CAPÍTULO 10

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Hubo un momento de atónito silencio antes de que tanto Erick como Joel empezaran a hablar a la vez.
-¿Valentine tenía una esposa? -Preguntó Joel, incrédulo. -¿Estaba casado? Pensaba que...
-¡Es imposible! -Exclamó Erick. -¡Mi madre jamás!, sólo se casó con mi padre! ¡No tenía un ex esposo!
Hodge alzó las manos cansinamente.
-Niños...
-No soy un niño. -Erick se volvió, alejándose del escritorio-. Y no quiero oír nada más.
-Erick. -Le llamó Hodge.
La amabilidad en su voz hacía daño; el joven se volvió despacio y le miró desde el otro extremo de la habitación. Pensó en lo curioso que era que, con su cabello canoso y su rostro desfigurado, pareciera mucho mayor que su madre. Y sin embargo habían sido jóvenes juntos, se habían unido al Círculo juntos, habían conocido a Valentine juntos.
-Mi madre no haría... -Empezó, y su voz se apagó.
Ya no estaba seguro de hasta qué punto conocía a Jocelyn. Su madre se había convertido en una desconocida para él, una mentirosa, alguien que ocultaba secretos. ¿Qué no habría hecho?
-Tu madre abandonó el Círculo. -Dijo Hodge.

No fue hacia él sino que le observó desde el otro extremo de la habitación con los ojos fijos y brillantes de un pájaro.
-Una vez que comprendimos lo extremista que se había vuelto Valentine, una vez que supimos lo que estaba dispuesto a hacer, muchos de nosotros lo abandonamos. Lucian fue el primero en marcharse. Eso fue un golpe para Valentine. Habían estado muy unidos.
Hodge meneó la cabeza.
-Luego Michael Wayland. Tu padre, Joel.
Joel enarcó las cejas, pero no dijo nada.
-Hubo quienes permanecieron leales. Pangborn. Blackwell. Los Lightwood...
-¿Los Lightwood? ¿Te refieres a Robert y a Maryse? -Joel se mostró estupefacto- ¿Qué hay de ti? ¿Cuándo te fuiste?
-No lo hice. -Repuso él en voz baja-. Tampoco lo hicieron ellos. Teníamos miedo, demasiado miedo de lo que pudiera hacer Valentine. Tras el Levantamiento, los que le eran leales como Blackwell y Pangborn huyeron. Nosotros nos quedamos y cooperamos con la Clave. Les dimos hombres. Les ayudamos a dar con los que habían huido. Por hacer eso obtuvimos clemencia.
-¿Clemencia?
La mirada de Joel fue veloz, pero Hodge la vio.
-Piensas en la maldición que me ata a este lugar, ¿verdad? -Preguntó-. Siempre diste por supuesto que era un hechizo de venganza lanzado por algún demonio o brujo enfadado. Dejé que lo pensaras. Pero no es cierto. La maldición que me ata la lanzó la Clave.
-¿Por pertenecer al Círculo? -Preguntó Joel. Su rostro era una máscara de asombro.
-Por no abandonarlo antes del Levantamiento.
-Pero a los Lightwood no los castigaron. Repuso Erick-. ¿Por qué no? Habían hecho lo mismo que usted.
-Existían circunstancias atenuantes en su caso: estaban casados, habían adoptado a su primer hijo. Aunque no es que residan en este puesto avanzado, lejos del hogar, por propia elección. Nos desterraron aquí, a los tres, a los cuatro, debería decir; Richard era un bebé berreante cuando abandonamos la Ciudad de Cristal. Ellos pueden regresar a Idris únicamente por cuestiones oficiales, y aún así sólo durante períodos cortos. Yo no puedo regresar jamás. Nunca volveré a ver la Ciudad de Cristal.

Joel le miró fijamente. Fue como si mirara a su tutor con nuevos ojos. -Se dijo Erick, aunque no era Joel quien había cambiado.
-La Ley es dura, pero es la Ley. -Repitió el muchacho.
-Yo te enseñé eso. -Indicó Hodge, con un tono cáustico en la voz-. Y ahora tú me lo arrojas a la cara. Con toda la razón, además.
Parecía como si deseara desplomarse sobre una silla próxima, pero se mantuvo erguido. En su rígida postura había algo del soldado que había sido, pensó Erick.
-¿Por qué no me lo contó antes? -Preguntó Erick-. Que mi madre estuvo casada con Valentine. Usted sabía su nombre.
-La conocía como Jocelyn Fairchild, no Jocelyn Fray. -Explicó Hodge-. Y tú insistías tanto en su ignorancia del mundo de las sombras, que me convenciste de que no podía ser la Jocelyn que yo conocía y quizá tampoco quería creerlo. Nadie desearía el regreso de Valentine. Volvió a negar con la cabeza-. Cuando envié a buscar a los Hermanos de la Ciudad de Huesos no tenía ni idea de qué noticias tendríamos para ellos. -Indicó-. Cuando la Clave averigüe que Valentine puede haber regresado, que está buscando la Copa, habrá un alboroto. Sólo puedo esperar que no desbarate los Acuerdos.
-Apuesto a que Valentine le gustaría eso. -Repuso Joel-. Pero, ¿por qué quiere la Copa tan desesperadamente?
El rostro de Hodge estaba gris.
-¿No es eso obvio? -Repuso-. Para poder crearse un ejército.
Joel pareció sobresaltado.
-Pero eso jamás podría...

Shadowhunters [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora