𝓒𝓪𝓹 2

3.3K 428 95
                                    

-Hwang Hyunjin- susurre para mi mismo, y por arte de magia el y yo conectamos las miradas.

Rápidamente ante dicha accion decidí correr la cara y para cuando la regrese, él ya estaba sentado en la mesa, con los matones que me molestaban día a día.
Se encontraba charlando con ese grupito, como si se conocieran de toda la vida, estaba tan concentrado mirando de reojo que no cai en cuenta cuando un compañero estaba hablandome.

-Ellos se darán cuenta de que los estas visualizando - me susurro Han Jisung, un niñato dos años menor que yo, cuyo pasatiempo era leerse todos los libros de la minibiblioteca del orfanato, el cual su contenido obviamente era religioso.

-Disculpa?- le susurre, estaba tan concentrado que me parecio extraño que me hablaran de repente.

-Al nuevo chico y los matones, no puedes andar mirándoles todo el rato, te meterías en problemas - dijo jisung, con el tono mas audible.

-te diria que no me importa, pero la verdad es que si me importa y no quiero que... - me quede con la palabra en la boca, ya que gracias al timbre tuve que cortar mi parloteo al ver que todos se le levantaban inmediatamente de la mesa para retirarse de la hora de merienda, por que si, ya eran las 19pm y todos nos teniamos que dirigir hacia nuestras habitaciones y yo no había probado ni una galletita, por andar mirándolo.

Usualmente entre todos los que habitamos aqui hacemos votaciones para elegir la merienda o la cena, ya que solo podiamos escoger una de estas dos, en este caso no nos preguntaron pero estan todos tan curiosos por el nuevo que ni cuenta se percataron de ello.

Pero a quien voy a engañar si yo tambien me encontraba distraido con eso, tan distraído que en la merienda no comi ni una sola galletita y ahora pasaría toda la noche con hambre, pero no me queda mas que hacer, tan solo dormir.

Finalmente habia llegado a mi habitación, en este caso tenía dos cosas para hacer, quedarme hasta las 10pm y intentar dormir o ir rápidamente por una ducha, ya que si las hermanas no te encontraban antes de las 10pm en tu cuarto, cuando hacian sus rondas para verificar que todos esten dormidos, te podrias llevar un gran castigo por eso.

Opte por la opción dos, ya que todos deberian estar chismoseando sobre el recien llegado y no estarían rodeando por ahi tan solo estarían en sus cuartos, ya que para todos aqui el chisme era algo primordial, al estar todos tan alejados de la sociedad no tenian muchas cosas para hacer y con cualquier tontería se distraian.

Rápidamente decidi salir de mi habitación y subir al tercer piso, donde se encontraban los baños, en este piso se encontraban cosas a las cuales dejaron de darle uso, como algunas sillas y mesas viejas, entre otras cosas, las cuales tenias que atravesar para llegar al final del pasillo hasta el baño.
Este contaba con 4 duchas,6 cubículos y 3 enormes y viejos lavados con espejo.

No me podia quejar sobre esta instalación,ya que siempre se encontraba limpia por que nos la hacen limpiar los 5 dias a la semana a alguien diferente por la distribución de tareas.

En fin, al llegar a mi destino osea el baño, despoje toda mi ropa para poder tomarme una ducha y resfrecarme. Me tomé mi tiempo, porque una situación asi no ocurría todos lo días, usualmente al momento del aseo recibia muchas criticas hacia mi fisico como siempre, pero al no haber nadie quise disfrutarlo.
Al terminar de bañarme, me puse mis boxer y mi remeron azul, la cual es mi favorita porque en el centro tiene un perrito, que si no mal recuerdo su nombre era droopy, una vieja caricatura de 1943. Al menos ponerme prendas que me gusten o que esten al mi alcance me dejaban poner, porqué a comparación de otros orfanatos, los habitantes suelen usar uniforme blanco o azul, pero gracias a Dios aquí nos daban aquella pequeña libertad de usar lo que quisieramos, sin faltar el respeto a nuestro señor por supuesto.

Estaba tan pacifico poniéndome mis prendas que la sensación de una brisa fría no llegue a perseguir, hasta que vi algo, que se reflejaba detrás mio en el espejo.

Era una sombra, oscura como la noche,cuyo cuerpo no llegaba a presenciar pero si su mirada, una mirada tan intensa como la llama del fósforo, bien oscura y roja.

Era una mirada que reflejaba oscuridad, temor y maldad que con tan solo mirarla te daba un escalofrío inmenso.

Por ello, al caer en cuenta donde estaba parado, pegué un brinco y me di vuelta, para poder "enfrentar" lo que fuera que había visto, pero no había nada de nada, por eso en cuanto mis piernas me lo permitieron, salí corriendo de los baños que casi mas salgo sin el pantalón, si una de las hermanas me llegaba a ver así obtendría un gran castigo por andar pecando ante Dios.

Sin pensarlo dos veces baje lo mas rápido que pude las escaleras que casi más me caigo y salgo rodando y como si aquel suceso fuera poco, no logre ver adelante y choqué, choqué con un material solido, una persona. Inmediatamente mire hacía arriba y de todas las personas con la que me pude chocar, fue él, el de nuevo ingreso, Hwang Hyunjin.

-Estas bien?- pregunto con aquella voz tan profunda y ronca.

-Yo...y-Las palabras no me salían, me había congelado, que vergüenza.

-Tienes que tener más cuidado, si fuera otra persona no estaria tan calmado según tu, podrías incluso llegar a tener problemas - demandó.

-yo... lo siento tanto, perdóname-dije en alto.

-No importa, vete antes de que lleguen a hacer sus rondas las hermanas y no te encuentren en su habitación—me recomendó—Se buen niño y hazlo.

Levanté mi ceja izquierda dispuesto a protestar pero me retracte y como si fuera un cachorro que hace caso a su dueño, lo hice, me fui a mi habitación tan rápido como pude, pero antes de entrar decidi hecharle una ultima mirada a él, ingresando hacía su habitación número 26.





♱Gracias por leer, me ayudarías mucho dejando una estrellita☆

𝓔𝓵 𝓸𝓻𝓯𝓪𝓷𝓪𝓽𝓸 -ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora