𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖

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CAPÍTULO 8
"LO QUE UN OSADÍA HARÍA"

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A la mañana siguiente, Steve y Tris aun dormían mientras Mak los observaba desde un rincón de la habitación y Cuatro estaba vigilando el perímetro para confirmar que los más nuevos en la facción pudieran regresar sin correr peligro.

—Todo en orden —Cuatro informó a la chica en voz baja, sin querer despertar a los rubios.

Mak asintió y ambos dejaron el lugar para salir a la terraza. La brisa golpeó sus mejillas antes de que observara la usual y conocida imagen de la ciudad en ruinas.

—¿Cómo no nos dimos cuenta antes? —la duda de la chica fue entendida a la perfección por Cuatro. Cómo no se habían dado cuenta que a su lado siempre había estado otro divergente.

—Supongo que fuimos buenos ocultando nuestro secreto —el moreno dio una sonrisa ladeada, acercándose a Mak—. Estábamos sobreviviendo.

—Sobreviviendo... —repitió ella— realmente es estúpido pensar que por ser diferentes, incluso mejores que ellos, decidan acabarnos.

—Hay defectos que sin importar el tiempo, continúan entre nosotros.

—Me alegra que también seas divergente —confesó la chica para observar a su compañero—. Siempre me sentí segura a tu lado y ahora mucho más.

Cuatro sonrió de nuevo para asentir.

—Yo también me sentía bien contigo, sin saber la verdad. Pero, debemos prometernos algo.

La mirada atenta de Mak se fijó en la del chico.

—No más secretos entre nosotros, ¿de acuerdo? —su mano se extendió hasta ella, esperando por su respuesta.

Sonriente, y completamente segura de que podía confiar en Cuatro, Mak estrechó su mano. Nunca más se ocultarían algo.

—Buenos días... —al escuchar al par de rubios despertando y saludándose, entraron con ellos.

—Buenos días —Cuatro saludó a Tris y Steve.

—Hola, Cuatro —respondió el rubio—. Gracias por dejarnos quedar aquí.

—No hay problema, chicos —aseguró el moreno con una sonrisa ladeada—. Traeré algo para que beban y luego deben regresar, podrían sospechar.

Tanto Tris como Steve asintieron a sus palabras. Luego, Cuatro volvió a desaparecer, quedando el par y Mak.

—¿Descansaron?

—Así es —respondió Steve nuevamente a ma pregunta que esta vez venía de Mak.

—Qué bueno. Chicos, debemos hablar un par de cosas por la seguridad de todos.

Ambos rubios escuchaban atentamente a su instructora.

—Pero antes que nada... ¿Tienen preguntas? Sé que ser lo que somos genera muchas dudas y las respuestas son escasas.

Tris tragó algo de saliva antes de hablar.

—¿Tú... sabías de nosotros?

La castaña respondió inmediatamente.

—Sí y no. Al principio no sospechaba nada, pero cuando mejoraste considerablemente tuve mis dudas. Cuando llegué a Osadía me pasó algo similar y precisamente me vi en ti, sabía que eso solo podía significar una cosa. Finalmente con las simulaciones de práctica, Cuatro sospechó de Steve y yo de ti. Sus tiempos y maneras de escapar solo son propias de un divergente.

𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐏𝐋𝐀𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora