"No tengo ni la más mínima maldita idea de qué pasará de ahora en adelante... De lo que puedo estar seguro es que siempre estaré a tu lado cuando me necesites. Siempre podrás contar con un amigo. Eso sí te lo prometo." - Shawn.
Recuperado de la cáps...
- Oye, C, ¿estás lista?- Grita Marielle desde fuera del dormitorio que compartimos y yo respondo rápidamente con un falso "sí".
Me quedo mirando el espejo del tocador mucho más tiempo del que me gustaría, empezando a darle vueltas a todo, preguntándome por qué estoy haciendo cosas que no debería, como... tener otra cita con el chico que me hizo llorar hace dos días.
Esta vez vuelvo a llevar a mis amigas... no quiero estar sola con él. Temo colapsar.
- ¡Mila!- Gritan juntas, apurándome.
- ¡Ya voy! Jesús...
Tomo mi pequeño bolso del equipaje abierto en el suelo y voy a reunirme con ellas, asegurándonos de que no hemos dejado nada antes de correr hacia el lobby y desviarnos al aparcamiento del hotel para subir a la furgoneta que nos esperaba.
- Tómate tu tiempo, cariño. Estas calles son una locura.- Le ordeno al conductor mientras mis amigas me miran como si hubiera perdido las neuronas.- ¿Qué?
- Él te ha jodido a lo grande, ¿eh?- Me susurra Marielle al oído, queriendo todo el chisme que no les he contado desde nuestra salida al concierto de Taylor.
- C, ¿estás segura de que esto no está yendo demasiado lejos?- Pregunta Sandra en voz baja, intentando no ponerme aún más de los nervios.
- Chicas, les prometo que... me voy a encargar de esto, ¿ok?- Digo a duras penas, mirando directamente a la carretera sin pestañear, luchando contra mis lágrimas.
- Ok, pero recuerda que estamos aquí para ti. Sí lo sabes, ¿verdad?- Sandra busca mis ojos para que me tome en serio sus palabras, y yo asiento sonriendo, dejando que ambas me envuelvan entre sus brazos.- Hermanas para toda la vida, CC.
- Por favor, no me hagan llorar hoy.- Murmuro, riéndome un poco.
- Últimamente no somos nosotras las que lo hacemos.- Las amargas palabras de Marielle me arañan el alma.
- Siempre eres tan dulce, preciosa.
- Sólo digo...- Ella se hace la desentendida, abrazándome más fuerte.- Si él vuelve a hacerte daño, seguro que tendremos unas palabras.
- No te involucres, te lo ruego.
- Ay, Camila...
Durante el viaje, mis amigas intentan convencerme de que me aleje de esto, pero la que va a tener unas palabras con Shawn seré yo. Tengo que ser yo. Terminamos esa noche en una muy mala nota y... no he dejado de pensar en eso por horas.
Odio esto. Lo odio a él. Me odio a mí.
Maldición, no puedo tener paz mental en absoluto, ¿qué mierda?
Solo deseo olvidarme de esto, para siempre.
Ni siquiera puedo fingir una sonrisa decente cuando por fin nos reunimos con él, dando un corto paseo por la ciudad, deteniéndonos a tomar un café y escuchándolo disculparse por haber abandonado así a mis amigas cuando todos habíamos ido al show a divertirnos.
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