"No tengo ni la más mínima maldita idea de qué pasará de ahora en adelante... De lo que puedo estar seguro es que siempre estaré a tu lado cuando me necesites. Siempre podrás contar con un amigo. Eso sí te lo prometo." - Shawn.
Recuperado de la cáps...
Un destello de luz rebota directamente sobre la madera de la mesilla de noche en un rincón, golpeando también los pequeños diamantes de un brazalete olvidado que reflejan un arco iris de colores sobre las paredes hasta el techo. Sólo me concentro en eso para no dejar que mis pensamientos se apoderen de mí, imaginándome como un diamante, esperando a que la luz muestre todos los ángulos que me hacen ser yo, con todos los diferentes tonos del círculo cromático. Hay algo de alegría, pero también algo de tristeza... y estoy luchando por mantener vivos los colores más brillantes.
No sé si podré seguir haciendo esto...
Cierro los ojos con fuerza para no llorar otra ronda de lágrimas desde que lo dejé atrás para venir con mis amigas, diciéndole que lo vería esta noche. El caso es que... En realidad estoy considerando no volver con él en absoluto, no si el maldito dolor sigue presente después de todo lo que dijimos e hicimos.
Ya hice las maletas... ¿No sería mejor tomar un avión a casa?
La parte enferma de mí quiere quedarse para ver si arreglamos esto... de alguna manera.
¿Por qué no te rindes, Camila? ¿Por qué estás alargando esto demasiado?
He dicho que no lo sé. No sé qué me pasa. Estoy a la espera de un milagro, quizás.
Tiro mis papeles y el bolígrafo por el pequeño dormitorio, haciendo un desastre, pero no tan grande como el que vuelvo a poner sobre mis hombros. Todas las cartas que desearía que fueran felices pero ninguna lo es, yacen en el suelo, o en la cama, o debajo de mi silla, gritándome que pare esta mierda de una vez por todas.
Me estoy aferrando a algo que ya no está ahí, que no es lo mismo que solía ser... y yo... como que quiero más de eso, sin importarme nada, porque al menos me siento viva y no cerca de la muerte bajo el pozo de ladrillos que cayó sobre mí cuando él me dejó la primera vez.
Soy muy consciente de que estoy empujándome para encontrar más de eso, para que pueda estar segura de decir que seremos felices juntos al final de esta dura etapa que estamos atravesando en este momento. Pero, ¿es sólo una etapa? ¿No es nuestra sentencia de muerte lo que estoy firmando ahora mismo? Todavía quiero averiguarlo como la psicótica que vive libre de alquiler en mi mente y que toma la carga de vez en cuando.
¿Por qué soy así? ¿Por qué somos así? No lo entiendo. Estamos dando vueltas en círculos. Juro por Dios que necesitamos ayuda antes de que esto se ponga feo, si es que no lo está ya.
Mis lágrimas ya no intentan salir cuando parpadeo; suspiro y me arrodillo para recoger todas mis hojas arrugadas del suelo. Mis amigas no están, así que no se enterarán de mi crisis a menos que les hable de ello, cosa que no voy a hacer, y empleo mi última energía de hoy en prepararme para una cita a la que él me ha invitado.
¿Tan siquiera vamos a hablar de lo que pasó esta mañana? ¿O simplemente vamos a pasar de ello y a follar? Como sea, ¿saben? En realidad, eso es lo que voy a hacer, porque no puedo aguantar más estupideces esta noche.
Estoy en mis veintes, soy sexy, exitosa, no tengo nada por lo que llorar. Además él afirmó que me ama.
¿Puedes vivir con eso, Camila? ¡Por favor!
Ropa ajustada, sin sujetador, un poco de maquillaje, una rociada de perfume, tacones bajos, chaqueta de cuero, mi bolso y estoy lista para ir a jugar mi juego. Shawn no tiene más remedio que comerme con la mirada una vez que está delante de mí, ayudándome a salir del auto a su edificio, y tengo que decir que se ve tan sexy también que es una motivación más para hacer lo que se me dé la jodida gana.
- ¿Vamos a...?- Él empieza a decir, señalando hacia la cocina donde no tengo tiempo de mirar porque voy directo al grano y me aferro a su cuello para que se acerque.
Toda esa rabia y paranoia acumuladas atacan mi sistema mientras lo empujo contra alguna pared, besándolo como un animal salvaje, y entonces, todos mis malos pensamientos desaparecen por un instante, mágicamente. ¿Por qué esto no puede ser bueno para siempre?
Mi chaqueta cae al suelo, se me eriza la piel bajo su tacto suave y delicado, sus dedos callosos bailando sobre mí me excitan, así que avanzo un paso más para desnudarme prenda por prenda, hipnotizada por sus ojos mieles tan brillantes que no apartan la mirada de mí ni una sola vez.
- Maldita sea...- Su voz es tan clara en medio del silencio que tiemblo cuando me atrae hacia él, apoyando mi espalda en su pecho, hablándome al oído sin aliento.- Lamento mucho lo de esta mañana, preciosa.
- Sí... ya no importa.- Digo, cerrando los ojos mientras él toca lentamente mi ardiente cuerpo.
A la mierda la charla, he venido con un plan.
Dirijo su mano justo donde necesito que esté y es como si salieran chispas de mí, explotando a nuestro alrededor mientras dejo que me invada hasta el fondo con sus largos dedos. El hombre se toma su tiempo para satisfacerme, pero como buena compañera que soy, le correspondo al menos en el mismo terreno, porque la parte amorosa sigue perdida en lo desconocido.
Tomo todo lo que puedo de él, sintiéndome poderosa una vez más al verlo perder la cabeza bajo mis atenciones, mis muñecas y mi lengua haciendo todo el trabajo, haciéndolo sufrir hasta su final sólo para que él se vengue, empujándome con fuerza contra la pared un poco más tarde.
Sí, ¡esto es lo que quería!, pienso excitada, perdiéndome en la sensación de conectar de nuevo con alguien, sintiéndome viva y apreciada mientras él se introduce cuidadosamente en mí a la vez que enredo mis piernas alrededor de su cadera.
Cuando terminamos esta vez, toda la tensión de mi cuerpo se libera y me permito disfrutar de este breve momento de paz como si me lo mereciera. Pero... muy pronto, la culpa vuelve y me hace odiarme a mí misma y odiarlo a él también porque somos claramente disfuncionales... y no sé qué vamos a hacer al respecto.
Por eso decido marcharme de nuevo una vez que estamos limpios y cenamos, jurándole que todo está bien pero que necesito algo de espacio, lo cual es cierto. La confusión en sus ojos coincidiría con la mía si fuera capaz de reflejarme en los suyos, pero todo está borroso a causa del dolor adormecido que resurge poco a poco para arruinarme la vida.
¿Qué hacer ahora? ¿Cómo voy a seguir con esto? No hay una respuesta sencilla. Mi mayor miedo es perderlo, y es una mierda pensar que eso pueda volver a ocurrir...
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