Capítulo III

234 39 4
                                    

Capítulo III:

.

#3. No todas las cosas que se rompen hacen ruido.

Yo colapse en completo silencio.

.

.

.

DEMONS HIDE

.

.

La lealtad que no conozco más que dándote.

.

.

Toda mi vida mi madre me dijo una sola cosa.

―Se leal a las personas que amas, ángel

Yo sonreí mientras veía sus ojos cada vez más apagados, hacia más de dos semanas que prácticamente no salía de la cama. Yo solo tenía siete años pero me hacía cargo de toda la casa, supe que algo muy malo le estaba pasando cuando mi padre llego para quedarse con nosotras.

―Todo va a estar bien, ángel― Susurro apoyando su mano en mi mejilla.

El aroma a alcohol inundó mis pulmones. Odio los hospitales desde ese día. Sonrió con tristeza, se veía pálida y sumamente delgada, el suero conectado a su brazo izquierdo y la cánula de oxigeno en su nariz. Pegue un pequeño saltito cuando sentí la mano de mi padre sobre mi hombro derecho, levante la vista observándolo con miedo, como siempre lo había hecho porque era el único sentimiento que Hizashi Hyuga podía provocar en mi. Hizo un amago de sonrisa al verme y yo observe las arrugas que se formaban en su frente al fruncir el ceño preocupado, mi madre apoyo su mano derecha en mi mejilla y me obligó a verla. Yo sabía que iba a llorar porque tenia la nariz muy roja.

―Sakura― Me llamo ―Hazle caso en todo a tu padre―

―Lo prometo mamá―

Esa fue la última promesa qué le hice a mi madre, murió esa misma tarde. También es la única promesa que he cumplido hasta ahora.

.

Sentí las miradas sobre mi mientras atravesaba ese pasillo. Había llegado a la fraternidad de los Jōnin hacia tan solo diez minutos, el decano de la misma no se encontraba en ese momento asique Naruto Uzumaki se había ofrecido a darnos el recorrido por el lugar. Yo los seguí en silencio escuchando como Sai preguntaba sobre cada parte del edificio, yo solo quería que me enseñara mi dormitorio y acostarme a dormir.

―Y aquí están los dormitorios de las chicas― Hablo el rubio observándome con una sonrisa, parecía bastante sincero ―Los de los chicos están del otro lado del pasillo― Se giro para explicarle al pelinegro y me tendió un juego de llaves doradas.

―Gracias― Susurre apretándolas entre mis dedos y lo mire impaciente.

―Ah, si― Comentó nervioso ―Tu dormitorio es el segundo a la izquierda―

Yo asentí con una sonrisa muy falsa y apreté la manija de la maleta entre mis dedos empujándola levemente para poder avanzar hacia mi dormitorio, sentí sus voces detrás de mi y confirme quienes eran cuando Naruto los saludo con calidez. A Neji se le borro la sonrisa al verme y le dijo algo al oído a Gaara, ambos sonrieron observándome, desvié la vista de esos dos cuando sentí esos ojos negros sobre mí. Sasuke sonrió de lado y se recostó sobre la pared del pasillo sin despegar sus ojos de mi.

Demons Hide. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora