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- Brazos, cuidado con tus brazos Lee. Es la última vez que te aviso. ¿Quieres que la barra se caiga sobre tu bonita cara de niño?
Minho bufó antes de levantar la barra con las pesas para dejarla en su sitio, estaba cansado de escuchar a Kim corrigiendo su forma de ejercitarse "apurada". Todos los días se repetía lo mismo, él ansioso por entrar en la piscina se movía más rápido de lo indicado y su entrenador lo castigaba con frustración.
- ¿Te ha dicho algún nadador que eres sumamente repetitivo?
- No. Ahora vuelve a tu sitio y acaba la última tanda, tus caprichos solo te quitan tiempo.
Minho suspiró y de nuevo dejó caer su espalda contra el material de cuero para a continuación tomar la barra de metal con las pesas que Bang había seleccionado. Seguía sin saber qué era lo que el entrenador quería de él, era cierto que iba un poco más deprisa de lo que este marcaba sin embargo era casi absurda la obsesión que él mostraba por el cuidado de la postura y los movimientos.
Las manos de Bang, inesperadamente conocidas, se posaron sobre los brazos de Minho ayudándole a levantar la barra mientras marcaba un ritmo concreto. Los primeros días Lee se había sentido extraño, raramente sus entrenadores anteriores se atrevían a ponerle un solo dedo encima, quizás por su carácter o tal vez porque solía morder cuando lo corregían. Era una pena que Chan sencillamente lo ignorase cuando trataba de morder con comentarios afilados.
Tras casi tres semanas trabajando con Bang podría decirse que estaba acostumbrado a la forma en que esté siempre ayudaba primero antes de dejarlo hacer un ejercicio solo, indicando cada detalle del mismo con profesionalismo. Minho no lo había echado todavía por eso, tenía que reconocer que hasta el momento Christopher era mejor que el resto de sus entrenadores, aunque no perfecto.
- Lee... ¿Necesitas mi mano sobre tus brazos todo el tiempo hoy? Te he dicho que era la última vez que te avisaba...
- No estoy de humor para tu lentitud Bang, eso es todo.
Christopher podía notarlo con facilidad, Minho había llegado al gimnasio enfadado y no había respondido ni a una sola de sus preguntas.
Así que se había limitado a iniciar el entrenamiento sin insistir en exceso.- ¿Vas a contarme qué te ocurre? Creí que empezábamos a entendernos.
Minho negó dejando la barra en su sitio y levantándose para ir hacia las cintas de correr. Observó disimuladamente a Bang, por primera vez su entrenador había subido a una de las máquinas de correr a su lado y le seguía el ritmo sin decir nada.
- ¿Quieres algún ejercicio de cardio?
¿Debería agotarte para que puedas sacar todo lo que llevas dentro? - la voz de Bang no tenía el habitual tono burlón, en su lugar había una mezcla entre preocupación y entendimiento que Minho no lograba distinguir.Por normal general Minho era insufrible pero de un modo infantil o perfeccionista, a pesar de todo no solía encerrarse en la rabia o estancarse en el intento de hacer las cosas a su manera. El chico era cabezota y criticón pero no desobediente ni maleducado.
- Cardío - asintió girando su cabeza para observar a su entrenador. A veces se preguntaba cómo de grave había sido la lesión de Bang, este todavía podía manejarse en el gimnasio con soltura y su curiosidad crecía si pensaba en la piscina. Cada día tenía que resistirse a buscar vídeos de sus competiciones. Quería saber cuán bueno había sido el entrenador que tan elogiado era en la actualidad por las críticas deportivas.
Casi necesitaba saber si debía mostrar solo respeto hacía quien lo entrenaba o también admiración. La respuesta era algo que sin duda a esas alturas él todavía desconocía.
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I Hate U Mr.Handsome || ADAPTACION || MinChan
Hayran KurguLee Minho era uno de los mejores deportistas de Corea del Sur, las estanterías de su casa estaban repletas de trofeos y medallas que confirmaban su potencia a la hora de competir... Después de tantos éxitos su principal objetivo se había fijado en e...