Since kids

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Era el primer día de clases para los alumnos de preescolar del jardín de niños llamado: "Iluminados por el Sol."

Entre niños que lloraban porque no querían alejarse de sus madres, niños nerviosos y ansiosos por una nueva experiencia, y otros curiosos que sin más se adentraban de inmediato a los juegos, se encontraba un pequeño de cabello blanco de apenas 4 años, que entre risas se despedía de su madre para así ingresar al plantel.

- Muy bien, daremos solo unos minutos para que terminen de llegar el resto de niños.

Comentaba la directora a los maestros que se harían cargo aquel día de sus grupos, por lo cual, algunos ya comenzaban a llamar por apellidos a los integrantes de cada uno.

- Satoru Gojo - Terminó por decir la maestra encargada del grupo 1B, cuando el pequeño caracterizado por su inigualable color de cabello se dirigía a ella de forma curiosa, pero sonriente, con las mejillas abultadas y rosas. Alrededor suyo ya se encontraban varios niños y niñas que pronto formarían parte del mismo grupo.

- ¡Hola Gojo! Buenos días, soy su nueva maestra, todos pueden llamarme "señorita Hoon-ie", estarás conmigo y con el resto de tus nuevos compañeros, dejen termino por llamar a los últimos que faltan, ¿vale? Aquí los quiero formaditos. - La maestra de tez blanca, pecas y mejillas rosadas, con el cabello corto y castaño, miraba con cariño a sus ahora nuevos alumnos, se reincorporo y continuó llamando a los alumnos restantes.

- Suguro Geto....- Llamó la primera vez, pero ningún niño se aproximaba a ella.

- ¡Suguru Geto! - Esta vez, alzó más la voz, sin embargo no funcionó, ya que ningún niño se acercaba al grupo nuevo ni a la maestra.

- ¿Suguru Geto? - Pregunto hacía sí misma observando su lista de alumnos, al no visualizar al pequeño que llamaba por su nombre, extrañada comenzó a buscarlo. Ya habían grupos completos que se estaban yendo a su salón correspondiente, lo que la alarmo más, ya que sería la última en no completar su grupo y no quería crear una mala impresión ante la directora.

No fue hasta que el chiquillo de cabellos blancos observaba a lo lejos a un pequeño de cabello negro sentado, el cual abrazaba su mochilla entre sus piernas, oculto entre la sombra que se hacía de un árbol con la pared de un salón. Éste, curioso se aproximó hasta él, mirándolo desde arriba (por su no tan alta estatura) al pequeño que tenía los ojos cerrados y se encontraba durmiendo en esa esquina apenas visible.

- Uhm, ¿Eres Geto?...- Pregunto el cabeza blanca, mirando aún con curiosidad al pequeño que apenas parpadeó, hasta abrir sus ojos. El pequeño tenía las mejillas rosadas y antes de poder decir algo, soltó un estornudo, se tallo sus ojitos y alzó su vista para ver al albino al frente suyo.

- ¿Eh? - Fue lo único que logró decir Geto al estar de pie, aún con comezón en uno de sus ojos, después de eso solo asintió en respuesta a la pregunta del albino.

La maestra Hoon-ie ya estaba alarmada porque uno de sus niños se había alejado de la formación, pero pronto logro divisar a ambos de ellos en la esquina detrás de un árbol del gran patio de la escuela.

- ¡Gajo! ¡Ajo! ¡Tú! - Gritó la maestra al no recordar bien el nombre del alumno de cabello blanco, se acerco a él corriendo a regañadientes. - Pero qué les he dicho de la formación, ¿eh? El primer día y ya me van a salir canas, no puede ser y tanto que me esforcé hoy por...- Cortó su palabrería en cuando vió que junto al albino, había otro niño de cabello negro y lacio, ambos miraban con ojos curiosos a la maestra.

- Veamos, no hay más niños aquí más que ustedes dos, eh ¡Gojo! - Anunció feliz de haber recordado el nombre del albino. - Y, uhm, ¿tú, cómo te llamas? - Cuestionó al de cabello lacio, pero antes de que éste le pudiera decir algo, el pequeño cabeza blanca se adelantó.