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El azabache veía las botas de hule con detenimiento, agitaba un poco sus patas, luego acomodaba algo dentro de la bota.

-¿No le pasara nada a los estabilizadores?- Busco con la mirada al abuelo quien los veía aun en la puerta.

Siempre cuidaban los anillos traductores del agua (Los cuales están bajo la manga).

Y, aunque los estabilizadores no ayudaron del todo, mantenían a raya cierta parte dentro de él.

-Mejore los planos de Maria, todo estará bien.- Asintio, pero aun no estaba seguro de querer jugar con la lluvia.

-¡Vamos, Shadow!- Sonic corrió sin empujar su habilidad, agitando su poncho como si fueran alas-. Yo te cuidare si enfermas.

Sonreía grande y empezó a saltar sobre los pequeños charcos, sólo los más pequeños, ni loco se acercaría a los más grandes.

La colita azabache se agitó con frenesí y sintió un pequeño calor en el pecho mientras su corazoncito latía más rápido, agitó su rostro, intentando no asustarse por esas cosas. Se coloco el gorro del poncho y corrió hasta el ceruleo.

-¡Idiota!- Rápidamente lo tomo y jalo el gorro hasta colocarse lo por encía de los ojos-. ¡Quien terminará enfermo eres tú!

Sonic rió y Shadow se sonrojo, rápidamente gruño y lo volvió a jalar del gorro.

-Vamos a pisar charcos, ¡Es divertido!- Asintió, influenciado por la energía del otro.

Al principio, el veteado creía que nada de eso era divertido, nunca había jugado en la llivia, nunca le había interesado. Las gotas hacían mucho ruido cuando chocaban con el poncho y sus orejas sensibles sólo se mantenían gachas por la incomodidad, pero seguirle el juego al erizo menor hizo olvidar aquello.

Brincaban y brincaban en cada pequeño charco, el poncho y la botas eran perfectos para ellos, hasta que Shadow se aventuró a un charco grande, seguro de que no le pasaría nada porque había estado jugando en la orilla y quedo atascado en medio...

-¡Shadow!- Sonic caminaba de aquí para haya, intentando pensar en como ayudarlo sin tener que entrar al enorme lago (para él), gimoteo, pensando en también ir hasta haya.

-¡Que ni se te ocurra!- Lo regañó, Sonic regreso su pie y mostraba un rostro de suplica-. Ve por Ivo o el abuelo.

Sonic asintió y corrió de nuevo hasta la casa. Shadow suspiró, le gustaba la lluvia, pero no volvería a jugar con los enormes charcos sin supervision.

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Shadow se quedo dormido después de un buen baño. Acurrucado por completo en un suéter gris y una nueva manta que les había comprado el castaño en sus piernas.

Aparte de los nuevos ponchos impermeables.

-Estás muy pegado a Shadow, Sonic...- Tembló, conocía esa voz, sobre todo por la mirada burlona que le dirigía esa mirada zafiro.

-Me atrevo a decir que estas en celo, Sonic...- Se erizó ante la voz del abuelo entrando a la sala y gruño ante la palabra.

-Estoy en mi calor...- Rasco su mejilla de forma nerviosa, luego escucho las carcajadas de ambos hombres, el murmullo de Shadow hizo que los callara-. ¡Lo van a despertar!

-Sabes que Shadow no sufre de eso, ¿Verdad?- Sonic asintió e Ivo volvió a carcajear, el jover erizo comenzaba a molestarse.

-Lo siento, pero... Esto es muy nuevo para nosotros.-

-Sólo estoy muy amoroso, no quiero hacerle nada.- Jugueteo con sus manos. Era cierto, su libido crecía, pero baja de inmediato al no encontrar a un compañero.

Ambos hombres tararearon entendiendo un poco todo eso. Shadow no desprendida ningún aroma o tuviera su ciclo de celo, no conocía nada de eso y era obvio que el único afectado sería Sonic.

-Sage ya esta lista en la pantalla.- Hablo repentinamente, dejando de lado el tema y su laptop.

-Abuelo. Padre.- La figura apareció con una pequeña sonrisa.

Mi pequeño amor. [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora