Capítulo I

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De pequeña solía sentarme en unos bancos llenos de cojines de muchos colores al lado de la ventana. Allí leía las historias y leyendas que había encontrado en la biblioteca del pueblo, todas tratando de un mismo tema: ángeles y demonios. Siempre tuve mucha curiosidad por saber más cosas sobre estos seres. Y la sigo teniendo. En estas leyendas casi siempre se separaban a los ángeles como seres divinos y servidores de Dios; y a los demonios como seres miserables y astutos,que buscaban tentar a los humanos sirviendo a Satanás. Siempre pensé que era así ,hasta que un día encontré una leyenda diferente a las demás. Sí, recuerdo muy bien todo lo que decía...pero ahora...no...
-¿Eh?...Otro sueño extraño, últimamente no paran. -apagué el despertador mientras me levantaba de la cama y estiraba mis músculos.
Ya había amanecido y los rayos de luz penetraban por la ventana. Me puse el uniforme del instituto, un típico traje de marinero compuesto por una falda tableada azul marina y una blusa blanca con un lazo azul cielo. Para rematar tenía que llevar unas medias negras hasta la rodilla. Yo siempre llevaba el uniforme como se debía, ni la falda muy corta ni las medias muy provocativas. Me arreglé el pelo, que solo me llegaba hasta la nuca y me fui a la cocina para prepararme el desayuno. Terminado esto,me puse los zapatos y cojí mi cartuchera.Cuando llegué al instituto me encontré la misma escena de siempre: mis mejores amigas hablando entre ellas sobre un tema secreto que no podían compartir conmigo.Para cortar la conversación hice la misma pregunta de siempre.
-Hola,¿de qué hablais?
-Buenos días, no es nada interesante, tranquila -me respondió Hachiko. Ella es la más inteligente de nosotras y siempre saca las notas más altas. Aquel día llevaba unos pendientes de huesos de pesacado, interesante.
El timbre sonó y todos nos dirigimos a clase, nos sentamos y esperamos al profesor. Aquel día soplaba un viento irregular, haciendo sonar las campanillas del patio. Era un sonido agradable...y familiar.
-¡Buenos díaas! -nuestra profesora siempre era muy alegre y escandalosa. -Hoy tengo una sorpresa para ustedes...¡tenéis un nuevo compañero! Venga, entra, no te cortes.
Por la puerta entró un muchacho alto, de aproximadamente un metro ochenta, esbelto y guapo. Bastante guapo. Tenía los ojos de un azul limpísimo y el pelo negro azabache que contrastaba mucho con su piel pálida. Era el tipo de chico que le gustaba a Natsumi, una de mis mejores amigas, de echo está enamorada de un personaje de un libro con estas mismas cualidades. Siempre está de aquí para allá, Will esto, Will lo otro. Lo que hay que aguantar. Volviendo al tema, el chico se presentó ante la clase.
-Hola, me llamo Yukito Kamio y soy un estudiante transferido. Espero llevarme bien con vosotros.
La clase entera empezó a murmurar y se escuchaban algunas frases como "¡Qué guapo es!" "Y sus ojos..." "Vaya tío, ya me cae mal, ¿quién se cree?".
-¡Chicos!¡Silencio!... Muy bien, Kamio por favor sientate detrás de Miyazawa.
¿¡QUÉ!? Detrás de mi, ni de coña. Odio que se sienten detrás de mí, es incómodo, pero,no me quedaba otra.
El chico pasó delante de mí y me saludó muy educadamente. Era extraño, tenía la sensación de conocerlo, haberlo visto en algún sitio. "Yuki..." ¿Qué demonios, qué me pasa?
El muchacho se sentó detrás y la hora se pasó muy rápido hasta que llegó el descanso. Al fin. Toda la clase ,excepto mis amigas y yo,fue a saludar al nuevo. Tsk. Mis amigas y yo en total éramos cinco. Hachiko, Natsumi, Umi, Minako y yo, Misuzu.
-Hachi, ¿me ayudas con los deberes de mates? -Natsumi intentaba poner cara mona para que la ayudara. Su pelo largo le llega por debajo de los hombros y era de un castaño claro. Sus ojos eran verdes, claros y te podías ver através de ellos.
-Está bien...pero me tendrás que comprar una chocolatina en la cafetería ¡Y no me llames Hachi! -Hachiko, por otra parte, tenía el pelo algo más corto del mismo color que sus ojos marrón oscuro. La solíamos llamar Hachi, que era nombre de perro, y eso no le gustaba.

Umi era la más alta de todas nosotras, era muy femenina y nos trataba como hermanas pequeñas. Siempre llevaba el pelo recogido en un moño alto, donde sus cabellos caían en una cascada marrón oscuro, igual que sus ojos, que estaban ocultos tras unas gafas modernas. Minako tenía el pelo largo, liso y rubio oscuro. Tenía los ojos verdes y la piel blanca y rosadita por algunos molestos granos. Era muy mona.

-No creeis que deberíamos presentarnos y saludar al nuevo, no sé -propuso Minako.
-Siempre tan amable ¿verdad? -dije en tono burlesco.
-Es que no sé, todo el mundo va y nosotras no...
-Ya, y todos se tiran por el barranco y tú también.
-No me refería a eso...
-Chicas... -nos cortó Umi, regañandonos como una hermana mayor.
-Bueno, vale, vamos... -cedí al final.
-¡Ja! Punto para la gran Minako -gritó esta en tono alegre
-Como se alegra por nada, parece un perrito -dijo Hachiko que ya había terminado de ayudar a Natsumi.
-No eres la más indicada para hablar, Hachi.
-Un día de estos vas a lamentar haberme llamado así.

Nos dirigimos al lugar donde se encontraba Yukito. Estaba con un par de chicos de nuestra clase.
-Hola, soy Minako Kaminari, mucho gusto -sonrió enseñando sus pequeños y afilados colmillos, qué monada.
-Y-yo soy Natsumi Tsukino...jeje, encantada - Natsumi estaba roja y tímida, lo que dije, era su tipo de chico.
-Hachiko Tetsuya, espero que nos llevemos bien.
-Yo soy Umi, encantada.
-Chicas, ¿dónde está Misuzu? -preguntó Minako mirando a los alrededores.
-No me digas que... -empezó a decir Hachiko.
-Se ha escapado -terminó Natsumi.

Y sí, era verdad, me había escapado. No me apetecía saludar al nuevo, me sentía incómoda. Me escapé a la azotea del instituto, donde los alumnos teníamos acceso, era muy guay. Me agarré a la barandilla y contemplé el paisaje de ciudad. Ya han pasado tres años desde que me mudé aquí. Aún era extraño el olor a coches y contaminación. Pensé en el sueño que había tenido anoche, escuchaba un llanto. Habían dos niños ,uno lloraba y el otro...no se movía.
La puerta de la azotea se abrió y por ella entró un chico, era el tío nuevo. Vaya molestia, era como un grano en el trasero. Intenté parecer amable.
-Hola, perdón, si te molesto... -empezó a decir él.
-Nada, tranquilo, si solo vengo aquí a ver las vista, no vengo para aislarme del mundo ni nada.
-Ya veo. Por cierto, tú eras ¿Miyazawa?
-Bingo, puedes llamarme Misuzu, eso ya de ser formal no se lleva tanto, estamos en el insti chaval.
-Ja,ja,ja. Vale, pues Misuzu. Yo soy Yukito Kamio, puedes llamarme Yukito si quieres.
-Ya sé quien eres. Te presentaste esta mañana, ¿recuerdas?
-Sí, es cierto, pero no todos se acuerdan de los nombres de la gente nueva tan rápido.
-Bueno, tienes razón. Espera, ¿insinuas qué tengo cara de retrasada mental?
-Puede que un poco -se rió, tenía una risa algo extraña pero era en cierta manera agradable, no pude evitar reirme también.
-Bueno, será mejor que regresé, mis amigas me estarán buscando -salí por la puerta y me despedí.
Mi corazón estaba más acerlerado de lo normal, estaba mareada y mi sueño me venía de golpe a la cabeza. Escuché una voz en mi interior. "Yuki", "Yuki"... Las escaleras empezaron a moverse y veía borroso, me tambaleé un par de veces y finalmente caí al suelo, desmayada.

Heart of Dead [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora