Kagome cayó al suelo inconsciente, no estaba muerta pero sumida en un sueño eterno al cual nadie la podía despertar, pero salkaga no solo concedió el deseo de dormir eternamente, si no otro deseo que Kagome deseaba desesperadamente.
Sango Miroku, Shipo y Rin corrieron a socorrerla, aunque intentaron despertarla con todo no pudieron. Y como si de una persona fuera salkaga habló, diciéndoles que ella deseo dormir eternamente para así no sufrir como lo estaba haciendo, y si en verdad querían despertarla, solo una persona podía hacerlo, una persona que tenía que aceptar el amor que sentía por su dueña.
Todos, menos Shipo, se quedaron mirando a Inuyasha este simplemente se sonrojó, pero lo que ellos sabían es que este mensaje no iba por Inuyasha si no por un lord orgulloso que nunca aceptaría, y eso a shipo le tenía intranquilo.
Mientras kagome estaba en un sueño eterno, donde allí para ella era todo maravilloso, tenía su familia con ella, y a la persona que mas amaba en este mundo, ¿pero porque ella no le podía ver el rostro? Aunque eso a ella poco le importaba, para ella eso era la felicidad, pero algo paso en ese sueño, poco a poco, todos fueron marchando, y la dejaron en la mas absoluta oscuridad.
Por otro lado, un yokay fría como el hilo, estaba en sus aposentos pensado en la bella durmiente que estaba a pocos metros de ella, solo con abrir la puerta de su habitación, hacer unos pasos y abrir la puerta que había delante, llegaría hasta ella. Pero el orgulloso no quería ir, encontro muy cobarde la acción de ella, solo unas simples palabras de ese hanyou hicieron que deseara el sueño eterno. Puede que estuviera celoso, imposible, el gran Sesshoumaru nunca estaría celoso de un simple semi-demonio. Pero un angustiante dolor, no físico si no espiritual, le estrujaba el corazón con solo pensar que no volvería a ver su sonrisa.
Dejando de lado su orgullo, fue a la habitación de esa muchacha, que evitaba que pensase con claridad. Estando frente a ella, pudo observar otra vez los bellos rasgos de ella, tanto yokay como humana, tenía que reconocer que era una hermosa hembra. hipnotizado de tanta hermosura, comenzó acariciarle la mejilla, pronto con cuidado el pulgar toca sus labios, esos labios que había tenido el honor de saborearlos, aún recordaba el sabor a frutas exóticas que desprendían. Fue acercando su cara hasta que sus labios, con un lebe rocé volvieron a tocar ese manjar tan exquisito para él. De repente se enderezo, por fin lo había comprendido, pero antes de despertarla tenía que hacer algo muy importante, preparar la ceremonia para cuando despertara.
Si, como habréis adivinado, el yokay más orgulloso y frío, había sucumbido a los encantos de esa bella dama, para caer rendido a sus pies, pero no solo era la belleza si no su carácter, su espíritu fuerte, su valentía, su amor por todos, pero sobretodo su comprensión y la gran persona que ella albergaba, y que todo estar sufriendo por un amor no correspondido ella seguía luchando por conseguir un amor. Y ahora, recién descubiertos sus sentimientos, pensaba hacer de ella su hermosa hembra, solo suya y de nadie más, aunque ahora, recordó con una sonrisa bastante pícara, ya lo era. Antes de marchar de la habitación volvió a rozar sus labios con los de ella, y bajo un poco la cabeza hasta su cuello, para besar lentamente y con mucho sentimiento la marca de que aquella era su mujer, suya y de nadie más.
Mientra en la oscuridad Kagome estaba desesperada, pero algo izó que tuviera esperanza, que aguien muy pronto la sacaría de esa soledad, que alguien por fin la amaba a ella, solo a ella, y por como era ella, no por parecerse a alguien, no por ser la única capaz de ver fragmentos, no por ser la heredera de una corona, no por ser la reencarnación de una diosa, solo por como era ella, y se sentía muy feliz, por que extrañamente ella sabía que también se había enamorado de esa persona, pero una pregunta la carcomía, ¿quién era ese personaje que le había robado el corazón? No lo sabía pero estaba muy agradecida de que gracias a él, olvidase su amor no correspondido, pero ella sabía que él amor que había sentido por inuyasha no era ni una quarta parte de lo que ahora sentía por él.
Mientras tanto sango discutía con inuyasha para que le dijese a Kagome que la amaba, pero este tozudo decía que el no amaba a kagome, extrañamente Shipo no colaboraba en esta discusión, ya que él sabía lo que los otros no sabían, el destino de kagome estaba ligado al pasado que escondía kagome, si porque ella escondía su pasado, el pasado de la diosa Shar.
Shipo salió de la sala donde todos discutían con Inuyasha al sentir que la reencarnación de Husho entraba a la habitación de su protegida, rapidamente se transformo en el guardian kitsune de la diosa, y monto guardia fuera de la puerta esperando a que saliera Sesshoumaru. Cuando salió el orgulloso yokay se le quedo mirando, Shipo al ver que él no comenzaría la charla fue directo al grano.
Shipo: Por fin lo aceptaste- no era una pregunta era una afirmación, el otro se quedó en silencio- Dios sabía que eras callado, pero no hubiera imaginado tanto, Shar decía que eras hombre de ocas palabras, y veo que eso aún lo conservas, pero ten cuidado...- no terminó Sesshoumaru lo corto.
Sesshoumaru: No te confundas, yo ahora no soy Husho, ni ella Shar, si la amo es por como es ella, no por quien fue.- Sin decir más y dejando con la palabra en la boca se fue para dar comienzo a los preparativos de la ceremonia.
Al cabo de dos días todo estaba listo para despertar a Kagome de su sueño, Sesshoumaru durante esos dos días muy pocas veces se movía del lado de Kagome. Cuando todo estubo terminado kagome cogió la espada que de su padre que antes creía inservible, pero sabía desde que kagome se quedó dormida y recupero todos sus recuerdos, que esa espada perteneció a husho, y que ahora era la hora de mostrar su verdadero poder.
Dicen que el amor mueve el mundo y así funcionaba Tensaiga, al igual que Mentesga, si todo iba con lo planeado recitaría la oración y tensaiga enviaría el mensaje a Mentesga. Desenvaino la espada, y se izo un corte dejando que unas gotas cayeran en los labios de Kagome acto seguido, incrusto la espada en el pecho de Kagome. De repente la puerta se abrió para que el importunado visitante viese como Sesshoumaru clavaba la espada en el pecho de Kagome este solo se abalanzó contra él. Sesshoumaru desconcertado se lo sacó de encima y rápidamente para que todo no hubiera sido en vano recitó la oración.
Sesshoumaru: Dios Dser, te pido por favor que escuches la suplica de un sirviente que reclama tu ayuda, oh dios todopoderoso que tienes el don de dar amor, haz que mi amada vuelva para estar junto a mi y así poder ser feliz.
Cuando termino una luz invadió la sala, y allí apareció un yokay muy atractivo, su cuerpo era musculoso, e iba vestido con un vestido semblante al de Sesshoumaru pero era todo rojo, y en las mangas se podía apreciar flores de Sakura. Su cara era gentil y amable, su ojos irradiaban amor y sorpresa, su pelo era corto.
Dser: vaya Husho, me sorprendio tu llamada- dijo feliz, el nombrado solo lo miró con ojos fríos- jajajaja tanto tiempo sin vernos y sigues igual. Pero recuerdo que un día me dijiste que nunca me llamarías, así que si me has llamado debe ser muy importante- Sesshoumaru miró el cuerpo de Kagome, y Dser dirigió la mirada donde vio el que Sesshoumaru contemplaba- comprendo quieres que envié el mensaje a la otra espada- y así lo izo Mentesga empezó a brillar, y la espada que tenía clavada kagome se desclavó y fue a la funda de su amo.
Cuando la espada dejo de brillar, Kagome aún estaba dormida, esto alarmó mucho al yokay frío, pero al ver que poco a poco reaccionaba dejó su preocupación y fue al lado de su amada, esta al final abrió los ojos, y lo vió a él, a su nuevo amor, tan guapo como siempre, pero lo que más le gustó es que por fin le podía leer los ojos, por fin volvían a ser uno, por fin volvía a estar con su querido husho, pero sobretodo por fin volvía a creer en el amor, y no por su pasado, si no por que Sesshoumaru le había devuelto la vida y la esperanza.
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El pasado que esconde kagome
RomanceEsta historia no es mía pero es muy hermosa por eso me gustaría compartirla con ustedes