𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐏𝐋𝐀𝐂𝐄

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

CAPÍTULO 4
"¿MITO O REALIDAD?"

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—¡Allí está!

Los aplausos y gritos animados resonaron cuando Tris llegó a los dormitorios con todos los demás. Celebraban su valentía ante Eric.

—Si que eres una suicida —bromeó Christina al estar junto a la rubia.

—¿Cómo has podido decirle eso a Eric? —preguntó asombrado Will.

—Eres la única que lo ha enfrentado —comentó otro de los iniciados.

—Ey, Tris —la última saltadora, con quien había peleado en el ring, también la felicitó—. Bien hecho.

—Gracias —sonrió levemente la rubia.

—Tienes agallas —aseguró Steve acercándose a ella—, pero debes aprender a controlarte, chica dorada.

—¿Chica dorada? —preguntó Tris con curiosidad.

—Oh, por tu cabello y porque eres atrevida, mereces ser reconocida. Una chica dorada —sonrió entonces el también rubio para elevar la bolsa de tela que tenía en su mano—. Conseguí algo de hielo para tu oreja.

—No debiste molestarte.

—No fue molestia —dijo para darle la bolsa sin borrar su sonrisa genuina.

—Bien hecho, estirada —la voz ya reconocible para ambos iniciados no era tan agradable en aquel momento. Como en ningún otro.

—No inicies —dijo Steve.

—¿Qué? Ya es famosa, pero no por lo de Eric —aseguró el chico— sale en las noticias. Escucha. "Los recientes traslados de Beatrice y Caleb Prior, hijos de Andrew Prior, pone en duda la solidez de las enseñanzas y valores de Abnegación, ¿qué los llevó a irse?"

Tris respiró profundo antes de hacer caso omiso y dejar de lado las palabras molestas y provocativas de Peter.

—"Tal vez la respuesta se encuentra en el corrupto ideal de toda una facción. El robo de recursos, la incompetencia general.... el maltrato a sus hijos". ¿A ti te pegaron como al hijo de Marcus Eaton?

Tris molesta por la difamación hacia Abnegación, respondió.

—Allá no maltratan a nadie. Son buenas personas.

—Ya... ¿y por eso te fuiste?

La rubia lo observó por última vez antes de irse y abandonar el lugar. Peter la siguió con la mirada.

—¿Dije algo malo?

—Cuidado con ser un idiota todo el tiempo —mencionó Steve acercándose a él—, podrías quedarte así toda la vida.

Y sin más, también dejó el lugar seguido en Christina, Al y Will.

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Tris caminaba por uno de los tantos pasillos a medio iluminar de Osadía, y sin saberlo, Steve, Christina, Will y Al la seguían para alcanzarla.

—¡Chica dorada!

Tris se giró y Steve sonrió al ver que ya reconocía su apodo. Todo el grupo se acercó con pasos apresurados para continuar el camino junto a la chica.

—No lo escuches. Peter es un idiota —se apresuró a decir Christina, formando una leve sonrisa divertida en el rostro de su amiga.

—Da igual —aseguró ella sin verse afectada. Ya aprendía a conocer a Peter.