuerdo? Mantente alejado de mis
cuchillos. De hecho, no toques ninguna de mis armas sin mi permiso.
-Vaya, adiós a mi plan para venderlos en Ebay rezongó Erick.
-¿Venderlos dónde?
Erick le dedicó una sonrisa insulsa.
-Un lugar mítico de gran poder mágico.
Joel pareció confuso, luego encogió los hombros.
-La mayoría de los mitos son ciertos, al menos en parte.
-Empiezo a captarlo.

Shadowhunters [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora