|Capítulo III|

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Había amanecido, ni Harry ni la bebé habían pegado el ojo en toda la noche. Harry sabía que la bebé iba a poder dormir durante el día, pero no consideraba sano que la niña no durmiera cuando se debía.

Se dirigió al baño y se metió junto a la bebé para poder bañarla y ducharse él también. Hoy irían a Hogsmade junto con Draco a comprarle cosas necesarias a la bebé.

Luego del baño Harry tuvo que hacer maravillas para que en su aspecto no se notara que no había dormido hacía dos noches. Lamentablemente no lo consiguió, así que sacó su varita y conjuró un Glamour, tan solo para que Draco no preguntara y se preocupara. No quería que el rubio no pudiera dormir, así que él se quedaría con la niña en las noches, aún si no podía dormir. Mientras hacía todo esto a la vez trataba de calmar a la bebé que gritaba aún.

Harry se apuró a salir en busca de Draco por el bien de su masita. Él no creía sano que la bebé llorara tanto tiempo.

Al salir por la puerta de los dormitorios de Gryffindor iba tratando de calmar a la bebé y no se fijó por dónde iba (tal vez el cansancio tuvo algo que ver pero Harry no lo admitiría) y chocó con alguien, el impacto fue algo fuerte por lo que se tambaleó hacia atrás pero no logró estabilizarse. Inmediatamente Harry cubrió la cabecita de la bebé con su mano para que cuando cayera no le pasará nada. El impactó nunca llegó porque alguien logró tomarlo por la cintura antes de que cayera.
Harry abrió los ojos y se encontró con los grises de Draco.

-Harry ¿Estás bien?- preguntó el rubio

-D-draco, sí gracias- sonrió el azabache en forma de agradecimiento.

-Debes tener más cuidado Harry, sobretodo si llevas a la masita en brazos - para entonces la bebé ya había pasado a los brazos de Draco. El rubio la sostenía con uno de sus brazos y con el otro aún tenía agarrada la pequeña cintura del de ojos esmeralda.

-L-lo sé, lo siento Draco, estaba tratando de que la bebé se calmara- sonrió nervioso Harry

-Eso veo, pero creo que ya está bien- dijo Draco al ver que la niña se había calmado y su cabecita estaba apoyada en el hombro del más alto.

Harry miró la escena con ternura.

-Vamos a desayunar, porque la masita tiene hambre- dijo Harry a lo que Draco asintió y lo siguió. Y la bebé iba observando a Harry, para que no se fuera.

Ambos se sentaron en la mesa de Gryffindor, que se desocupó apenas Potter se sentó. A Draco no le gustaba para nada que eso pasara ¿Por qué mierda se alejaban así de Potter? Al rubio se le vino a la cabeza un nombre. Luke Harper. Iba a destrozarle la cara a ese hijo de puta, eso estaba claro.

-Draco, déjalo, no pasa nada, estoy bien- dijo Harry con una sonrisa que fue más una mueca, al ver que Draco estaba matando con la mirada a los gryffindors.

Draco miró a Harry y asintió, comenzaron a desayunar con una charla muy amena y la masita tomando el biberón que le daba Malfoy.

Luego se levantaron y se dirigieron a Hogsmade. Allí comenzaron a recorrer tiendas de bebés. Entraron a una de ropita de bebé. A Harry se le iluminaron los ojos al ver toda esa ropita. Él siempre quiso tener un bebé en algún momento de su vida y poder comprarle muchas cositas y consentirlo.

-Draco mira- se apresuró a decir el azabache al ver un enterito muy bonito para la masita. Así estuvieron durante una hora en esa tienda, con un Harry yendo para todas partes mostrándole a Draco conjuntitos para la masita, mientras el rubio lo seguía a todas partes, asintiendo a todo lo que el azabache le mostraba, tan solo para seguir viendo el brillo en esos hermosos ojos esmeralda.

Nuestra Pequeña |•|DRARRY|•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora