𝓒𝓪𝓹 8

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Desperté, desperté en mi habitación, estaba aropado bajo la suave sábana, no entendia como había llegado ahí, recuerdo muy bien haberme quedado dormido en el baño.
Tal vez alguna monja me haya recogido, pero si ellas hubieran sido estaría en la enfermería probablemente asi que las probabilidades de eso eran nulas.
Capas un compañero había decidido cargarme pero, quien hubiera querido cargar al mas inútil y fracasado de todo el orfanato, exacto nadie.

Otra duda que debía resolver, pero primero lo primero, que hora era.
Por la luz del sol suponía que recien estaba amaneciendo pero al ser Jueves debía empezar desde temprano barriendo el comedor.

Como pude me levante de la cama y me mire en mi pequeño espejo, y si como sospechaba tenía un gran moretón en el lado izquierdo de la cadera. Ya estaba acostumbrado pero este era el más grande que tuve hasta ahora.

Suspiré y me sente un rato en una silla al lado de mi escritorio, estaba admirando la vista desde la ventana cuando veo algo o más bien a alguien entre los árboles.

Era Hyunjin, estaba sosteniendo algo en las manos y no era más ni menos que un conejo, un conejo muerto. Este derramaba sangre de su cuello y estaba totalmente demacrado.

Asustado me alejé de la ventana, no estaba creyendo lo que vieron mis ojos. Inmediatamente una sola cosa se me vino a la cabeza y eso fue el conejo que encontraron debajo de la cama de Changbin.

Hyunjin estaría involucrado en esto? o solo es un simple coincidencia, de todos modos que hacia él fuera del orfanato a estas horas de la madrugada.

En shock me dispuse a bajar hacía el comedor para empezar a barrer, no sin antes hechar un vistazo hacia afuera, y como era de esperarse Hyunjin ya no estaba.

Me toco sacar las telarañas y el polvo que se encontraba en la cocina, termine justo a tiempo para cuando sonó el timbre, significaba que al fin era hora del desayuno.

Ni bien este termino, salí del comedor, pero al dirigirme a la escalera alguien me detuvo, era Hyunjin.

-Dijiste que ibas a hacerme un recorrido por el lugar.

-Si, no lo olvide, pero supongo que es un tanto temprano para recorrer el interior y las afueras.

Hyunjin resoplo - Si vamos ahora, no tendremos nadie que nos interrumpa, las monjas se van a la capilla, el resto están haciendo sus actividades, por que no?.

-ash... tienes razón, vamos entonces- sinceramente me daba un poco de nervios estar a solas con el, apenas lo conocía.-aguardame un ratito, voy a buscar mi campera-le pronuncie.

-De acuerdo, no te tardes, pequitas.

Subi casi corriendo por las escaleras para llegar a mi habitacióny tomar mi abrigo, ya que esa ultima cosa que me dijo parecía mas una advertencia que un recomendación.

A veces Hyunjin si causaba miedo, con su aura fría y dura pero en el fondo yo pienso que debe ser agradable, osea vamos en ningún momento me insulto o algo, o eso sería por ahora, no lo sé pero de todos en este orfanato el parece el mas cuerdo, salvo por lo del conejo, lo cual me moría por preguntarle.

-volví, viste no tarde mucho- le sonreí

-Me parece muy bien, dulzura, fue por tu bien.

-eh? Como que por mi bien y... ya deja de decirme dulzura o pequitass-exclame

-Nada nada, Lix.

Y eso, eso si no me lo esperaba, un nuevo apodo, no lo podía creer, cuando pense que no podía ingeniarse más cosas viene con esto, es increíble. Pero me gusta ese apodo, aunque nunca se lo admitiria.

𝓔𝓵 𝓸𝓻𝓯𝓪𝓷𝓪𝓽𝓸 -ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora