Capítulo XI

262 30 11
                                    

Capítulo XI:

.

#11. ¿Cómo puedo mirarte de la misma manera sabiendo lo qué haz hecho?

Sabiendo que rompiste mi confianza.

Que pudiste haberlo evitado y no lo hiciste.

.

.

.

DEMONS HIDE

.

.

Para que nada nos separe, que nada nos una.

.

.

La siguiente vez que vi a Sasuke Uchiha fue en aquella fiesta de fin de año. Yo me había puesto aquel delicado vestido color plata y la chaqueta color blanca por encima, las botas altas hasta mis rodillas y mi cabello ahora llegaba apenas hasta mis hombros también llevaba demasiado maquillaje. Lo cruce a las tres de la mañana luego de bajarme más de cinco vasos de ese vodka barato con jugo de naranja. Lo había visto irse con Ino luego de pasar casi toda la noche manoseándose con la rubia en medio de la pista de baile. Él fue quien se acerco a mí, yo apenas si lo distinguía de lo ebria y drogada que iba.

No debí haber tomado esa pastilla de éxtasis.

 ―Molestia

Y se veía incluso más lindo de lo que recordaba. Sonrió y yo me acabe aquel vaso rojo que tenía entre mis manos, a la mañana siguiente desperté en su cama completamente desnuda.

―Mierda―

No espere a que despertara hui como una maldita cobarde pero exactamente dos horas después me envió aquel video.

―Que hijo de puta―

De Ino mamándole la verga.

―Lo voy a asesinar―

.

―Sakura― Suspiro rendido desde su escritorio.

Yo clave mis ojos en la oscuridad que había fuera de aquel enorme ventanal, hacia tanto frío aquella tarde que los vidrios estaban casi empañados por completo.

―Ya no quiero ir a ese Colegio, Hizashi― Murmure enojada y parecía una maldita niña minada quejándome de estupideces.

No podía creer que luego de todo lo que había vivido y los lugares donde había estado quisiera irme de ese lugar tan lujoso pero la realidad era que ya no podía seguir viendo el angelical rostro de ese hijo de puta de Sasuke Uchiha.

―No lo entiendo― Murmuro ya cansado dejando su laptop de lado y clavo esos ojos claros en mí ―Es un excelente Colegio, el mejor del País del Fuego― Me explico levantándose de su asiento y caminando a donde yo me encontraba rodeando el elegante escritorio de roble ―¿Sabes la cantidad de chicos que no logran ingresar y esperan años a que se libere un cupo? ¿Sabes lo que pagué para que te aceptarán? ― Yo fruncí el ceño molesta ante su reproche y él lo noto enseguida ―Quiero decir, el dinero no importa, lo importante es todas la puertas que se te abrirán cuando acabes el año escolar― Se corrigió de prisa.

Yo no quería que ninguna puerta se me abriera, solo quería largarme de una vez por todas a hacer mi vida sin depender de nadie.

―Ya lo sé― Suspire ―Pero tú no sabes lo que es vivir allí― Me queje como niña pequeña y él largo una risita divertido.

Demons Hide. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora