𝓒𝓪𝓹 4

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La tarde llego y con ella mis actividades habían terminado, estaba tan aburrido por no tener nada que hacer, solo estaba yo y mi biblia, la cual fingía que leía mientras que el resto de mis compañeros estaban jugando a no se que con una pelota.

Tan aburrido estaba que decidi ir al huerto, para ser sinceró la actividad de jardinería no me molestaba ya que era lo unico que cuidaba y realmente me preocupaba, tan solo estaba que me alteraba si alguna de mis semillas o plantas no crecieran y se quedaran marchitas o sin nada, parecía un viejo con fetiche a las plantas, pero estas me encantaban, no te juzgaban ni te insultaban solo estaban ahí para que las cuidaras.

Al llegar a la huerta, tome mi pala y canasta, y emprendí a sacar unas cuantas zanahorias, estas eran de las que más cantidad tenía, estaba muy orgulloso, fue lo que más próspero de este jardín, intente con remolacha,papá o cebolla, y ninguno creció, pero esta belleza de verdura si prospero.

Al empezar a sacar unas no me costó tanto como usualmente costaría, pero me percaté el porque de esto, esta maravilla de verdura estaba podrida,con gusanos a su alrededor y negra,prácticamente sin vida.
Esto era inaceptable, como algo que siempre creció, de un día al otro estaba en este estado, yo estaba tan desilucionado, pero no me importó y seguí con la siguiente y la siguiente y la siguiente y unas 20 más, todas se encontraban en el mismo estado, esto era demasiado raro, como el clima que desde el domingo a la tarde se encontraba gricesco y húmedo sin rasto de sol.

Pero que iba a poder hacer yo, como si pudiera controlar el clima y con este la fauna y flora, eso solo lo podía hacer Dios.

Con mucha desilusión oculte las zanahorias en cualquier lugar del jardín, si alguien se llegara a enterar de este suceso me quitarían a cargo de este lugar y en el peor de los casos me podrían castigar.

Al volver a entrar en la residencia me percaté que no había nadie jugando como estaban hace minutos atrás, solo estaba él, la persona a la cual pensaba día y noche tratando de decifrarlo más, este se encontraba leyendo un libro un tanto diferente al resto que se encuentra acá, tenía una solapa negra con unas letras difícil de identificar, parecia estar escrito en otro idioma, me parecia sumamente interesante, cosa de la cual ahora quería saber más.

Hyunjin empezó a subir las escaleras y yo como buen chismoso que soy, decidí seguirlo , él estaba pronunciando unas palabras un poco raras, seguramente el no era de por acá, pensandolo el nunca dijo de donde provenia o que ocurrió con su familia, que extraño, tampoco escuche que mencionararn algo sobre eso, pero bueno prosigamos.

Empecé a seguirlo mientras iba sigilosamente detrás de él, hasta que escuche un ruido, era una hermana cambiando las velas de los pasillos, me distraje con ella, tanto que perdí de vista a Hyunjin.

Realmente no tenía caso, una cosa que me propongo y ya hago todo mal, desilusionado decido emprender camino hacía el baño, debia subir los dos pisos hasta dicho lugar, era realmente agotador o tal vez yo soy un flojo que se cansa rápido.
Al llegar al baño me metí en el cubículo y hice mis necesidades hasta que escuche un ruido. A este punto parecía que tenía una manía muy grande con escuchar ruidos o ver cosas, eso ya me estaba asustando.

Tan rápido como pude salí de cubículo y me lo encontré.
Estaba parado en la puerta del baño con el libro en la mano derecha, me miraba como si fuera una presa atrapada entre sus garras, cosa que se asemejaba a la realidad ya que no podía salir de aquel lugar. Decidí ponerle alto a esto y empecé a hablar.

-Luego dices que el obsesionado contigo soy yo- lo enfrenté.

-A quién quieres engañar, Felix, si el único loco y obsesionado con mi ser eres tu, dulzura- dijo, sin dejarme de mirar.

-mira yo no estoy obsesionado contigo, deja de pensar que es asi porqué la realidad es que... acaso me llamaste Felix, yo nunca te he dicho mi nombre-Esto si me empezaba a asustar.

-No todo gira sobre ti,que yo sepa hay cierto grupo de muchachos que te molestan sin parar, tanto que pronunciaron tu nombre el otro día en la merienda-dijo él.

Yo ya me había imaginado un montón de cosas sin sentido, una de ellas era que él podía leer mentes, puff pero que cosas digo.

-Bueno si no tienes nada más para hablar, me encantaría que me dejaras pasar-dije seguro. La verdad no era tan así, me ponía los nervios de punta este ser, todo el me hacía complicarme aún más.

-Por supuesto que te dejare pasar, tan solo no te olvides de mi ,dulzura,estare orgulloso que me sigas mirando todos los días-me dijo apartandose de la puerta.

Enfurecido salí del baño, este chico tiene el ego tan alto que es difícil de hablar con el sin halagarse a el mismo, lo odio tanto, me parece irritante y nefasto. Espero no me moleste nunca más porque la próxima vez no durare en hablar.



♱Gracias por leer, me ayudarías mucho dejando una estrellita☆

𝓔𝓵 𝓸𝓻𝓯𝓪𝓷𝓪𝓽𝓸 -ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora