"No tengo ni la más mínima maldita idea de qué pasará de ahora en adelante... De lo que puedo estar seguro es que siempre estaré a tu lado cuando me necesites. Siempre podrás contar con un amigo. Eso sí te lo prometo." - Shawn.
Recuperado de la cáps...
El traje me escuece la piel, y tuve que arrojar el sombrero de mi disfraz fuera de mi cabeza porque el calor de Miami me está volviendo loco. Camila se ríe de mí, intentando quedarse quieta para que su hermana termine de pegar los diamantes de fantasía en su rostro junto al resto del maquillaje, que se supone que debería ser una calavera aterradora pero yo no lo veo así en absoluto.
- Estás hermosa, mi Catrina.- Le susurro al oído, haciéndola reír más fuerte y provocando que Sofi me de un golpe en el brazo.
- ¡No me interrumpas, Shawn!
- Perdón.- Me hago para atrás, sentándome en un taburete de la cocina, donde Sinu sigue preparando su festín desde que se levantó de la cama.
Me entretengo haciendo manualidades, en las que soy terrible a pesar de que Sofi me haya enseñado mucho, y lleno una bolsa entera de papel picado que vamos a colgar en el patio para la pequeña celebración familiar por el Día de Muertos, aunque hasta ahora se ve más como una mezcla entre lo Mexicano y lo Americano, con todas las decoraciones de Halloween invadiendo la casa.
Alejandro termina de acomodar el Altar en el salón, poniendo más fotos de nuestros seres queridos que se han ido a cuidarnos desde arriba, velas que más tarde encenderemos, las respectivas ofrendas y muchas flores coloridas rodeándolo todo.
- ¿Qué opinas, Shawn?
- Está genial.- Él me sonríe, satisfecho por mi respuesta, y aplaude emocionado antes de desaparecer por el pasillo a continuar con sus quehaceres.
- ¡Está lista!- Sofi le toma una foto a Camila, que se ventea la cara para secarse el pegamento.- Shawn, ahora tú.
- ¿Tengo qué?
El gesto que me hace la niña no me deja negarme, así que me quedo a su completa disposición, permitiéndole crear su gran obra de arte en mi rostro con su kit de pinturas.
- Se siente muy raro.
- Dímelo a mí. No sé por qué me dejé convencer.- Se queja mi novia, observándose desde todos los ángulos en la pantalla de su teléfono.
- Se van a ver muy bien, dejen de quejarse. ¡Por Dios!- Sofi nos asesina con la mirada y me muerdo el labio para no reírme frente a ella, pero Camila hace todo lo contrario.- Sigue así, Kaki. No te volveré a hacer ningún tipo de favor.
- Sí, sí, lo que digas, hermanita.
Las dos se involucran en una larga e inmadura discusión, de las que suelo tener con mi propia hermana, y es Sinu quien tiene que venir a detenerlas.
- Compórtense decentemente. Van a hacer que el pobre Shawn se vaya de aquí.- Ambas se ríen al escuchar a su madre y de algún modo termino en el medio de las tres en un abrazo grupal.
No puedo evitar pensar una vez más en que se me partiría el corazón al despedirme si nuestra situación no mejora pronto.
Camila... ha estado demasiado estresada, aunque no se vea tan claramente en la superficie. Sin embargo, como la conozco tan bien, a mí no me engaña tan fácil, y a su madre menos. Ahora que ha dejado de trabajar de forma constante y que quiere pasar más tiempo en casa, relajada, con su familia... conmigo, me vuelvo a sentir culpable al tener que irme para resolver mis asuntos. Tengo un Tour el próximo año, tengo que ayudar a la planeación, tengo que ensayar... Tengo que hacer muchísimas cosas, y eso significa que a veces me tengo que ir a reunir con mi equipo, pero... como todo ha sido últimamente, es un problema para ella. Que termina siendo un problema para mí, por esta... intensa obsesión que tiene conmigo, hasta el punto de querer controlar mis decisiones. Esa parte ya no me está gustando.
Le estoy dando el beneficio de la duda, para probar si esto cambia, siguiendo el consejo de mi amigo y no mandar todo a la mierda de una vez, porque sé muy bien que podría arrepentirme si lo hago... Y de verdad que no quiero hacerlo.
Me aferro a no decir las palabras, porque odio la idea de perderla.
Vamos, Shawn... Se suponía que este día iba a ser feliz. No celebres la posible muerte de tu relación a partir de ahora...
Las tres damas preciosas de la familia me sueltan y vuelven a lo suyo. Sinu se va a sacar el pan de muerto del horno mientras que Sofi termina mi maquillaje, con Camila fastidiándola una vez más, riéndose de ella a sus espaldas.
Seguidamente, me veo arrastrado al patio por el par de hermanas para decorar lo que falta por cubrir hasta que la casa luce perfecta para recibir a nuestros pocos invitados que no tardan en llegar, trayendo consigo más comida, vino y un montón de dulces.
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Después de haber "bailado" por un buen rato con mi novia, por fin me puedo sentar en la sala, solo para mirar lo que los demás hacen mientras me río cuando Sofi empieza a cantar con toda la fuerza de su voz por el micrófono del sistema de karaoke, a la vez en que troceo un pedazo de pastel que ronda por ahí desde el cumpleaños de mi suegro.
- "Recuérdame, hoy me tengo que ir mi amor, recuérdame. No llores por favor, te llevo en mi corazón... y cerca me tendrás..."- Ella canta junto a Camila, que la supera por mucho, haciendo que la niña la empuje fuera del camino para que no le robe su show.
- Lo hiciste genial.- Murmuro a su oído cuando viene a sentarse en mi regazo.
- Ya lo sé.- Resopla rodando los ojos y salta para unirse de nuevo en las notas finales, pese a las quejas de Sofi.
Desde toda la banda sonora de Coco, hasta canciones de Disney más antiguas como las de High School Musical, pasando por cumbias de Selena y demás... Ellas realmente saben cómo hacer que todo se sienta como una gran fiesta, a pesar de que sólo somos nosotros, sus padres, abuelos y tres de sus tíos con sus esposas e hijos.
Hacen una elegante venia al finalizar su primera ronda y paran a tomarse un breve descanso, Sofi a comer y Camila corre hacia mí, besuqueando mi rostro sin importarle si arruina nuestros maquillajes.
- Sofi te va a matar.
- Déjala que haga lo que quiera.- Se encoge de hombros, riéndose a mi oído, y apoya su frente en la mía por unos minutos de completa paz.
- ¿Te encuentras bien, preciosa?- Le pregunto al verla quedarse inmóvil entre mis brazos.
- Sí, solo estoy disfrutando este momento contigo.- Susurra, buscando mis ojos con los suyos, que me leerían hasta el alma.
Por favor, que ella no descubra lo que he estado pensando últimamente porque aún no sé qué rayos voy a hacer... Pero también me pregunto qué pasa por su cabeza, la verdad. A veces es tan indescifrable el modo en que actúa... Como ese día, al preguntarme por mi relación del pasado como si eso nos sirviera de algo cuando estamos tan bien... Bueno, todo excepto lo último.
- Ok, vamos. ¡Hay un desfile de disfraces afuera!- Grita de la nada, quitándome el plato vacío de la mano para que la acompañe corriendo hacia el porche.
Su familia también se nos une, saludando a los niños que pasan y que cantan por dulces; los más tímidos nomás sonríen o intentan no llorar cuando sus padres los empujan en nuestra dirección, mientras que Camila reparte amor desde una prudente distancia y celebra cada vez que encesta un dulce en las canastas más grandes.
Ver su sonrisa infantil en su rostro es de las cosas que más me importan en la vida, pero hace mucho tiempo que no sonríe a diario, y ese pensamiento me enferma.
Es nuestro tercer Halloween juntos, si olvidamos que el primero lo pasamos separados... ¿Al siguiente también estaremos así?
