Capítulo X

66 6 3
                                    

Morgianna abrió los ojos poco a poco intentando descubrir dónde se encontraba, trató de sentarse pero un dolor agudo le atacó el estómago. Volvió a cerrar los ojos y los abrió ahora con más tranquilidad. Se encontraba acostada en una gran cama, en una habitación muy elegante. La luz entraba por unos enormes ventanales, aunque el día estuviese nublado y gris. Entonces recordó lo que le había pasado: Después de escuchar aquellos ruidos, Misuzu había aparecido en su celda y la había golpeado en el estómago, dejándola inconsciente.
Trató con todas sus fuerzas salir de la cama, pero el dolor era tan fuerte que solo consiguió caerse al suelo. Mientras intentaba ponerse en pie alguien entró por la puerta.

-No deberías moverte por un rato-Misuzu se sentó en un gran sillón que estaba frente a la cama.-Ah, ¿necesitas ayuda?

Morgianna miró con horror a Misuzu, luego se tranquilizó y se puso de pie.

-Vaya, eres bastante fuerte.

-Es mejor que no me subestime-replicó Morgianna, clavando sus ojos verde intenso en Misuzu.

-Y no lo hago-se levantó del sillón con gran facilidad.-No te he traido hasta aquí para reirme de tus debilidades.

-¿Que quiere de mí?-preguntó la ángel en tono seco.

-No quiero que Ángelo te mate.

-¿Qué?-Morgianna se quedó mirando los ojos color carmesí de Misuzu con asombro.

Mirándola ahora, Morgianna no sintió miedo, parecía que la persona que había matado a todos sus camaradas hubiese sido otra totalmente distinta.

-Quiero que trabajes para mí y lamento comentarte que no es opcional, de echo, si vuelves a tus tierras los más probable es que ese sujeto te mate.

Morgianna no respondió. Simplemente miró a través de la gran ventana, pensativa.

-Bueno, dejo que descanses-añadió Misuzu antes de salir de la habitación.

Morgianna se sentó en la lujosa cama y reflexionó qué era lo que estaba pasando.

Misuzu cerró la puerta e intentó buscar a Yukito para matar tiempo, pese a que era la "reina" no hacía nada de nada, siempre dejaba que Katelyn se encargara de todo. Misuzu era un lobo solitario que cargaba con todo ella misma, aunque esto al final significara su propia destrucción.
Yukito no se encontraba por ninguna parte del palacio.

-Alteza, ¿cómo puede dejar a una rata asquerosa suelta por aquí?-preguntó Katelyn de pronto, que había aparecido sin más.

-Explícate mejor-exigió Misuzu.

-Me refiero a la repugnante ángel, que no debería estar aquí-dijo la jóven, con asco y desprecio.

Misuzu miró a Katelyn con dureza y frialdad.

-Aquí mando yo-dijo al fin, con tono tajante y vacío.

Katelyn vaciló por un instante, sin saber que decir. Luego se retiró molesta y algo tensa por la mirada de Misuzu.

♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣

-Príncipe Gabriel-dijo una voz ronca y grave.

Gabriel se giró dejando expuesto su rostro lleno de ira e impotencia.

-¿Qué ha pasado?-preguntó el otro guardia, mirando tenso al muchacho.

-Se la ha llevado.

-¿Quién?-ambos guardias reales parecían desconcertados.

-El engendro de Lilith y Mikael.

♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣♣

Misuzu abrió una pequeña y modesta puerta que se encontraba en la parte trasera del palacio. Tras la puerta se alzaban los hermosos jardines reales, con un característico laberinto en el centro. Misuzu observaba las diferentes flores que habían en los amplios jardines mientras caminaba con paso tranquilo. Flores de un rojo intenso, violetas y hasta incluso negras daban un toque especial al lugar. La muchacha llegó hasta un gran árbol que destacaba sobre todo lo demás. El tronco era seco y duro y las ramas parecían querer rozar el cielo. Misuzu posó su mano sobre el tronco y sintió la dura corteza bajo su palma. Quiso darle una vuelta pero algo entorpecía su camino. Un jóven dormía placidamente apoyado contra el gran árbol. Parecía estar cómodo. Misuzu se agachó junto a Yukito y lo observó con curiosidad.

Heart of Dead [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora