Pastel

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Mihawk no supo en que momento exacto había terminado como burro de carga, miro a su derecha y Doflamingo estaba con una cara de fastidio, al menos sabia que no era el único que la estaba pasando mal. Corazón por su lado iba al frente de todos mirando por los ventanales por si es que encontraba algo mas, por su lado Perona y Law habían comenzado una charla casual, resulta que a ambos les generaba curiosidad lo paranormal, y tenían la misma edad. ¿Y Zoro? Pues ya llevaba un rato que Corazón había comprado mochila portabebés para Zoro y se la había puesto a Mihawk diciendo que era su deber como padre, ademas el menor se encontraba plácidamente dormido sobre su pecho.

Lo cual para bien o para mal había captado la atención de varias personas que se le quedaban mirando como si fuera la cosa mas mona del mundo.

— No son mis hijos.  —Respondió secamente el mencionado, a lo que Rosinante resoplo mientras se detenía frente a otra tienda de bebes.

— Olvide la leche, tienes que tener mucho cuidado con eso, aunque sea un buen suplemento tienes que saber como, cuando, y a que temperatura dársela para que el pequeño no se ponga mal. Y hablando de ponerse mal  deberías llevarlo a un pediatra cuanto antes para que se haga una revisión general.

Las palabras de Rosinante resonaron en la mente de Mihawk. A pesar de su renuencia a aceptar la situación, en el fondo sabía que tenía razón. El bienestar de Zoro era lo más importante.

Entraron a la tienda y Mihawk se dejó llevar por la experiencia. Observaba con atención las diferentes opciones de leche, pañales y ropa, sintiéndose cada vez más como un padre primerizo. Doflamingo, por su parte, se limitaba a observar con una mezcla de burla y curiosidad. Perona y Law, inseparables desde que se conocieron, continuaban charlando animadamente mientras seleccionaban algunos juguetes para el pequeño Zoro.

Al salir de la tienda, Mihawk se sentía un poco más preparado para su nueva realidad. No era padre por elección, pero estaba dispuesto a asumir la responsabilidad, al menos por un tiempo.

El grupo se detuvo cuando la pequeña Perona se detuvo a mirar un ventanal con varios pasteles en exhibición, dentro se podía ver una linda cafetería muy bien adornada. Para Mihawk no paso desapercibido el interés que la menor tenia por lo que le dio una leve palmada en el hombro asintiendo con su cabeza.

— ¡Hororororo! ¡Hay muchos pasteles! 

Los ojos de Perona brillaban con emoción mientras observaba los pasteles a través del ventanal con muestras. Doflamingo sonrió con algo de burla, sabiendo que su hermano y sobrino a lo mucho pedirían pan. Ambos odiaban el pan por alguna extraña razón que desconocía, solo hubiera faltado que Corazón lo pariera para que fueran una copia del otro.

—Adelante, escojan lo que más les guste. Hoy invito yo.

Rosinante se quedo viendo el menú, con una sonrisa tímida, se acercó a Perona y le susurró:

—Yo quiero un cafe con leche. ¿Y tú?

Perona ladeó la cabeza y pensó por un momento.

—Yo quiero uno de vainilla con glaseado rosa y muchas chispas.

Doflamingo, divertido, intervino:

— Mihawk, supongo que un macchiato para ti, ¿No? Y Law tu no tienes permitido consumir café hasta despues de los 18, asi que sera un simple té sin derecho a objeciones. —Aun recordaba la vez que se gano un buen golpe patrocinado por su hermano por haberle dado café al menor y que no pudiera dormir por toda la noche, ¡No era su culpa! ¡El niño parecía tener ojeras de nacimiento! El no tenia nada que ver.

¡Esto no es un hotel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora