Abrí los ojos, sintiendo como mí pecho subia y bajaba exageradamente por la agitación, esta era tanta que por mis ojos caían lágrimas.
Estaba en mi habitación, medianamente a oscuras con solo una pequeña luz del sol yéndose, guardandose para dormir y
dejando salir a la luna.
Me encontraba totalmente sudado por aquel feo sueño o al menos eso pensaba, porque al levantarme de mi cama para poder ir por un vaso de agua, mi cuerpo comenzó a doler, este ardía como si me estuvieran quemando y pegando.Como pude llegue al pequeño espejo de mi cuarto y me mire a simple vista no había nada raro pero al levantarme mi camisa estaba totalmente rasguñado, golpeado y sangrando. Tenía marcas como si me hubieran pegado latigazos y quemaduras rojizas que parecían ser frescas. Para verificar bien saque también mis pantalones y debajo de este tenía marcas similares pero más pequeñas.
-Ahhh-exclame, un gemido de dolor y asombró salio de mi boca, no podía creer todo lo que estaba viendo, aunque yo creía que esto era un sueño.
Como pude subí las escaleras para llegar al baño y cuando llegue tome un jaboncito del lavado y me lo pase por las heridas, me estaba ardiendo como el infierno tanto que ni siquiera me puse a pensar que ese jabón había sido usado por alguien más.
Lentamente fui hacía la ducha y moje mi cuerpo, sentía como si vapor se desprendiera de mí y por un momento se sintió tan bien, pero luego estas heridas volvieron a doler.
Me sente en una silla que se encontraba en el baño, tome papel y lo pase por estas, no era lo más higienico del mundo pero me negaba a ir a la enfermería por gasas y
alcohol, por que yo recordaba, recordaba a donde había ido y que algo me agarró y quienes mas que las hermanas o el cura podrían a ver sido, pero me preguntaba porque, porqué estaba devuelta en mi habitación y no me dejaron encerrado.Una vez "limpio" deje todo como estaba y baje pero en vez de ir a mi habitación número 15 fui a la 26.
Al entrar a esta sentía como si hubiera pasado sobre una barrera imaginaría, como si fuera una pequeña traba, caminé despacio hacia su cama y me sente en ella.
Examine el cuarto con lo poco que podia ver y note que este estaba un tanto desordenado, lleno de papeles por todos lados y algunas prendas de ropa tiradas sobre el piso de madera, esas cosas eran de él.
De tan solo pensar pensar en Hyunjin unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos, de encerio necesitaba tenerlo conmigo, tenía miedo de lo que podía llegar a pasarme a mi o a él.
Me recosté sobre su cama abrazando su almohada, fingía que esta estupida y suavecita almohada era él y así prontamente me quede devuelta dormido.
Un ruido volvió a despertarme, por los pocos sonidos que oía podía escuchar que provenían de la ventana como si esta se estuviera abriendo, dejando pasar la brisa, decidí abrir los ojos por completó e intentar levantarme para ver, pero unas manos me sujetaron, me sorprendí demasiado que grite. Traté de levantarme rápidamente, pero luego me fijé y era Jinnie, el había vuelto.
-Tranquilo pequitas, soy yo-susurró delicadamente mientras acariciaba mi cabeza-lamentó llegar así pero no pensé que estabas aquí.
Yo no dije nada porqué inmediatamente comencé a lagrimear.
-No llores mi vida, me duele verte así-admitio mientras me acostaba junto a él en la cama-dime que ocurrió.
Las palabras no salían de mi boca, por eso Jinnie empezó a acariciarme y besarme, dejo besitos sobre toda mi cara para luego repartir caricias sobre mis brazos pero cuando decidió acariciar la parte baja de mi espalda se detuvo alarmadamente.
-Que te ocurrió aqui Lix-vocifero.
-N-nno l-lo sé-dije sollozando.
-Déjame verte-habló con un audible enojo en su voz.
Timidamente deshice mi remera y pantalones de mi cuerpo para quedar totalmente expuesto ante su expectante mirada.
Me escaneo velozmente y empezó a pasar sus manos por mis lastimaduras, estas empezaron a cerrarse y dejar de doler.
Estaba boquiabierto, como logro hacer eso.
-Uno de mis tantos poderes es poder curar pequitas-afirmo- no te puedo curar completamente porque mis malditos poderes no funcionan adecuadamente pero logre que dejen de doler.
Me acerqué a Hyunjin y lo abracé, fue un abrazó realmente largo, que logre obtener el sueño entre sus comodos brazos.
♱Gracias por leer, me ayudarías mucho dejando una estrellita☆
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𝓔𝓵 𝓸𝓻𝓯𝓪𝓷𝓪𝓽𝓸 -ᴴʸᵘⁿˡⁱˣ
Romance𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐩𝐨𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝟏𝟗𝟓𝟓, 𝐮𝐧 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚𝐜𝐡𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝟏8 𝐚ñ𝐨𝐬 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐋𝐞𝐞 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐱, 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚 𝐥𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐜𝐮𝐚𝐫𝐭𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐉𝐨𝐯...