Capítulo IV:
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#4. Fue una decepción tan grande, ver como elegías a alguien más.
Mientras yo daba todo por ti.
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DEMONS HIDE
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Manche mi nombre por defenderte.
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―¿Te gusta?―
Yo sonreí observando aquella hermosa muñeca de porcelana, tenía los ojos tan verdes como los míos pero el cabello tan negro como el azabache, era la combinación perfecta.
―Gracias, papá― Susurre con una sonrisa acomodando el vestido verde de volados de la muñeca y caí en cuenta en como lo había llamado ―Perdón. Hizashi― Me disculpe de prisa.
Él me miro con suma ternura y sonrió acariciando mi cabeza con su mano derecha.
―Aquí puedes decirme papá, Sakura―
Estábamos en el patio de aquel orfanato, llevaba allí casi siete meses hoy era mi cumpleaños número ocho. Papá venia a visitarme una vez a la semana, luego de ese día empezó a venir una vez al mes. Finalmente solo venía en mi cumpleaños.
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―¿Por qué tan feliz? Linda―
Yo intente ignorar a Magna -la cuidadora- una señora muy mal hablada que siempre nos trataba mal de unos cincuenta años que solo disfrutaba hacernos la vida imposible. Evite verla a los ojos y acomode aquellas cintas color rojas en mi cabello formando unas bonitas trenzas. Hoy cumplía diez años, lo que significaba que papá vendría a verme.
―Lo siento tanto, linda― Yo seguí ignorándola pero no pude seguirlo haciendo cuando la mujer se agacho a mi espalda quedando de mi altura y me observó a través del espejo con esos enormes ojos color café ―Pero tú papi no vendrá hoy―
―Eso no es cierto― Hable de prisa y sentí la opresión en mi pecho ―Papá siempre viene en mi cumpleaños― Intente sonar lo más segura posible ―Porque me ama―
Ella largo una risita burlona interrumpiéndome y se acerco aún más hasta casi rozar sus labios con mi oreja derecha.
―Si te amara no te hubiera abandonado en este agujero―Se burlo y se levanto alejándose de mi sin siquiera voltear a verme ―Tiene otra familia, linda― Murmuro ya cerca de la puerta ―Yo que tu me quito esas patéticas cintas del cabello―
Yo aguante las ganas de llorar y la observe retirarse de aquella habitación que compartía con otra quince niñas del Orfanato.
Magna tenía razón. Mi padre no vino ese día, ni ningún otro día.
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Sentí las miradas a mi alrededor cuando me senté a cenar en el comedor de la fraternidad, estaba sentada sola en aquella mesa, había pasado así casi todo el día excepto por aquella castaña de chongitos que se había convertido en mi única amiga en ese lugar, para mi desgracia no compartíamos fraternidad, asique me tocaba cenar sola. A unas mesas Sasuke sonrió de lado junto a sus amigos al verme pasar.
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Demons Hide.
RomanceTodos tenemos una persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo ahora constrúyete. SasuSaku. Esta historia tiene dos lados: El de ella El de él .